Teen.

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La mirada del rubio recorrio la habitación verificando una última vez que esta se encontrara vacía, sus orbes marrones cubiertos por unas simples gafas de visión nocturna se paseaban por la fina habitación antes de adentrarse a ella con sigilo por la ventana usando a su favor su baja estatura, miro a su alrededor solo para ver que no tropezara con nada y luego camino por esta buscando su objetivo, el lugar no era tan grande y solo habían pocas cosas así que encontrar la pequeña caja rosa de porcelana fue sencillo cuando esta brillo por si sola en lo alto del buro, tomo una caja que estaba en la esquina y la acerco para usarla como escalera, alcanzo el objeto y lo guardo en la mochila que cargaba sobre su hombro, la envolvió perfectamente entre la ropa para que no se rompiera por si la mochila se caía y camino hasta la ventana nuevamente. Jihoon realmente sintió fácil la misión por lo que volvió a recorrer la mirada sonriendo al captar algo que no vio la primera vez, una camara escondida en el peluche de la esquina, se acerco y saco la navaja de su bolsillo cortando, sin delicadeza, el bonito oso de felpa para extraer la cámara que igual guardo en la mochila.

La última vez cometió el error de solo hacer pedazos la cámara y casi fue asesinado.

Miro que no hubiera otra y así salió de la habitación al escuchar un par de voces en la puerta que se acercaran, aventó la mochila en el césped y salió de allí cerrando en silencio la ventana, tomo su mochila y corrio lejos de allí hasta donde un hermoso auto cadillac lo esperaba con un chico de largos cabellos castaños aparentemente aburrido, por su cara de pocos amigos. Dejo la mochila en el asiento trasero y brinco el auto subiendo a la parte de atrás con eso el chico de finas facciones arranco sin siquiera hablar.

Jihoon se saco las gafas y miro por el retrovisor al pelilargo que solo le envió una mirada por el mismo espejo formulando una muda pregunta, el de estatura baja bufo por aquella mirada y asintió girando su cuerpo a sacar la pequeña caja que extrajo de la hermosa habitación de aquella chica, apenas Jeonghan, nombre del de cabellos largos, la vio freno de golpe el auto y salto a tomarla como si fuera valioso, registro que sea la verdadera y luego de asegurarse soltó una suave risa que hizo a Jihoon recordar el porqué su amigo era tan popular entre hombres y mujeres.

ㅡOh ella realmente morirá cuando no vea su preciada caja ㅡLa sonrisa obscura que salió de los labios ajenos hizo a Jihoon estremecerse, encogió los hombros y se recostó en el asiento trasero usando aquella mochila de almohada ignorando la cámara que formaba un bulto incomodo entre la ropa.ㅡ ¿Tienes la cámara? Ella guarda una en... ㅡJihoon se la mostro sacándola de la mochila.

ㅡUn horrible y asqueroso oso de felpa que me encargue de destrozarㅡ El pequeño rubio miro a su amigo que sonrió más que contento.

ㅡOh, realmente no puedo esperar para mañana y ver su rostro gritándole a mamá el robo que sufrió ㅡYoon Jeonghan se rio por el robo que Jihoon le hizo a su hermana mayor. Había un desprecio mutuo que se intensifico cuando Jeonghan se metió a la cama del esposo de la chica, Jeonghan siempre se quejaba que prácticamente le había salvado la vida de morir a manos de ese hombre mafioso pero no era algo que podía soltar a la ligera.

ㅡHey, recuerda que es un robo normal no vengándote de tu hermana ㅡJihoon pateo el asiento del mayor que se quejo devolviéndole la valiosa caja para volver a su lugar y arrancar el hermoso auto, volvio a ponerlo en marcha por las obscuras calles de Seúl iluminadas solo por los faros hasta que bajaron por un puente y todo fue más obscuro, luego de ese puente entraron a la peligrosa zona de Seúl donde residían todo tipo de bandas capaces de hacer temblar hasta al más poderoso político. Jeonghan estaciono el auto en un lugar obscuro, un callejón que tenía una enorme "T" y luego de asegurar que nadie los viera bajo del auto junto a Jihoon, se miraron una última vez y luego se acomodaron sus abrigos subiéndo las capuchas de estas de manera que sus ojos quedaron bajo una sombra obscura, de sus bolsillos sacaron simples cubre bocas blancos con una "T" en cada una, se pusieron estas para finalmente cubrir todo su rostro comenzaron a caminar por aquellos barrios bajos que muy poca gente tenía el valor de ir a conocer.

Say The Name, SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora