Capítulo 6

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-Oye, ¿qué acaso no sabes que el bullying ya no está de moda?- preguntó Cat Noir con descaro. El villano, un boxeador vencido y poseído por una akuma, se volteó hacia el héroe y corrió hacia él para golpearlo. El gatuno chico lo esquivó por muy poco.

-¡Cat, déjate de tonterías y concéntrate!- exclamó Ladybug preocupada de que los juegos de su compañero le garantizaran un golpe. Lo que no vió venir es que quien fuera golpeada fuera ella. El villano no perdió tiempo para atacar y con un solo movimiento hizo a la chica estrellarse contra el muro de uno de los edificios.

-¡Eso fue muy bajo!- reclamó Cat saltando sobre el villano. Este intentó tomarlo, sin éxito. Daba golpes perdidos sobre su cabeza intentando dar con el chico.

-¡Cat Noir!- Ladybug, aún adolorida, intentó acercarse a los dos. Con ayuda de un boomerang cortesía de su Lucky Charm, rompió las cuerdas que sujetaban una enorme tela publicitaria cerca de ellos, haciendo que esta cayera sobre el villano y lo cegara.

Apenas se vió libre de alejarse del sujeto sin un rasguño, Cat saltó lejos de él.

-Buen tiro, BugaBoo.- dijo con un guiño. Ladybug rodó sus ojos con una ligera sonrisa.- ¿Estás herida?- preguntó acercándose a ella al verla sobar su brazo.

-Descuida.- respondió ella.- Creo que la akuma está en su cinturón de lucha.

-Muy bien. ¿Cuál es el plan?

-Derriba el poste a su lado antes de que logre quitarse esa tela de encima.- indicó señalando la estructura.- Yo me encargaré del resto.

-Entendido.

Aquella estrategia resultó a la perfección, con el poste reteniendo al villano lo suficiente como para que la heroína pudiera acercarse a él y tomar el objeto en el que residía el espíritu maligno.

La magia de la heroína se encargó de regresar todo a la normalidad, incluyendo esto sanar su brazo lastimado. Ambos héroes volvieron a verse entre sí y se acercaron el uno al otro para chocar los puños tras la victoria, pero los Miraculous de Ladybug les indicaron que era hora de salir de allí.

Cat Noir se encargó de distraer a los aficionados de dúo que se acercaban con sus celulares con la esperanza de conseguir una foto con los héroes. Eso le dió suficiente tiempo a Ladybug de correr tras el edificio más cercano para hacer desaparecer su transformación.

Una aliviada Marinette dejó salir un suspiró al darse cuenta de que no había sido vista por nadie. La kwami en sus manos le sonrió.

-Jamás los había visto a tí y a Cat Noir tan sincronizados antes de conocer la identidad secreta del otro.- aseguró la pequeña criatura.

-Supongo que es más fácil confiar el uno en el otro ahora.- respondió la chica con dulzura.

-Eso me ofende, mi Lady.- oyó decir a Cat Noir. El chico finalmente había hallado la forma de alejarse de la multitud y reunirse con su compañera.- ¿No confiabas en mí antes de saber quien era en realidad?- preguntó mientras su transformación desaparecía. Marinette sonrió mientras desviaba la mirada.

No era eso y ambos lo sabían. Simplemente trabajar con el otro se había vuelto una experiencia completamente distinta desde que ambos se dieron cuenta de que todo este tiempo habían estado más cerca de lo que pensaban.

-Hay que irnos.- respondió ella finalmente antes de comenzar su camino de vuelta a la escuela. Pero Adrien la detuvo.

-Hey, no tan rápido.- dijo con una sonrisa traviesa mientras tiraba ligeramente de su muñeca para regresarla hacia él.

-¿Qué sucede?- preguntó Marinette, antes de abrir sus ojos de par en par al sentir la mano del chico deslizarse por su mentón para acercar su rostro al suyo.

-Me parece recordar que dijiste que tendríamos tiempo para algo luego.- respondió el chico con una tierna sonrisa mientras se acercaba a su rostro. Marinette apenas veía con sus ojos bien abiertos aquella dulce expresión en su rostro, expectante de su respuesta como un niño que espera ser premiado tras una buena acción.

Sin embargo, el tiempo que habían pasado juntos desde que conocieron la identidad del otro no le había dado la suficiente confianza como para dar el primer paso. Intimidada, bajó su mirada, sin saber que esto le daba una impresión errónea al chico frente a ella.

-Ya veo.- dijo este finalmente, dándose por vencido.- Tienes razón, hay que volver a clases.- agregó antes de ponerse en marcha sin siquiera esperarla esta vez.

Marinette le miró triste y quiso decir algo, pero la pena que sentía por su cobardía la hizo callar. ¿Hasta cuando seguiría así?

Las siguientes horas en el college se volvieron largas y tortuosas para la chica. A lo largo del día, Adrien apenas volteaba a verla, sin cruzar palabra. Ella no comprendía por completo su actitud e intentó innumerables veces recordar si había comentado algo que lo hiriera directamente.

Al terminar las clases, Adrien ni siquiera se despidió de ella. Marinette tan solo lo vió alejarse de ella bastante rápido, cosa que solo la hizo sentir peor.

-¿Qué sucede con él ahora?- preguntó Marinette a su kwami con discreción mientras caminaban a casa.- ¿Crees que hice algo malo?

-A como lo veo, Marinette, solo hay una cosa que puede que haga que se comporte tan distante contigo.- respondió la criaturita.

-¿Qué cosa?

-Creo que él piensa que no te agrada...

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