Ceremonia Colosal

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3ra parte:


Fui lo más rápido posible, mi corazón cada vez se aceleraba a mil por segundos, deseaba en el alma poder encontrarlo, no voy a permitir que me deje, no quiero que se vaya, él se comprometió, accedió a trabajar aquí, era el único miembro que faltaba, no me puede hacer esto, Eidan no te vayas...

Llegue a la terraza grande, en el último piso, vaya que estoy cansada, subir estas escaleras cuando hay ascensor, estar bajo presión a veces no me deja pensar bien...


—Rayos donde estas Eidan –observaba a todo lugar, ¿habrá bajado? –Hago muecas-
— ¡idiota donde estas! –Grite golpeando mis muslos-

—Aquí estoy señorita Aisha

—gire de inmediato sorprendida- —Menudo susto que me has dado, pero eso no importa, que bueno que estas aquí, por un momento creí que te habías marchado. –Comente algo sentida-

—no le dije que me iría, de hecho si estoy acá es por lo mismo, vine en cuanto termino usted su discurso, acá la estaba esperando y ya llego

—pero porque no me esperaste abajo, te busque por todo el salón, Beverly me dijo que estabas aquí, por eso llegue si no seguiría perdida

—no se preocupe sabía que llegaría, ¿subió por las escaleras? Me pregunta algo risueño-

-lo observo con los ojos entrecerrados disimulando- —sí, pero es porque me gustan las escaleras  -cruzo los brazos y luego rasco mi cuello-

—usted no sabe mentir, los nervios le hicieron olvidar el ascensor, no tiene por qué mentirme

— ¡eso es lo de menos! Que fastidio contigo

— si no te gusta me voy entonces 



lo veo irse, mis ojos se abrieron como platos, o huevos estrellados, yo enseguida lo detuve tomándolo del brazo, y en ese acto Eidan gira acercándose a mí, quedándonos muy de cerca, nuestras respiraciones se complementaron, mis manos temblaban, sentía como sus ojos se impregnaban a los míos, su aliento era delicioso, su calor corporal me envolvía entera...
¡dios que me pasa me reconozco por completo!

Ambos nos alejamos al mismo tiempo un poco , yo acudí a decir algo para olvidar esta escena...



—Y bueno, a lo que nos compete, Eidan, mira –jugaba yo con mis manos-
—Con toda la sinceridad de mi ser, yo no quiero que te marches, y no es porque si lo haces ya no podremos seguir trabajando, no es eso, yo simplemente no quiero que te vayas porque siento que no debes hacerlo, quiero decir que, yo sé que serás un ángel aquí;  claro al principio no estuve de acuerdo, pero ahora es diferente, ya tengo otro concepto menos odioso que el de antes, yo sé que tienes todos los fundamentos correctos para hacer lo que quieres hacer, lo entiendo, pero no lo comparto.

—Señorita Aisha, desde que supe lo que usted y yo sabemos, respecto a lo del accidente, su novio, ex novio, mi hermana, y todo lo demás me ha estado martillando la cabeza como no se imagina, mi hermana y familia me dicen que lo olvide pero no puedo, es porque soy bastante orgulloso, y porque usted cometió una gran injusticia señorita Aisha.

— ¡Pero!... –respiro hondo- yo sé que me comporte como un monstruo, pero ante esa situación las cosas eran diferentes Eidan... - y me interrumpe-

—Diferentes porque, ¿porque amaba mucho a su novio? Sé que por amor cometemos muchas idioteces, pero usted sobre paso los límites y no hay excusa que sea válida, lo que menos quiero es tenerle rencor, sé que se disculpó y también sé que está muy arrepentida, no lo discuto, trato de ser muy paciente señorita Aisha, y le agradezco que haya sacado a mi hermana de ese lugar, pero fueron 6 años de injusticia, quizás dentro de otros 6 años mis sentimientos cambien, me refiero a que no me sentiré como estoy actualmente, por eso debo irme, es lo mejor

—Eidan, porque me quieres castigar así, pese a que lo merezco, yo estoy esperando las consecuencias, a pesar de que eh recibido muchas, pero el caso es que, no es correcto que pienses así, aunque es muy normal, pero tenlo por seguro, con esa mentalidad ni aunque transcurran mil años, lo que hay dentro de ti se ira, no lograras sanarte

—eso usted no lo sabe

—lo sé cómo no te lo imaginas, y al menos tienes a tu hermana con vida, quien fue el amor de mi vida ya no está aquí, aunque él se buscó su muerte pero en fin, yo te recomiendo que te deshagas de toda esa rabia, pena, impotencia que sientes hacia mí, si no, jamás serás libre y serás prisionero de esas malas emociones en toda tu vida y morirás amargamente. Claro no soy quien para decirte estas cosas, yo solo te comento lo que es cierto –me expreso con basta seriedad-

—quizás tenga razón, pero hay una razón mayor por la cual debo irme de aquí –dice Eidan observándome muy fijo-

— ¿Qué? Una razón mayor... no entiendo, ¿hay algo más que te molesta de mí? ¿Es por las situaciones que hemos vivido? Porque eso sería mutuo, que injusto –dije muy intrigada.

—no es eso, pero si me quedo siento que cometeré locuras, no quiero equivocarme o hacer algo de lo cual acabe arrepentido

—Eidan en ese contexto no logro entenderte, si hay una razón más grave quiero saberla, quizás esa razón me haga cambiar de parecer y me permita acceder a tu petición de irte –hago gestos con mis manos-

—no te concierne...

levántate y resplandece (CONTINUARA...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora