Capítulo II En la boca del lobo

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Como hago en la introducción de cada parte me gusta poneros un trozo de mi, que no sea solamente palabras mal escritas en una web. Tampoco os obligo a escucharla, solo es una canción de las tantas que me encantan, bueno, sin más demora os dejo con lo que viene siendo mi vida.

Como bien decía en la anterior parte era un ingenuo, si, un total y completo pardillo, ya que mis problemas no habían hecho más que empezar, podríamos ponerlo con el final de curso, ese final tan desastroso, ya que mi profesor de educación física al cual tenía que aguantar a mis doce años sin tirarle una maldita silla a la cabeza por gilipollas me tenía manía, y no, no es la típica frase que se suele poner para justificar un suspenso, es más bien, la realidad de aquel momento y que aún a día de hoy analizando paso por paso no se puede ver de otra forma, me explico ; Yo entregaba los trabajos y hacía los exámenes como cualquier otro compañero de clase y solo obtenía un mísero 5, esa se poodría decir que era mi aspiración en esa asignatura, sin embargo,  a los demás chavales les ponía de ocho en adelante, me frustraba bastante, no entendía el porqué hasta que se me iluminó la bombilla, lo entendí todo, no practicaba ningún deporte extraescolar como ellos, no jugaba al fútbol, no hacía nada que se supone que hacen todos los "Hombres", por consiguiente me suspendió y tuve que ir con educación física a septiembre, mi madre y yo nos reímos a día de hoy pero por ese entonces no paraba de echármelo en cara, era una constante decepción para todos. Las clases gracias a Dios acabaron y no tendría que aguantar ver a ningún imbécil más por al menos tres meses, el verano pasó de forma lenta, jugaba en mi barrio con mis amigos como cualquier niño que se precie. 

El siguiente curso comenzó, no había hecho nada más que meterme en la boca del lobo y a pesar de esto, creo que fue uno de los mejores años de mi vida, en el instituto, mis "acosadores" personales poco a poco se habían cansado de mi al no romper mi voluntad de seguir con mi vida, ya les devolvería la moneda y les pisaría la cabeza por todo lo que me habían hecho pasar esos dos años, aunque en realidad he de decir que nunca les hice nada, a día de hoy solo les miro con asco y me río de sus patéticas vidas porque en verdad se lo tienen merecido, pero siento pena y lástima, ojalá retomen un buen camino. A lo que iba, en septiembre aprobé educación física y pasé limpio, ese año me tocó en clase con mi mejor amiga Irene, empezaba a disfrutar un poco de la vida y como cualquier adolescente tenía las hormonas disparadas, todas las chicas se hacían irresistibles a mi mente, en concreto, mi mente se había posado en una, solo la veía en los recreos, era una chica muy mona de cara, es cierto que no tenía un cuerpo de modelo, tenía sus curvas, era normal, a mi me encantaba, ese pelo color chocolate, y sus ojos claros a mi me volvían loco, tenía una sonrisa que era capaz de alumbrar cualquier rincón por muy oscuro que fuera, estatura baja pero aún así eso la hacía muy achuchable, Encarnación era su nombre ¿Como me decidí a conocerla? 

Todo comenzó cuando Irene y yo nos apuntamos al coro del instituto impulsados no sé porqué, pero fue también una decisión de la que jamás me arrepentiré, ahí conocí a la que se considera mi mejor amiga actualmente Natalia, una lituana, alta de ojos azules y rubia, vamos, conquista a los chicos con sus encantos, pero además de eso, es una chica adorable, es lo más bueno que he visto desde hace tiempo, un tesoro que solo se encuentra una vez cada doscientos años. Total que, en el coro estaba Encarnación y empezamos a entablar conversaciones muy triviales, algo típico mío. Pasaron los meses y poco a poco no sé, le fui cogiendo el gusto de hablar con ella, así que empezábamos a quedar por las tardes, así que me declaré y empezamos a salir, me había metido de lleno en la boca del lobo.

