Capítulo 8

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Un aperezado kwami negro despertó a la mañana siguiente. Aún con sus ojos entrecerrados, estiró sus bracitos hacia los lados intentando inútilmente deshacerse de la pereza que aún permanecía en él. Una vez que logró mantenerse despierto unos segidos, su barriga comenzó a retumbar exigiendo comida. Entonces vió al chico en la cama, aún dormido.

-Oye, Adrien, despierta...- llamó al acercarse a él.- Muero de hambre.- Pero no hubo respuesta.

El rubio, sumido en su sueño, abrazaba el accesorio que el día anterior le hubiere obsequiado su compañera, sujetándolo como si de este dependiera su vida. Aún inconsciente, se podía distinguir una ligera sonrisa en su rostro.

-Adrien...- insistió Plagg tirando de uno de sus mechones rubios.- Quiero comer...- Al notar la bufanda, vió en ella una oportunidad para despertarlo. Mas apenas tiró un centímetro de esta, Adrien reaccionó para tenerla de vuelta, cayendo de su cama en el proceso.

-¡Plagg!- exclamó al ponerse de pie.

-¡Quiero comer!- repitió el kwami.

-Bien, bien... Pero no tenías que hacer eso.- reclamó el chico.

-¿Y qué hacías durmiendo con esa cosa de todas maneras?- preguntó la criatura negra señalando el obsequio en sus manos. Adrien abrió sus ojos de par en par y lo lanzó detrás de él hacia su cama.

-No sé que hablas...

Mientras tanto en la habitación de Marinette, la chica no había hecho más que bailar sin ritmo de un lado a otro en su habitación desde que se había levantado.

-Será mejor que te apures, enamorada, o llegarás tarde a la escuela...- le advirtió su kwami antes de ser tomada sin previo aviso en las manos de su portadora, quien comenzó a girar con ella. -¿Qué te tiene tan feliz?- preguntó algo mareada.

-Bueno...- respondió la chica finalmente concentrándose en arreglarse para las clases.- Puede o no estar relacionado con el beso con Adrien...

Cuando por fin ambas se pusieron en marcha hacia la institución, Marinette no hacía más que hablar del chico y de lo mucho que deseaba verlo de una buena vez y abrazarlo. Quizás besarlo también...

-Es tan lindo...- suspiró la muchacha una vez más cuando estuvieron cerca.

-Sería bueno que le mencionaras que gustas de él.- aconsejó Tikki.

-No creo que sea tiempo aún.- respondió Marinette testarudamente.- Será mejor que todo siga su curso.- agregó con una sonrisa. Al levantar la mirada hacia el frente, su rostro se ensombreció. Allí estaba Adrien... y también Chloe...

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