Una noche como otra cualquiera pero el mismo bar de siempre. Allí es donde todas me encuentran y del que luego salimos con algunas copas de más. Muchas no tienen prisas, eso es lo bueno de las mujeres, que les gusta hablar, les gusta conocer tus aficiones, les gusta bailar...y a mi no me importa...yo no les cobro...nunca.
Todo lo hago por lo mismo que ellas me buscan.
Por placer.
Por esa razón terminamos en el motel que la mayoría de ellas insisten en pagar, yo no les rechazo el detalle; no soy el que tiene control...no me gusta tenerlo, pero ellas en la cama luego si que desean ser controladas.
Cada una es especial por algo. Por su delicadeza, por su voz, por su pelo, por sus ojos...me piden cosas tan distintas que a estas alturas la lista sería inmensa. La de esta noche posiblemente me pida algo fuerte, es callada y las calladas son las peores. Pero no me importa, si es lo que desean yo lo cumpliré con creces, porque para eso estoy esta noche en este motel, para cumplir sus más oscuros deseos y quizás...yo también cumplir los míos.
Pero como siempre...mi búsqueda es infructuosa. Tras tenerla atada y hacerle el amor desde atrás con cierta violencia y haberme corrido. Nada...me siento cansado si, pero de nuevo...Vacio.
Esta noche he vuelto a fracasar. Ella quizás esté contenta...parece que está dormida. Yo la miro de reojo pero en realidad, aquello no me hace sentir mejor.
Soy adicto a esto, a tener sexo con desconocidos pero...aun no he encontrado a esa persona que me haga sentir especial a mi...a esa persona que cumpla mis más oscuras fantasías...
Pensé que lo conseguiría con las chicas pero...está claro que no...
Lo que yo más deseo es...estar con un chico, ser forzado, ser atado a la cama y sentir el cuerpo de un hombre sobre mi...eso es lo que yo deseo...Ser controlado...ser penetrado....
Ser amado.
Pero parece que no es posible, parece que ese chico nunca vendrá.
Bueno, yo le seguiré esperando la próxima noche en el mismo bar de siempre...y con el mismo apodo...
Lay.
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Otra noche que no duermo bien. Tengo ensoñaciones pero estoy despierto, necesito dormir pero no puedo y una idea bastante estúpida me viene a la cabeza...
No puedo resistirlo. Voy a la nevera.
No cojo ningun refresco aunque tenga sed, miro detenidamente una cosa y finalmente la agarro. Está frío y aunque nunca antes lo he hecho, estoy demasiado cachondo como para retroceder. Aunque lo enjuague en agua normal no se atempera y cuando la rugosa piel de la hortaliza roza mi piel tiemblo. Una fugaz imagen viene a mi en un recuerdo. Una chica introduciéndose en la vagina un plátano...Lo mio no es muy distinto, pero si más largo. Me siento patético y me río pero una vez está dentro dejo de reírme y suspiro.
-Dios...está demasiado frío....ugh...aah...-estoy masturbándome con un pepino aun cubierto por un plástico. Al principio la sensación es insoportable y abandono pero mi cuerpo arde, deseo seguir, tumbado en mi cama deseo fantasear que mis manos no son mías, que son de otro chico y que este vuelve a intentarlo decidido.
Con ayuda de mi propia saliva aquello finalmente se desliza como la seda...pero, cuando por fin alcanzo el clímax, siento dolor y al extraer la hortaliza, en mis dedos veo sangre.
Perfecto, me he hecho daño.
Un miedo atroz me corroe el cuerpo pero al cabo de un rato el dolor desaparece y con él mis preocupaciones.Otra herida a la lista...
Qué más da...me lo merezco.
Mañana por la noche quizás sea la noche.
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Esa esperanza con la que me duermo cada noche parece que se ha cumplido. Alguien escuchó mis plegarias y se compadeció de mí...Esta noche un hombre está conmigo. No es mi tipo, parece bastante mayor que yo pero...tiene un brillo especial en los ojos que me fascina...
Conversamos de todo un poco pero parece tener prisa. Me alegro, yo también, estoy impaciente.
El mismo motel, otra habitación, pero la misma decoración. El se queda de pie, me ha pedido que me desnude y lo hago lentamente...lo disfruto.
Sentado y completamente desnudo no me atrevo a mirarlo, lo oigo andar, sus manos llegan hasta a mi y cogen mis manos.
-Túmbate...- aquella simple petición me eriza la piel. Obedezco excitado y siendo de nuevo sus manos llevar las mías hasta el cabecero. Veo algo brillar, son unas esposas, acaba de atarme a la cama. Me quedo en silencio, quiero instarle a que empiece ya pero no quiero parecer más desesperado de lo que estoy...
Cierro los ojos, el peso de su cuerpo hace que el colchón suene. Sigue sin desvestirse, me acaricia mi espalda, saboreo el momento, noto su respiración en mi nuca, su aliento y entonces...
La puerta se abre de par en par, suenan varios disparos, mi acompañante cae lejos de la cama. Yo me encojo, lo poco que puedo ver es que otro hombre ha entrado. Vestido con gabardina avanza hasta el cuerpo de mi acompañante. Un nuevo disparo, grito.
-Mierda...se ha escapado...-un ruido de radio acontece, descubro que es policía, está hablando por walkie talkie- Aquí Kris...si, el sujeto ha huido pero no irá muy lejos...le dí en el pecho y la cabeza...estará desangrándose...tened cuidado, ahora es más peligroso...
Respiro entrecortada mente, el silencio vuelve pero sé que el hombre de la pistola sigue allí, me está mirando mi cuerpo,mi completa desnudez, y yo me siento desprotegido, tembloroso...
Está a mi lado y por fin nuestras miradas se cruzan.
Su rostro es serio, su pelo rubio, sus ojos fríos y grises...Es muy atractivo...me gusta. Sus manos acaban de quitarme las esposas. Tiene una fuerza increíble. Las acaba de romper...
Pronto noto que con cuidado arrastra la colcha de la cama y me cubre. Me acaba de dar la espalda. Va a irse, va a dejarme solo...
-No, espera...no te vayas...por favor...-suplico levantándome con dificultad.
-tranquilo, ahora vendrá alguien...a ayudarte...-sus pasos le llevan a la puerta y desaparece. Deseo que regrese, que regrese y se apiade de mi...que continúe lo que el otro no termino...
Miro a mi alrededor y veo sangre por todas partes...
¿Por qué? ¿Por qué estoy solo otra vez?