En el trascurso de ese año, no sucedió nada especial, mi vida se podría decir que iba viento en popa, conocí a otra chica María una andaluza de pura cepa que también es otra de mis amigas actualmente, creo que escogí bien, es otra joya, es un encanto. Yo estaba totalmente decidido a ir a muerte con mi novia de aquel entonces, lo que yo no sabía es que poco a poco me estaba alejando de todos mis amigos sin darme cuenta, era más posesiva y lo único que quería con total sinceridad era follar, la verdad, no entiendo el porqué, en aquel entonces no es que tuviera nada de especial. Por mi parte, no estaba dispuesto a eso, ni si quiera lo había pensado con claridad esa idea, es cierto que le había tocado sus pechos en muchas ocasiones, todo sea dicho tenía mucha talla y me ponía muy burro, pero nada más. 

Todo cambió en el transcurso de septiembre y octubre a mis 15 años, llevaba a mi parecer mucho tiempo saliendo con ella pero no era consciente de nada, habíamos pasado todo el verano juntos y estaba encantado, nadie se metía conmigo, mi vida a mi parecer no podría ir mejor. Como decía, Encarnación se volvía más posesiva por momentos, en cierto modo no me importaba hasta que me di cuenta de un pequeño detalle que decidí ignorar hasta el año siguiente, me estaba empezando a fijar en los cuerpos de los chicos, era una sensación rara, pero no le di demasiada importancia. 

Todo estalló, y corté con mi novia, estaba destrozado por todo lo que había pasado, se acercaba la navidad y a mis 16 años ( Cumplo los años en agosto ) no sabía que hacer con nada, me iba mal en los estudios y esa costumbre poco iba a cambiar. Pasé unas navidades deplorables, solo deseaba estar en casa sin nada que hacer, tumbado en mi cama, Encarnación insistía en volver conmigo pero no quería, me había dado cuenta de que me estaba manipulando y no lo iba a permitir, el amor ciega, mucho, no nos damos cuenta de nada hasta que ya es demasiado tarde para reparar el daño que has cometido. 

Las navidades se acabaron y la vuelta a clases se hacía cada día más dura, cuarto de la eso suponía todo un reto que parecía fracasar por momentos, suspendía todo, no era capaz de concentrarme y sinceramente, odio estudiar, esas asignaturas eran lo peor que había sufrido en mi vida, no sé como había gente que podía estudiarse ese infumable libro de ciencias sociales por ejemplo. Al final, conseguí por milagro divino aprobarlas todas, mi regla de los cinco minutos antes del examen ponerte a estudiar había funcionado, ni yo mismo me lo creí en ese momento. Las cosas parecían mejorar en el ámbito de los estudios pero ¿Y en el amor? Bueno, ese aspecto estaba algo vacío y más teniendo en cuenta que los chicos cada vez me empezaban a llamar más la atención, esos cuerpos toneados, sus abdominales, las piernas peludas, los brazos, no sabía explicar el porqué pero no paraba de fijarme y mi único pensamiento razonable sobre aquello era que tenía envidia porque yo era una bola y ellos tenían cuerpo de dioses griegos ¿Por qué mis compañeros de clase si y yo no? Cambiarse en los vestuarios era una auténtica locura. 

Ese verano me empalmé por primera vez en la pisicna con un hombre, era un chaval muy apuesto, no lo había visto en mi vida pero esa reacción en mi cuerpo provocó en mi una confusión de tal magnitud que no volví a pisar la piscina hasta el siguiente verano. Que tonto, creía que así no iba a tener más reacción con los chicos, me tocó elegir bachillerato así que opté por ciencias de la salud, me quedé solo, mis amigos iban a otros "Que bien" pensé, otra vez a conocer gente.  Con confusión y un poco de soledad pasé lo que restaba de verano en casa, viendo anime, leyendo manga, y de vez en cuando para ver si mi reacción iba en aumento a escondidas veía fotos de chicos buenorros sin camiseta, la cosa no había hecho nada más que empezar. Por cierto, he de hacer mención a que también me aficioné a la red social Twitter, tendrá una gran relevancia en el futuro de esta historia. El comienzo de primero de bachillerato estaba a punto de empezar. 

Al Desnudo [Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora