No esperaba volver a despertar y que él estuviera a mi lado. Ya creía haberlo dado todo por perdido...pero me equivoqué.
Tao duerme placidamente. Parece estar descansando bien. Yo lo miro ensimismado y con un dedo acaricio su mejilla, su barbilla, la forma de sus labios...
Tao no se percata de nada, duerme profundamente. Me gusta.
Me incorporo y miro a mi alrededor. Estamos en mi casa, menos mal...Tao quería que fuéramos a la suya...está loco...está rematadamente loco pero...aun así le quiero.
Vuelvo a mirarle.
Aunque he tenido ganas de rendirme, aun no lo he hecho...y Tao tampoco parece haberse rendido...
Aún queda mucho por hacer...una larga batalla que librar...
Yo ya no trabajo. Me he tomado unas vacaciones aunque mis superiores no quisieran. Tanto Tao como yo las necesitamos y si pudiera...
Si pudiera me largaria de esta ciudad...
Tao se mueve, se estira dentro de las arrugadas sábanas y disfruto viendo su blanca espalda. Abre los ojos y me mira adormilado.
-Hola...
-Hola...-sonrío timido y aparto la vista. Miro hacia otra parte reprimiendo una estúpida sonrisa. Tao desperezandose aun se gatea hasta mi y deja caer su cabeza en mi regazo, jusot donde está...
Sus brazos me rodean y cierra los ojos.
-Mmmm- casi ronronea como un gato. Empiezo a acariciarle el pelo, a peinarlo y entonces noto que su boca está mordiendo la tela, que busca lo que está debajo de ella. Y lo encuentra. Doy un respingo.
-¡Tao! ¿Qué haces?
-Jeje...¿no te gusta?-sonrió travieso. Que haga esas cosas me hace la cara arder de vergüenza.
-Sí pero...es...bah déjalo...-agacho el rostro y miro hacia la ventana pensativo. Callado de nuevo. Tao se incorpora un poco y se sienta a mi lado, busca mi rostro y yo lo muevo para no mirarle. Tao se ríe, le gusta jugar y entonces su manos me fuerzan a mirarle y sus labios me atrapan.
Nos besamos durante un rato, a veces lento, suavemente, y al final más rápido y hondamente. Me separo de Tao unos segundos.
-Dime que esta vez es de verdad...que vas a luchar por ponerte bien de verdad...
Tao sonría de esa forma que solo hace él cuando miente. Le miro serio, casi dolido. Tao me imita y bajo la mirada cansado.
-hey...tranquilo...ya es un paso que esté aqui contigo ¿no?
Le miro y decido preguntárselo:
-Tao...si yo me fuera de aquí ¿vendrías conmigo?- su mirada es de sorpresa y luego triste.
-Kris...sabes que no puedo salir de aquí...
-Sí que puedes...yo estoy aquí...y quiero irme...nada nos atamos...solo nosotros decidimos donde estar...
Tao me mira no muy convencido de mis palabras y simplemente me abraza. Y yo le correspondo.
Si, es una batalla larga la que nos espera...pero...
Al menos estamos juntos en ello.