-¿Pero de qué es lo que quiere hablar?- se preguntaba Adrien a sí mismo, siendo inevitablemente oído por Plagg.
-¿Por qué te torturas con eso? Tan sólo espera y lo sabrás.- respondió el kwami ya cansado de escuchar su inseguridad.
-Pero... No puedo esperara. No después de ver su cara. ¿Es que acaso no la viste tú?- preguntó el muchcho insistentemente.
-¿Quién rayos podría ver algo desde tu mochila? ¡Ya relájate!- exigió Plagg. Adrien intentó calmarse. Respiró profundo y miró a su alrededor. Sus compañeros de clases caminaban a su lado o conversaban entre ellos. Era la hora de receso.
De pronto su mirada se cruzó con la chica de cabello oscuro que apenas dejaba el salón de clases. Con una sonrisa y olvidándose por completo de su charla luego de clases, se acercó hacia ella.
-¡Marinette!- exclamó. De inmediato ella levantó la vista y su rostro se iluminó al verle.
-Hola.- saludó dibujando rápidamente una sonrisa en su rostro, como si ocultara algo más.
-¿Sucede algo?- preguntó él al ver este rápido cambio.
-No, nada.- respondió ella rápidamente.
-¿Estás segura?
-Claro que sí.- aseguró Marinette, colocando una mirada seria al fijarse su vista en un punto a espaldas del chico. Al voltear este, pudo ver a Chloe. La rubia acomodó su cabello coquetamente al verlo.
-¿Tiene que ver algo con Chloe lo que sucede?- insistió Adrien.
-Yo... nos vemos después.- dijo ella alejándose de allí para encontrarse con su amiga. Si el muchacho no estaba confundido antes, vaya que lo estaba ahora.
Al verla alejarse, Chloe no perdió la oportunidad para acercarse al chico.
-¿Sucede algo?- preguntó empalagosa.
-¿Qué le hiciste a Marinette?- preguntó él con seriedad. Sus brazos cruzados le indicaron que no jugaba.
-¿Hacerle algo a Marinette? ¿Yo? ¡Sería incapaz!- exclamó la rubia con un innecesario dramatismo.- Tan solo conversamos civilizadamente y pusimos en claro un par de cosas...
Adrien la miró fijamente sin estar muy seguro de tomar su palabra como respuesta definitiva. Por el momento lo dejaría pasar.
Tras un lento día escolar, Adrien vió su oportunidad de acercarse a Marinette de nuevo al encontrarla en las puertas de la academia al salir de sus clases. Se aceró efusivo a ella, luciendo orgulloso el obsequio que ella le había entregado el día anterior. Le escuchó conversar con alguien en voz baja. Al no ver a nadie al rededor, asumió que se trataba de su kwami.
-Hola, mi lady.- saludó con una gran sonrisa, sobresaltándola.
-¡Adrien! Hola...- Sus ojos azules se abrieron de par en par con sorpresa al ver la bufanda al rededor de su cuello.- ¡¿Pero que haces con eso?!- le preguntó entre risas al ver el accesorio.- Yo le obsequié esa bufanda a Cat Noir. Si alguien te ve con eso podría sospechar...
-Lo siento.- dijo él riendo también.- Es que en serio me encanta.- Marinette sonrió enternecida y acercó sus manos a su cuello para arreglarla. No muy lejos de ellos, la mimada hija del alcalde no les quitaba la vista de encima y no dudó en acercarse al ver como la chica de cabello oscuro colocaba sus manos sobre su preciado chico.
-¡Creí que habíamos dejado las cosas en claro!- exclamó a modo de berrinche al acercarse a ellos. Ambos voltearon, pero Marinette desvió la mirada mientras alejaba sus manos de él.
-¿Qué? ¿De qué habla?- le preguntó Adrien.
-No es nada.- respondió Marinette molesta.
-No me gusta que se metan con lo que me pertenece.- aseguró la furiosa rubia.
-Adrien no es de tu propiedad, Chloe.- aseguró Marinette.
-Muy bien. Quiero una explicación ahora.- exigió él.
-Oh, Adrien.- comenzó Chloe como toda una mártir.- Es que Marinette no deja de apartarte de mí. Yo, que soy tu amiga de toda la vida.
-Estás viendo cosas...- aseguró él.- No comprendo por qué te molestas tanto con Marinette. ¡Hablo con muchas chicas todos los días!
-¡¿Pero cómo es que puedes ser tan ciego?!- exclamó ella más que frustrada.
-¿Pero de qué hablas?
-Adrien, en serio. No es nada...- le murmuraba Marinette mientras intentaba tirar de su brazo para salir de allí.
-Oh, no, Marinette. Sí que es algo. Algo muy importante.- reclamó Chloe.- La chica de cabello oscuro intentó alejarse por su cuenta, pero su oponente tiró de su brazo para colocarla frente al chico.
-¡Hey!- exclamó Adrien.- Chloe, basta. Déjala ya.- insistió.
-Dime, mi querido Adrien, ¿cómo puedes estar tan ciego como para no darte cuenta de que Marinette Dupain-Chen está enamorada de tí?
Las mejillas de Marinette se tornaron carmín como nunca antes, mientras que Adrien dejó caer su mandíbula con sorpresa. Chloe creyó haber cumplido su objetivo de humillar a su contrincante, pero supo que se equivocaba al ver como el muchacho se acercó lentamente a la chica a su lado.
-Marinette... ¿eso es cierto?
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Trabajo en equipo
Roman d'amourDurante un ataque a su escuela, el dúo de super héroes de París termina conociendo la identidad del otro. Aunque no se esperaba nada como eso, Adrien está dispuesto a acostumbrarse poco a poco a la situación. Pero Marinette está teniendo problemas p...