Capítulo 3

10.9K 778 289
                                    


-Muy bien, clase. Coordinaremos las parejas para este trabajo.- avisó la profesora.- ¿Quienes serán?

-Max y yo haremos el trabajo juntos.- avisó Kim estrujando al nerd a su lado.

-Muy bien.- respondió la encargada anotándolos.- ¿Quién más?

-Yo trabajaré con Adrien.- indicó Chloe levantando su mano mientras volteaba a ver al chico rubio y le dedicaba un guiño.

-De acuerdo.

-De hecho,- interrumpió Adrien antes de que anotara sus nombres.- pensaba trabajar con Marinette.

-Oh, está bien.- dijo la profesora antes de dirigir su mirada hacia la chica.- ¿Está bien para tí, Marinette?- La muchacha se había sonrojado ligeramente al ser propuesta por su compañero, y esto fue aún más evidente cuando la clase entera volteó hacia ella.

-Seguro.- respondió finalmente. Adrien sonrió vistorioso.

-Entonces asumo que Chloe trabajará con Sabrina.- preguntó la maestra. La chica de gafas asintió eufóricamente, mientras la rubia a su lado cruzaba sus brazos con un bufido.

-No olviden que todos los miembros de los gruos deben estar presentes el día de la exposición.- recordó la profesora antes de que sonara el timbre de salida de clases.

Tras colocar sus cosas en su mochila, Marinette se levantó de su asiento, cuando al chocar con alguien cayó de nuevo en este.

-Lo siento.- se disculpó el intruso ofreciendo su mano para ponerse de pie de nuevo. Marinette la tomó sin fijarse, rogando que Adrien no hubiera visto eso. Un gritillo escapó de su carganta al darse cuenta de que lo tenía en frente.

-¡Adrien!- exclamó antes de soltar su mano.- No, no pasa nada. ¿Qué...? ¿Qué fue todo eso?- preguntó.

-Bueno, pensé que si sucedía algo mientras trabajábamos en el proyecto, no tendríamos que inventar alguna excusa ridícula a nuestro compañero para salir a detener a los malos.- explicó el muchacho con una mano detrás de su cuello. Con o sin máscara, ella seguía siendo Ladybug para él. SU Lady. La chica cuyo corazón aún esperada ganar.

-Vaya... Bien pensado.- dijo Marinette.- Y, eh, ¿no deberías ir a almorzar ahora?- preguntó al ver que su compañero no se había movido ni un centímetro de su lugar.

-Lo sé, es solo que, bueno, la clase acabó. Y creo que ambos sabemos que hora es.- La chica golpeó su frente al percatarse de lo que se refería.

Cada día ella aprovechaba la hora del almuerzo para patrullar la ciudad. Esa era una de la horas en las que París se encontraba más concurrida. Siempre se había preguntado por qué Cat Noir elegía esa hora también. Ahora lo sabía. Ambos tenían ese momento libre.

-Cierto.- respondió finalmente.

-¿Nos vamos, mi Lady?- preguntó Adrien coquetamente extendiendo su mano hacia ella. Marinette lo obligó a bajarla de inmediato.

-¿Q-Qué haces? Creí que habíamos hablado de esto.- chilló mirando al rededor para asegurarse de que nadie los había visto.

-¿De qué hablas?- preguntó él. Marinette suspiró

-Cat Noir es quién coquetea con Ladybug todo el tiempo.

-¿Y por qué no puede hacerlo Adrien con Marinette?- preguntó el chico con una dulce expresión. Las mejillas de su compañera se colorearon aún más, si es que tal cosa era posible.

-¿C-Coquetear conmigo?- preguntó intimidada. Adrien sonrió. Jamás pensó que Ladybug pudiera ser tan tímida sin su traje.

-S-Sí, es decir. No es que cambien las cosas cuando no estamos protegiendo a París del mal.- respondió él tomando su mano. La chica mordió su labio inferior, nerviosa. Adrien le sonreía, una sonrisa tierna que la hacía derretirse por dentro.

