TANNER STRONG

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Las cosas más bellas de la vida no se ven.

[OOO]

Después de pasar por aquella luz, mi madre ya no está conmigo. Estoy en un lugar extraño. Es extenso, lleno de vegetación. El cielo está pintado de varios colores que se mezclan y se extienden creando nubes de diferentes formas. Los tonos pasteles que resultan de las distintas combinaciones, me dan paz. Hay mariposas volando por todos lados. Son de diferentes formas y tamaños, bellísimas. De sus alas sueltan polvos dorados.

El suelo está cubierto de millones de dientes de león que se desprenden con el viento y se esparcen por donde estoy. Luego ocurre algo que no comprendo, el viento otra vez lleva las flores de diente de león a su lugar de origen y la pequeña pelusa se forma nuevamente. Frunzo el ceño. ¿Estoy soñando? ¿Qué es este lugar? Otra vez el viento se las lleva y el proceso vuelve a ocurrir. Se me dibuja una sonrisa. Un grupo de aves blancas vuelan lentamente hacia el norte. Se pierden entre unas montañas verdes.

Camino un largo rato hasta que encuentro un lago cristalino. Me acerco a él para beber. Tengo mucha sed. Mientras lo hago, dos ciervos se acercan al otro extremo y me miran con curiosidad. Levanto la vista y les sonrío. Salen corriendo y yo los sigo con la mirada. Detrás de ellos hay un grupo de personas, caminan hacia las montañas. Algunas llevan puesto togas blancas que les llegan hasta los talones. Me levanto muy lento.

—Hola, viajero.

Escucho la voz de alguien detrás de mí y me vuelvo al instante. Es un hombre alto y mayor, barba y cabello blanco. Tiene una sonrisa que le sube hasta los ojos. Lleva la misma ropa blanca que los otros.

—Hola. ¿Sabe dónde estamos? —le pregunto, un poco confundido.

Mira alrededor y sus ojos sueltan un brillo particular.

—Estás en el cielo. —Le miro sorprendido. Al ver mi reacción, él continúa—. Estás muerto.

Me quedo en silencio tratando de entender lo que me ha dicho.

Tiene en las manos cicatrices.

—Pero ¿cómo?, ¿qué pasó? —le pregunto.

Él solo me mira y finalmente suspira.

—Tranquilo, es normal que no recuerdes nada. Es parte del proceso de El despojo terrenal. Yo te ayudaré, soy tu transición. ¿Cómo te llamas?

—No entiendo. —Hago una pausa y me aprieto las sienes—. Soy Tanner.

—Bienvenido Tanner. Yo soy Steve Becker.

 Yo soy Steve Becker

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Sin cambios no hay mariposas ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora