Hola, hola. A los pocos o muchos que me leen, les vengo a dejar un capítulo más, si de pronto hay errores ortográficos terribles haganme saber por favor, ando en escases de computadora así que escribo de mi celular~ Sin más disfruten... Si es que lo disfrutan (?)
•• Inicio de Capítulo ••
Hamburgo, Altstadt
Primero de Diciembre del año 2010, 22:40 p.m.
La noche había caído con total calma en Hamburgo, el ruido de la ciudad opacaba los murmullos de la gente, o al menos una gran parte de ese exasperante sonido.
Redeker siempre había preferido el silencio porque así este le hablaba, le susurraba con el viento. Además los gritos y llantos de sus víctimas solían ser más intensos, más duraderos, más dulces. El silencio los hacía pensar que en algún lugar les escucharían, les hacía creer que su garganta seca y dolorida sacaría un lamento tan profundo y desgarrador para ser captado por un héroe, pero sólo los oídos de su captor percibían aquello, le excitaba.
Su cordero esa bella noche, no era ni más ni menos que la esposa de Josef Steinbrück, el ministro federal de trabajo y asuntos sociales y vaya que estaba cooperando con la sociedad ese hombre. Lo dedujo desde la llegada de información días atrás, a Redeker le enviaron una gran cantidad de información sobre la esposa de este hombre pues la deseaban muerta, no le mencionaron los motivos, para su trabajo no era necesario si había una buena paga aunque muchos clientes preferían decirle esperando que tomara como propios esos sentimientos para hacer mejor su trabajo, nunca lo había comprendido.
En esos momentos la propuesta le pareció interesante, pero aún así debía ser precavido y lo llevo a meditar durante horas, a hacer su propia investigación. ¿Por qué ella debía morir? parte de su 'campaña' para las elecciones estatales de Hamburgo el año siguiente quizá, pero ¿Cómo ayudaría eso a la campaña? ¿Empatía? ¿Lástima? Fumó sin parar deduciendo los pasos... Sabía que la policía de Alemania le buscaba, no era un asesino serial por lo que no tenían una patología de donde partir y pronto en los avances policiales estaba el principal factor de esto, el dinero. De pronto algo se iluminó en su mente, las elecciones estatales requerían confianza de la gente ¿no? últimamente las personas estaban temerosas de salir con los asesinatos que llevaban a cabo él y más 'monstruos', pero si lograban atrapar a uno de ellos las personas verían a Josef como el indicado, como el líder, el capaz... Si lo atrapaban, el tendría aseguradas las elecciones como alcalde. Una sonrisa se hubo plasmado en su rostro, como niño en plena víspera navideña. Y allí estaba, en un lujoso restaurante junto al muelle, bebiendo una copa de vino blanco mientras sus ojos escudriñaban cada rincón del sitio. Francotiradores del otro extremo, seguridad por cada esquina y disimuladas patrullas pasando una y otra vez por fuera, todo normal para otros ojos pero no para él. Miró a la mujer de cabellera rubia y ojos azules, las manos perfectamente cuidadas pero a su vez demostraban la edad con arrugas y pequeñas manchas oscuras no temblaban, sus ojos no buscaban nada, su postura relajada... Ella no lo sabía. Era un conejillo de indias y no estaba enterada. Su mente comenzó a maquinar un plan, algo rápido y funcional, sin fallas. Necesitaba un señuelo, y necesitaba captar sólo la atención de la mujer.
Aquellos hombres pagarían la osadía de mentirle. Asesinaría a esa mujer, al parecer ellos confiaban demasiado en sus inútiles policías, pero no conocían con quien estaban tratando, a esa mujer no la querían muerta y aunque existiera la mínima posibilidad que se equivocara, entonces habría cumplido satisfactoriamente, y seguro que le daría la victoria en las elecciones, la gente sabría que Josef los entiende con la muerte de su amada esposa.Emil se puso en pie rechinando de forma estridente la silla que ocupaba, captó la atención de más de un comensal, entre ellos la hermosa Tara Steinbrück; Fingió una sonrisa avergonzada mientras levantaba su copa a todos quienes le veían finalizando con la dama, luego bebió el último trago y dejó varios billetes sobre la mesa mientras salía del sitio.
Hamburgo, Reeperbahn - Hamburgo, Altstadt
Primero de Diciembre del año 2010 ( de 22:40 p.m. a 23:45 p.m.)
Cuando salió del bar una corriente fría azotó su rostro, el cambio de temperatura le espabiló dejando todos sus sentidos atentos. Aún no deseaba volver a casa, quería estar más perdido en alcohol u otras emociones, al final cuando se montó en su auto sacó su móvil para buscar algunos otros sitios de entretenimiento, a pesar de llevar algunos años viviendo en Alemania no conocía nada, no solía salir a ningún lugar. Su pantalla le mostró más bares y restaurantes, le mostró salas de cine y hasta algunos teatros poco reconocidos, no había algo realmente atrayente pero supuso que el teatro le vendría bien.
El gps le guió durante un buen trayecto, dando vueltas y tomando angostas calles hasta un antiguo edificio con una amplia entrada iluminada por grandes faros blancos, dentro del lugar había unas escaleras que llevaban a un piso donde se leía 'boletos', mientras Andrei subía, observaba los carteles promocionales con obras tanto pasadas como las que estaban en puesta esas semanas, uno de esos carteles capturó su total atención, la obra era de hacía un poco más de un mes, una obra de terror que suponía fue puesta por el tan famoso Halloween. Aunque lo llamativo era el perfil de un joven de tez blanca y cabellos negros, su hermoso ojo verde atraía la mirada entre tantas sombras del cartel, por un momento pensó que era aquel joven del bar pero se reprendió mentalmente, tanto divagar sobre el hombre le estaba haciendo verlo incluso en la sopa, así que hastiado de si mismo giró sobre sus talones y volvió a su auto con la única misión de irse a la cama, al final salió de unos pensamientos para sumergirse en otros.
Pasaba por la avenida que daba justo al muelle cuando una explosión hizo retumbar los vidrios de su auto, el cielo nocturno se incendió en sólo segundos y luego todo silencio, pudo haber jurado que fueron horas de eterno silencio que se vio roto por los gritos de las personas y las sirenas de patrullas.
¿Qué carajo estaba pasando? Preguntas que sólo alguien podría darle, pero que no obtendría jamás.Interrogantes, la vida esta llena de ellas y hasta el demonio mismo las tiene.
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Historia de un asesino.
General FictionNo creía necesario establecer vínculos con alguna persona, no cuando tenía actividades tan peligrosas pero llenas de adrenalina. Él no era una buena persona, así que estas tampoco estaban permitidas en su vida... Sin embargo, llegó aquel ser just...