Marinette, con su mirada clavada en sus ojos verdes, se llenó poco a poco de valor. Dió un par de pasos hacia adelante para acercarse hacia Adrien y este la imitó, inclinándose hacia ella hasta rozar sus narices. El contacto la hizo sonreir también. Nunca antes se imaginó encontrarse en una situación parecida. Todo era simplemente perfecto, demasiado perfecto...

-¡Marinette!- llamó Alya entrando al salón de clases.- Vamos, chica. La hora del almuerzo no durará para siempre. ¿Por qué te tardas tant...?

Con una expresión de pánico, el dúo volteó a ver a la chica, quien sin reparo dejó caer su mandíbula de la impresión. Era una situación bastante incómoda. Intentando evitar el contacto visual con cualquiera de los dos, Marinette tiró de la mano de Adrien y lo llevó con ella hasta la puerta. Una vez allí tiró de su hombro para nivelarlo a su altura.

-Nos vemos en el edificio junto al parque.- le indicó en un susurro. El chico asintió antes de sonreirle inocentemente a Alya y caminar lentamente lejos de allí.

-¡¿Qué rayos fue eso?!- exclamó la muchacha morena a su amiga.

-Alya, baja la voz...- le suplicó Marinette.

-Pero... tú y él... y... ¡Oh, cielos! ¿Le dijiste?- preguntó emocionada, sin percatarse de que el chico aún se encontraba lo suficientemente cerca de ellas como para escuchar de lo que hablaban. Marinette lo vió y llevó a su amiga lejos de allí.

-Por favor, cálmate.- le rogó.- No, no le he dicho nada.

-Entonces será mejor que me expliques la comprometedora situación en la que se encontraban, amiga.- dijo Alya con sus manos en sus cadera, esperando una respuesta razonable para todo aquello.

-No lo sé, simplemente... pasó.- aseguró la chica de cabello oscuro encongiéndose de hombros.

Le tardó más de lo esperado convencer a su amiga de hablar de los detalles luego para finalmente desaparecer de su instituto. Encontró el lugar perfecto para transformarse en una alejada esquina y de inmediato se puso en camino al lugar acordado con Cat Noir. El chico ya se encontraba allí, sentado en la orilla del edificio balanceando sus pies en el aire como un niño pequeño que espera.

-Lamento la tardanza.- dijo algo agitada antes de sentarse junto a él.

-¿Qué fue todo eso?- preguntó Cat algo curioso. No comprendía por qué tanto alboroto por parte de Alya.

-Es... una larga historia.- aseguró ella evadiendo el contacto visual.- Tú, eh... ¿Has visto alguna actividad sospechosa?- preguntó intentando cambiar el tema.

-Nada que reportar.- respondió él con una mano en su frente cual soldado. Ladybug no pudo evitar soltar una risilla ante esto.

-Muy bien, gatito.- rió divertida. Más su expresión se tornó de sorpresa en cuanto el chico se tomó la libertad de recostarse en su regaso con toda la confianza del mundo. Con sus ojos cerrados y una sonrisa triunfante en su rostro, se le veía cómodo.

-¿Sabes?- comenzó antes de acostarse boca arriba para verla.- Es genial saber que ya no tendré que escapar solo de la escuela para hacerme cargo de los malos. Me alegra que seas tú seas Ladybug, Marinette.- dijo con una expresión de felicidad. Su compañera sonrió con ternura mientras comenzaba a cepillar su cabello, peinándolo hacia atrás. El minino cerró sus ojos encantado al momento que un ronroneo escapaba de su garganta.

-Y a mí me alegra que tú seas Cat Noir, Adrien.- respondió con un ligero sonrojo. "Más de lo que crees" pensó.

-Y dime, ¿qué es lo que tenías que decirme?- preguntó él.

-¿Decirte?- preguntó ella extrañada.

-Escuché que Alya te preguntó si me habías dicho algo.- explicó.- ¿Si me habías dicho qué?- Adrien abrió sus ojos en cuanto sus caricias se detuvieron.

-Yo...


Trabajo en equipoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora