capitulo 8

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Con la respiración sosegada Sehun y yo reposamos tranquilos en la cama...El parece estar contento, parece inofensivo...Llevamos varias semanas pasando las noches juntos. Aún no ha ocurrido nada, Sehun no parece tener ganas de hacer nada especial, tan solo me rodea con un brazo y mira el cielo desde la azotea en la que estamos tumbados sobre un viejo colchón cubierto por una toalla.

-Sehun...
-¿Si Lulu?- me llama así desde que tenemos más confianza, a mi me gusta pero me hace sentirme pequeño.

-Esto... ¿por qué no me has mordido todavía?
-Porque no quiero estropear algo tan bonito como tu... –me sonríe mirándome con ternura. Yo no lo entiendo. Me hace sentirme como un osito de peluche.
-pues a mí me gustaría que me mordieras alguna vez...me gustaría saber que se siente- protesto levantándome y mirándolo a los ojos. Sehun se ríe y me besa fugaz.
-Tengo hambre, voy a beber...
-¡no!-alzo la voz y subiéndome en su regazo atrapo sus labios y comienzo a besarlo sin desmedida. Sehun suspira sorprendido. Yo comienzo a friccionar mi cuerpo contra el suyo, a besarlo apasionadamente. Sehun habla con dificultad mientras me besa:
-Lu...lu...esto...no...está bien...puedo...no puedo hacerlo si antes no...Nnngh...Nnngh...ah...-no me importa lo que me diga, mis manos están en su pantalón y sobre mis rodillas me sitúo para hacer aquello que antes no estaba preparado. Me siento sobre Sehun y este gime sobrecogido.
Yo también suspiro placentero, me muevo en un delicioso compás que yo mismo marco. Abrazo a Sehun, llevo su rostro a mi cuello, solo soy capaz de jadear pero él sabe qué es lo que quiero...Noto su boca abrirse, su humedad envolver mi piel, sus dientes están cerca, me muevo más rápido, Sehun rodea mi cintura deseoso pero no me muerde...lame mi piel y finalmente besa mi cuello. Saca la cabeza de mi abrazo desesperado, me mira a corta distancia y sonríe victorioso:
-No voy a morderte...ugh...Lulu...no...no me convencerás...lo siento...-me besa anhelante y yo gimoteo excitado cuando noto que sus manos agarran mis glúteos y ahora el marca también el ritmo, se balancea contra mí, mis piernas se resbalan y vuelven a su sitio.
No lo entiendo, sencillamente no entiendo porqué no lo hace...pero...supongo que así es el amor.

mi perfeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora