Capítulo 7

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-No lo entiendo. ¿Por qué Adrien pensaría una cosa así?- dijo Marinette recostada en su cama mirando directamente al techo de su habitación.

-Bueno, ponde en sus zapatos.- respondió Tikki.- Él ha estado detrás de tí durante un buen tiempo intentando ser más que tu compañero, sin ningún éxito. Ahora que conocen sus identidad, él creyó que tendría una oportunidad, pero tú no pareces demostrar interés alguno en él aún. Tal vez decidió que finalmente es hora de darse por vencido.

-No es que no me interese, ¡es todo lo opuesto!- reclamó la muchacha.- ¡Estoy enamorada de él!

-¡Pero él no lo sabe!- le recordó su kwami.- Debes demostrárselo. No perderás nada. Ahora sabes que Adrien está loco por tí así seas Ladybug o Marinette.

-¿Y cómo hago eso?- preguntó Marinette.

-Debes ganarte su corazón de nuevo.- explicó Tikki.- Cat Noir pasó mucho tiempo intentando conquistarse. Ahora es tu turno. Los chicos también tienen derecho a recibir muestras de afecto.

Marinette sonrió dulcemente. Cat Noir realmente había dedicado mucho de su tiempo a acercarse a ella, y esto no había cambiado con Adrien al darse cuenta este de su identidad secreta. Se sentía mal por que él pudiera pensar que todo aquello fuera en vano. Su pequeña compañera tenía razón, y ella tenía un plan.

Temprano al día siquiente se encontró con Cat Noir en el parque. Ella aún conservaba el horario de actividades del chico y sabía perfectamente que se encontraba libre en ese momento, por lo que dedujo que se encontraría en labor de héroe entonces.

-Hola, Cat.- saludó con una sonrisa sentándose a su lado en la orilla del edificio en el que se encontraba.

-Hola.- respondió este imitando el gesto. Ya no lucía tan serio como el dia anterior, pero aún parecía algo distante. Ladybug respiró profundo y prosiguió con su plan.

-¿Sabes? Tengo algo para tí.

-¿Ah, sí? ¿Qué es?- dijo él con sus ojos llenos de curiosidad. La chica le mostró entonces una bufanda negra con pequeños patrones en forma de huellas de gato de color verde por doquier.

-El invierno se acerca, y no voy a permitir que mi gatito se congele si puedo evitarlo. Así que hice esto para tí.- explicó con una dulce sonrisa. Cat miró con ilusión la prenda y luego levantó su mirada hacia la muchacha.

-En asombrosa.- dijo.

-Solo asegúrate de tener cuidado con los tornillos o cualquier otra cosa que pueda deshacerla.- agregó ella mientras colocaba el obsequio al rededor del cuello de su compañero.

-No pasa nada.- respondió él con una sonrisa juguetona.- Entonces tendré un ovillo de lana para jugar.

Ladybug lo miró incrédula, antes de comenzar a reir. Sí, definitivamente su compañero había vuelto a ser el mismo con ella. Cat Noir la miró con una sonrisa y se acercó a ella para darle un rápido beso en la mejilla.

-Gracias...- murmuró. La heroína se sonrojó al instante.

-No es nada.- dijo ella. Cat sonrió y se concentró en su bufanda. Realmente estaba fascinado con esta. Ladybug lo miró un momento, encariñada con su expresión de ilusión. Luego colocó una mano en su mejilla, para hacerlo verla de frente, y se acercó a su rostro. Juntó sus frentes mientras acariciaba su rostro.

Cat la miró fijamente, un poco sorprendido. Acto seguido, cerró sus ojos y estiró un poco sus labios, expectante de que estos se encontraran con los de ella. Ladybug cerró sus ojos también y finalmente besó suavemente a su compañero.

Cat Noir se acercó un poco más y colocó una mano en su espalda. Dejándose llevar por el momento, presionó un poco más sus labios contra los suyos. Su mano subió hasta llegar a su nuca. Una vez allí, enterró con cuidado sus garras entre su cabello oscuro.

Unos segundos más tarde, Ladybug se alejó lentamente, enternecida de la dulce sonrisa en el rostro del chico que vió al abrir sus ojos. Este la miró con sus mejillas tan coloreadas como su máscara y volvió a dejar descansar su frente contra la de ella.

Ladybug rodeó su cuello e inclinó su cabeza para recostarse sobre su hombro. Cat acarició su mejilla contra la de ella, mientras rodeaba su pequeño cuerpo con sus brazos. La muchacha suspiró y chilló en su interior.

Misión cumplida.

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