Dana se encontraba aún con su hijo Jack, en el apartamento de éste. Estaba esperando a que su hijo terminase unos papeles, para que la llevara a una tienda a recoger un encargo para una amiga suya, justo cuando su teléfono móvil sonó.
Dejó su agenda encima del sofá y se levantó a coger el teléfono, que tenía ya guardado en el bolso. Sonriendo al ver que era su hijo Zack.
-Dime cariño...
-Hola mamá... Mmm... Esto... -No sabía como empezar-. Verás...
-Hijo mío, me estas asustando... -Se sentó nerviosa en el sofá-. Nunca en tu vida, te eh escuchado dudar al hablar.
-Necesito tu ayuda... -Soltó al fin con resignación.
-¡OH! –Exclamó sorprendida y llevándose una mano al pecho-. Desde los dieciséis años, que no me buscas para algún problema ¿Te ha ocurrido algo malo?
-No mamá... Veras yo...
Y Dana, escuchó durante cuatro minutos la confesión de su hijo con gran alegría. Para cuando éste hubo terminado, ponerse en pie con aire decidido y un poco enfadada.
-Muy bien, cariño... Espera un momento, no me cuelgues... -Con el teléfono en sus manos, se dirigió al despacho en donde se hallaba su otro hijo trabajando un poco. Nunca, habría hecho lo que iba hacer. Pero no veía nada correcto, el comportamiento de Jack. De manera, que ni se molestó en llamar a la puerta. Simplemente la abrió, dándole igual si interrumpía alguna llamada de negocios. ¡Bingo! Su hijo Jack, se hallaba en una conversación... Y la miró sorprendido, por la forma de aquella intrusión-. ¿Jack, cómo has podido? –Lo riñó con gran enfado.
-Un segundo madre... -Le pidió.
-Ni hablar, quiero respuestas ahora mismo –Dijo fulminándolo con la mirada.
-Bien Carrie, debo dejarte... -Le habló a la otra persona que se encontraba en el hilo telefónico-. Pásame estas cartas cuando termines de hacerlas... Adiós...
-¿Y bien? –Le exigió Dana, cuando hubo colgado.
-¿Se puede saber qué demonios ocurre? –Le inquirió a su vez.
-Conmigo no te hagas el tonto –Se puso una mano en la cadera, y la del teléfono lo apuntaba de forma amenazadora-. Sabes muy bien por que estoy enfadada.
-Pues la verdad es que no... -Se alzó de hombros, sin comprender el por qué de la actitud de su madre-. Siempre te has puesto así con Zack, por sus travesuras con las mujeres que me acababan afectando a mí... -Señaló medio riendo.
-A mí no me hace ninguna gracia, para que tú te rías de ello –Soltó un tanto sulfurada. ¿Así que lo has hecho para vengarte de todos los líos que tuviste por su culpa? –Indicó con pesar.
-¿Pero de qué me estas hablando? ¿Cuándo me he vengado yo? –Juntó las cejas completamente perdido-. ¿Y de qué?
-De tú hermano... -Dijo en un susurro.
-¿Zack? –Dijo su nombre, sin saber aún a que se refería su madre-. Como no me des más pistas, seguiré perdido con este asunto.
-No le has querido dar el número de teléfono de Susan... -acabó por decir.
-¿Has interrumpido en mi despacho como una leona por ese motivo? –Soltó enfurruñado.
-Sí –Lo encaró su madre, levantando un poco la barbilla como signo de advertencia-. ¿Por qué le negaste el número?
-Y se lo vuelvo a negar, si has entrado aquí para que te lo de... -Respondió molesto-. ¿Lo tienes en espera?... –Preguntó al ver, que el aparato tenía la luz de la pantalla encendida.
ESTÁS LEYENDO
Saga Edifcio XIV-Cazadora En Sus Redes- Tercera Parte.
RomanceParece que le llega el turno a nuestra mujeriega Susan, cuando aparece en escena el hermano gemelo de Jack y por cosas raras, acaba trabajando unos días para él. Entra, y conoce como sigue de liada esa oficina...