Capítulo 5

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-¿Desvelada, mi Lady?- susurró Adrien volteando hacia su compañera al día siguiente en la escuela al ver a esta recostada sobre su mesa. La chica levantó la mirada rápidamente, sosprendiéndose al ver las ojeras en el rostro del chico.

Ladybug había sugerido extender la última patrulla nocturna un poco más, con la excusa de que una akuma podía atacar a cualquier hora. A pesar de que su compañero cuestionó un poco aquello, no se negó cuando ella lo dejó descansar en su regaso la mayor parte del tiempo mientras acariciaba su cabello rubio.

Sin embargo, la idea de la chica los había llevado a descansar tan solo un par de horas antes de entrar a clases al día siguiente. Ahora ambos apenas podían mantener sus ojos abiertos.

-Déjame dormir.- respondió Marinette regresando a esconder su cara entre sus brazos sobre su escritorio. Adrien rió y recostó su cabeza sobre la mesa de la muchacha también, quedando así su rostro frente al de ella. Marinette volteó su cabeza de lado para verlo, acercando una mano hacia el rostro del chico para acariciar su mejilla. Adrien cerró sus ojos dejándose mimar.

Marinette estaba sorprendida de lo mucho que sus interacciones habían cambiado desde que habían descubierto la identidad del otro. Como Cat Noir, Adrien se mostraba mucho más tierno y calmado, mientras que en su forma civil se volvió algo más atrevido y juguetón. Poco a poco, la chica se sentía más cómoda a su lado.

Alya quedó sin palabras al darse cuenta de que su amiga no dejaba de bromear con el muchacho. Ocasionalmente deslizaba la punta de algún lápiz por su nuca para hacerle cosquillas o acariciaba su cabello cuando la profesora se distraía. Adrien reía y dejaba caer su cabeza hacia atrás para verla.

Desde luego, Alya no era la única persona en la clase. Nino no dejaba de reir con las expresiones de su amigo ocacionadas por las travesuras de Marinette, y por supuesto, Chloe no les quitó la mirada de encima en todo el día.

Al salir de clases, Alya tiró de su amiga lejos de los demás.

-Muy bien. Será mejor que me digas en este momento qué está psando entre ustedes dos o me veré obligada a usar mis habilidades de reportera para averiguarlo yo misma.- dijo con una sonrisa amenzadora. Marinette rió, pero esta expresión se borró de su rostro al escuchar gritos en la ciudad y algunas sirenas de policías.

-Yo... te lo contaré todo luego. ¡Nos vemos!- dijo rápidamente la muchacha de cabello oscuro antes de echar a correr en dirección al muchacho.

-E-En serio no sé de qué estás hablando, Chloe.- decía Adrien incómodo por la cercanía del rostro de la rubia al suyo. Con sus brazos al rededor de su cuello, esta no pensaba dejarlo ir pronto.

-Oh, yo creo que sabes muy bien de lo que hablo, Adri-Boo.- respondió ella.- Tú y yo solíamos ser más cercanos, ¿por qué pasas tanto tiempo con ella?- preguntó con un tono juguetón.

-Yo no paso tanto tiempo con... ¡Marinette!- exclamó el chico al verla, aprovechando para soltarse del agarre de Chloe. Marinette sonrió casual, como si hubiera pasado allí por accidente, y se acercó al chico.

-Hola, Adrien.- saludó, extrañada cuando este se colocó detrás suyo y rodeó su cintura con su brazo.

-Hola.- respondió él con una sonrisa de alivio.

-Eh, lo siento, Marinette. Pero Adrien y yo estábamos en medio de algo.- dijo Chloe de brazos cruzados.

-Oh, lo lamento mucho Chloe. Pero sucede que justo venía por él.- respondió la chica.

-¿En serio?- preguntaron los dos sorprendidos.

-Asi es.- dijo la chica de cabello oscuro dando un paso hacia atrás para colocarse justo al lado del chico y rodear su torso con ambos brazos.- No lo olvidaste, ¿o sí?- preguntó con una tierna mirada.

-¿Q-Qué cosa?- preguntó este nervioso, sin tener idea de lo que hablaba.

-Ya sabes, esa cosa que debíamos hacer al salir de la escuela.- respondió ella guiñando su ojo. Aún sin estar muy seguro de a qué se refería con exactitud, este gesto le indicó que estaba relacionado con sus alter egos. Sin pensárselo mucho más, asintió.

-Oh, "eso".- dijo finalmente.- Es cierto. Lo siento, Chloe. Tenemos que irnos.

Sin darle tiempo a la rubia de responder, ambos caminaron rápidamente fuera de la escuela. Adrien se sorprendió cuando la chica tiró de su brazo hacia un alejado rincón del edificio, pero una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro en un instante al percibir un mensaje equivocado.

-¿Crees que alguien pueda vernos aquí?- preguntó ella en un murmullo mirando detrás de sí para asegurarse de que no habían sido seguidos.

-No.- respondió el chico sin quitarle la vista de encima.- Y debo decir que me impresionas. No conocía este lado tuyo, Marinette.- agregó rodeando con una mano su cintura y con la otra tomando suavemente su barbilla para hacerla mirarlo de frente. Las mejillas de Marinette se volvieron carmín en un momento.

-¿Pero qué...? ¡No te traje aquí para hacer eso!- exclamó tomando su mano para alejarla de su rostro.- ¿Acaso no funciona tu "sexto sentido gatuno" o como sea? ¡Hay peligro, debemos transformarnos!

Marinette señaló la calle, en donde algunas patrullas se dirigían al centro de la ciudad. El rostro de Adrien enrojeció al igual que ella.

-Yo... lo siento.- dijo apenado apartándose de ella y levantando su anillo para iniciar con su trabajo. Marinette, aún sonrojada, reunió todo su valor y se acercó de nuevo hacia él, tomando su rostro entre sus manos y besando suavemente la comisura de su boca.

-Ya habrá tiempo para eso luego, gatito.- murmuró antes de transformarse y adelantarse a la escena de caos. Adrien necesitaría un momento, pero su kwami le reclamó que las chicas ya les llevaban ventaja.


Trabajo en equipoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora