Capítulo VI Los sentimientos enterrados siempre salen a la luz.

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Como siempre os pongo al empezar cada capítulo, y lo dije la primera vez que empecé a escribir, me parecía un poco soso el hecho de simplemente escribir, también pretendo que me conozcáis por dentro y eso incluye la música, ya que es todo mi mundo. Otra cosa que quería decir es que hoy estoy actualizando esto un poco más tarde de lo que lo suelo hacer, el motivo es bien sencillo, estos días que había comenzado la "Novela" lo hacía sin tener clases por el tiempo de exámenes, pero claro, ahora comienzan de nuevo y tengo que adaptarme, así que intentaré cada día eso sí, actualizar lo antes posible. Dicho todo esto y agradeciendo como siempre los votos, el spam que hacéis de la novela y los comentarios empezamos pues a seguir el capítulo.

Como había dicho anteriormente agosto estaba lleno de sorpresas, por mi parte seguía enfureciendo a mis padres, no estudiaba y no quería hacerlo, de hecho los exámenes se acercaban pero pasaba bastante, solo quería hablar con Umbreon, se podría decir que todo mi mundo giraba en torno a él, lo echaba mucho de menos, hacia un mes que no lo veía, y añoraba besarlo, respirar su aroma, picarlo y que se enfadara como solo él sabía hacerlo, sus abrazos, todo su ser en general. Se me estaba haciendo eterna la espera para poder volver a verlo, entonces ocurrió lo que estaba esperando me dijo que quería venir por agosto pero claro, mis padres no estaban muy a favor, además de cabreados de que se quedara a dormir, conseguí por todos los medios convencerlos de que solo una noche, una única noche donde poder besarlo hasta quedarme sin labios, abrazarlo hasta que su aroma jamás se borrase de mi piel, para mirarlo y jamás olvidarlo. 

Los días de julio pasaban rápidamente, yo solo ansiaba que fuera primeros de agosto, como si una voz me hubiese escuchado ahí estaba, uno de agosto, mis nervios estaban a flor de piel, lo iba a poder ver de nuevo, no me lo creía todavía. La mañana pasó y Umbreon por fin salió del autobús, no sabía como reaccionar así que le di mi mejor abrazo, uno que compensara todos los días que lo había extrañado, la noche anterior llena de nervios y un poco de desesperación, mi espera por fin había terminado, la felicidad estaba a un solo paso, no estaba dispuesto a dejarla pasar.

Llegamos a casa y bueno, mis padres en un intento ingenuo de ver la situación montaron una cama supletoria al lado de la mía, pero tanto Umbreon como yo teníamos claro que no la íbamos a usar, yo quería dormir con él, lo tenía claro, era algo seguro. La tarde pasó viendo vídeos, comiendo y contando tonterías, no podía parar de reírme, era tan fácil a su lado, pero yo lo sentía, sabía que el también lo sentía esa tensión que no se puede solucionar, que nos hacía volvernos locos, poco a poco se fue acercando hasta que se puso encima mío y me besó, fue un beso lento que demostraba que quería ir poco a poco, después comenzamos a darnos besos más largos y rápidos, siempre terminaba el beso mordiendo mi labio inferior y tirando un poco de él, sinceramente eso me volvía loco. La cuestión estaba que siempre nos daba vergüenza porque mis padres no son muy de salir de casa y claro, aquí hasta las paredes escuchan, la tarde avanzó y yo no podía despegar mis labios de los suyos, era un sabor que me hacía sentir que estaba en una nube. Pero como dicen los sabios lo mejor se hace esperar y así pasó.

Sé que lo que viene ahora puede estar un poco fuerte con respecto a los otros capítulos, pero estoy contando las cosas tal cual pasaron, así que allá vamos.. Era la madrugada de ese día, no podíamos dormir, estábamos los dos en la misma cama, y ahí lo vi todo. Su mirada cambio, sus ojos no reflejaban la bondad que veía antes, eran la puerta para que una bestia que había en su interior saliera, me sorprendió cuando se subió encima mío y me beso con pasión, energía, encanto. En ese momento sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo  y le correspondí, en mi mente pasaban millones de cosas, situaciones, reales o imaginarias, que querían que pasasen, sabía que si le correspondía a ese beso no había marcha atrás, los sentimientos que había enterrados saldrían a la luz.

Fue bajando lentamente sus labios hasta rozar mi cuello, yo estaba como loco porque siguiera y no parase, me mordió el cuello con lentitud, estaba ardiendo, se podría decir que hasta con fiebre si me toman la temperatura en ese momento, continuo hasta mi oreja, y se detuvo ahí, aspirando el aroma de mi cuello y lamiendo sin compasión todo el lóbulo, yo mientras me estaba dedicando a morderle su fino cuello, su piel era siempre tan suave y blanca, me ponía tanto. Nos quitamos las camisetas y los pantalones en un abrir y cerrar de ojos, siempre me había apasionado el cuerpo que tenía, era normal, pero con su encanto, tenía un piercing en el pezón que me hacía enloquecer, me dedicaba a lamerlo en cuanto podía porque sabía que eso le gustaba, alimentaba a la bestia que amenzaba con salir. Poco a poco nos dejamos llevar por la lujuría y la pasión, hasta que llegó ese momento en que todos tenemos dudas ¿Quién sería activo y quién pasivo? Recuerdo con especial diversión aquel momento, pero como siempre la naturaleza incluso en estos casos lo hizo todo, es decir, sabíamos lo que queríamos cada uno, podíamos leer nuestras mentes, liberamos nuestros miembros de esa jaula que llaman boxers y empezó lo bueno.

me puso boca abajo, el se subió encima y me empezó a penetrar, pero algo no estaba bien, le oí gritar de dolor, en bajito por supuesto, como bien he dicho antes las paredes oyen todo, asustado me di la vuelta y le pregunte "¿Que ocurre?" ahí la magia se destruyó por momentos, tenía fimosis ( Enfermedad por la cual el glande no puede salir bien porque el prepucio no tiene suficiente elasticidad impidiendo la penetración porque es algo doloroso para la otra persona ). Paramos en seco, pero no me arrepiento de hacerlo, esa primera embestida la sentí única y especial, me hizo sentir una sensación que jamás sería capaz de explicar con palabras, me hizo sentir especial. 

De hecho, ver su preciosa cara sonriendo ante lo que estábamos dispuestos a hacer fue suficiente para mi, aquel momento era único, especial y yo era el causante de todo esto, bueno, nosotros lo éramos. A partir de aquí, sabía que quería una relación con Umbreon, aunque fuera a distancia. A la mañana siguiente, tras no dormir nada como consecuencia de reírnos y hablar hasta el amanecer, me despedí de él con el corazón en las manos, otra vez sentía este dolor cuando dejas marchar lo más preciado que tienes en este mundo, y ahora más que nunca sabía que lo quería, sentía que era mío al igual que yo era suyo. Este amor que cruza mares, océnaos, todo por esa persona.

Lo que pasó después es algo que me reservo para los siguientes capítulos solo dejo una pregunta en el aire ¿Las relaciones a distancia duelen más que curan? Lo sabremos muy pronto. 

Al Desnudo [Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora