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—Muy raro. 

—De verdad, Len. No creo que tu padre haya sido un cobarde y un débil— comentó con tranquilidad la rubia, ya que le guardaba cierto respeto al hombre que la había ayudado cuando era una pequeña.

—¿Cómo sabrías? No sabes nada de mi nación...

—Ni tú de la mía...— dijo la rubia mientras veía la laguna.

—¿Qué?—se acercó a ella y la imitó.

—Tú puedes reflejar lo que quieres... —Len vio los dos reflejos y miro fijamente el de Rin "Ella tiene una belleza que nadie en mi nació tiene" pensó y retiró la mirada de ella para evitar ese pensamiento, toco su reflejo y ésta se distorsionó. 

—¿Tienes hambre?— preguntó, tal vez le podía sacar información. 

—Un poco— Rin estaba avergonzada, no era normal que ella hablara demás. 

—Ven— se sentó en el tronco poniendo su mirada sobre el alimento—Ten— dijo dandole una parte y ella lo miró atónito.

—¿No hay...?

—Casi siempre como sin platos—dijo Len mientras mordía el pescado.

—Esto es nuevo para mí— se sentó a su lado y empezó a comer.

—No te preocupes. Los modales aquí no importan—sonrío ante el comentario de Len, al menos en algo tenía razón su nación sobre ellos, no tenían modales. Se escuchó el ruido de un cuerpo y Rin se tensó. 

—Soleil– susurró por instinto.

—¿Qué?— preguntó sin entenderle.

—Soleil— repitió la chica mientras observaba su alrededor—. Así se llama el humano que salvará a todos de nuestra desgracia...
—Nunca oí hablar de él.

—Es que eso fue hace siglos, pero al menos en nuestra nación es una  leyenda se ha ido olvidando, a excepción de que aún la cuentan en el palacio.

—Que se olvide—dijo Len con indiferencia.

—¡¿Estás loco?! Soleil es el padre de los fénix. Él los creo intentando hacer una armonía pero los fénix se negaron, por eso es que nuestras naciones están separadas. Además, si olvidamos nuestra historia pode...

—No me importa aquel Soleil, no hizo nada por su nación en el momento y ahora no lo hace— encogió sus brazos antes de levantarse sin demostrar su aburrimiento ante el tema—. ¿Te volveré a ver?— había dejado la comida de lado, el hambre se le había ido, o al menos arruinado por las palabras de la joven, y no es que estuviera mal lo que Rin decía, si no que era aburrido.

—¿Y por qué alguien de tu nación quisiera ver a alguien de mi nación? ¿No será alguna trampa para después matarme?

El rubio chasqueo la lengua.

—Si. Si quiero volverte a ver.

—No pregunte eso...

—Si, mañana a la misma hora. 

—Bien— tomó la mano de la joven y la besó—. Espero que ya sea mañana— le sonrió mientras tomaba su mochila y empezó a correr, dejando a una rubia sonrojada.

En el palacio
—¿¡En donde te metiste!?—gritó Miku a Rin—¡Pasaron horas y no sabía en donde andabas, sabes que no puedes andar en donde quieras, sobre todo tú, Rin! 

—L-lo lamentó— señorita Miku...—susurró mientras veía el piso.

—No haz contestado mi pregunta—dijo con enojo Miku.

Mistletoe (~Tamashii no Yadorigi~~Tensei no Yadorigi~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora