Capítulo 5: Necrofilia.

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Joder, no podía creerlo, ¿cómo era posible? Lars era un humano. De carne y hueso, no flotaba, podía tocarme, sin embargo, el olor a muerto seguía y eso me fascinaba, también sentía ese calor de cuando su alma se tornaba roja, no sé, esas cosas me fascinaban.

Podía admirar con mayor detención su pálida piel, su larga cabellera castaña y sus ojos que eran un par de esmeraldas bellísimas.

No me resistía a ningún beso que me daba, ninguna caricia...me encontraba en el cielo, en el paraíso. Gozando de aquellos profundos y apasionados besos que me daba sin cesar, sin detenerse para descansar, la lujuria, el deseo...

- ¡Kirk, despierta, idiota! -y con eso, apenas abrí los ojos, Lars me golpeó en la cara con una almohada.

Mis mejillas se sonrojaron como nunca antes en mi vida al verlo, joder, ¿qué mierda había soñado? Estaba sudando y jadeando al mismo tiempo yo. Un sueño húmedo, un puto sueño húmedo en que una persona muerta me follaba mientras me besaba con ganas y yo lo disfrutaba.

- ¿Te sientes bien? -negué, cubriendo mi rostro- Me lo suponía.

- ¿Puedes leer la mente? -negó- Gracias a Dios... -suspiré en alivio.

- Pero sudabas mucho mientras dormías, como que gemías pero luego decías cosas en plan "más rápido" o "sigue, sigue".

- ¡Olvida eso!

- Uhh.... bueno -hundió los hombros- ¿Qué soñaste?

- ¡Nada que te interese!

Ah, bendita década de 1800, que bueno que en cuánto a sexo se trata, Lars es una inocente palomita.

...

El tiempo ha pasado, como un mes desde que tuve ese sueño después de que Lars me golpeara con el buzón... ¿adivinen quién ahora es necrofílico? Ugh, no es que me folle cadáveres, no me refiero a eso, me refiero a que me gusta Lars. Lo he tenido como un puto secreto todo este tiempo, porque asumirlo costó bastante y no quería arruinar mi única amistad decente que no me humilla.

Mi único amigo decente... me gusta.

Quién diría que acabaría siendo un puto gay y necrofílico, enamorado de un fantasma que conocí jugando a la Ouija.

Un día, salimos en un atardecer al parque, nos sentamos sobre unas bancas, mi estómago se revolvía de manera bestial porque pensaba en confesarle algo a la persona que me gustaba.

- Lars... -cubrí mi rostro con ambas manos a su vez que suspiraba, asustado- Tengo algo que confesarte...

- ¿Uh? ¿Qué cosa? ¿Tiene que ver con que te comportes de manera extraña desde hace tiempo?

- ¿Ehh...? -le miré, sobresaltado.

- Es que te haz comportado de manera extraña desde hace tiempo -argumentó- ¿Sobre eso me quieres hablar? -asentí- Oh... pues, dime. Sabes que puedes contarme cualquier cosa.

- Lars, creo que soy... -tragué saliva y aspiré bastante aire para obtener valor para hablar- Creo que soy gay.

- Oh... ¿Eso? -asentí- Pero si no es algo malo. ¿Por qué te preocupa? Creo que incluso es bueno que seas tan abierto en el amor, ¿no?

- No, no... -corregí- No digo que me gusten chicos y chicas, me refiero a que sólo me gustan los...

- Vaya -interrumpió-, entonces... ¿hallaste el amor en la opción que menos querías probar? -hice una mueca y asentí.

- Digo... no es que me atraigan todos los hombres en general, para nada... Es uno en particular que me hace sentir así.

- Oh, ya veo -se mantuvo en silencio un par de segundos-. Tampoco es algo malo, Kirk, ¿por qué te preocupa tanto? Si ser gay no es malo, que tus amigos no lo asuman es otra cosa. No me sorprende para nada tampoco que me lo confieses porque ya me lo esperaba.

- ¡No, es que...! -gruñí en frustración, ¿por qué cuesta tanto?- ¡Soy un puto necrófilo!

- ¿Ah? -frunció el ceño, confundido.

- Necrofilia es la atracción por la gente muerta... ¿e-entiendes a qué voy?

- ¿Te gusta un chico que está muerto? -asentí, dirigiendo mi mirada al suelo- ¿Quién?

- ¡Tú, joder, tú! -grité avergonzado.

Abrió los ojos, impactado.

- ¿E-en serio? Yo... ¡No sé qué decir! -se alejó un poco de mí- Nunca le he gustado a alguien... no sabría qué hacer en este momento. Si me dices algo así... ¡No sé cómo reaccionar!

- Lo mejor es que te alejes de mí, Lars, ya te enseñé bastante del mundo actual -suspiré-. No es bueno estar cerca mío, necesito amar a alguien de verdad... alguien que tenga vida.

Hizo una mueca.

- ¿Quieres que te abandone?

- Soy un enfermo, Lars -mordí mi labio inferior, casi al borde del llanto-. No mereces estar cerca de alguien como yo.

- ¿Acaso es malo amar a una persona muerta? -asentí- ¿Muy malo? -volví a asentir- Oh, ya veo...

Se levantó.

- Fue un gusto conocerte -dio un par de palmadas en mi hombro.

- Igualmente...

- Espero que tu vida fluya de mejor manera si crees que sin mí las cosas mejorarían... Yo, bueno, puedo hacer lo mismo que cualquier otro fantasma: joder a los demás. Adiós.

- Adiós...

Y se fue, dejándome solitario en aquella banca, vi su alma desaparecer de mi percepción visual a la distancia. No pude evitarlo: lloré. No poco, sino que lloré mucho. Podría decirse que fue mi primer rechazo. Era lo mejor para mi condición mental... seguro me tacharían de loco esquizofrénico si le cuento a alguien más del asunto, amar a un puto fantasma, ¿qué clase de idiota podría hacer eso?

Las horas se pasaron bastante rápidas y dolorosas reflexionando acerca de mi dolor interno, desamor con respecto a un puto fantasma. Es que no me lo puto creía. La noche cayó finalmente, estaba muy oscuro y hacía frío. Me digné a por fin levantar el jodido culo del asiento para dirigirme a casa, seguro mi madre cree que soy muy sociable por salir tanto y llegar en la noche.

Mi mente estaba tan concentrada en el dolor que no quise prestarle tanta atención a que unos sujetos me venían siguiendo de hace rato, no fue hasta que llegué a la esquina de mi casa cuando me tiraron del brazo hacia atrás y me taparon la boca, al verme mejor se dieron cuenta de que sólo era un chico de pelo largo, exacto, estos me pretendían violar y robar, ahora, me pretendían matar y robar, excelente, sus manos comenzaban a manosearme en busca de cosas de valor, me substrajeron cigarros, el mechero y mi móvil, junto a un par de monedas, uno de ellos alzó el arma con la intención de apuñalarme, hasta que...

Los dos sujetos cayeron al suelo como si los hubieran empujado con gran agresividad, yo caí también al suelo porque me tenían agarrado, ellos intentaron tomarme, pero una fuerza supernatural los hizo levantarse y chocar contra la pared, una y otra vez, golpeando sus cabezas contra el muro, mientras gritaban de dolor.

Me eché para atrás y vi mis cosas tiradas en el suelo, las cogí como pude para después levantarme, los sujetos sufrían porque ahora el cuchillo los iba apuñalando uno a uno en diferentes puntos del cuerpo, muerto de miedo, teniendo mis piernas temblando, me eché a correr por mi vida.

Una vez que logré entrar a mi casa, cerré la puerta desesperado y coloqué todos los candados y seguridad posible.

Mi madre me miró confundida, expliqué que fui testigo de un asalto en la esquina y quería proteger la casa, me advirtió acerca de salir de noche y que tuviera más cuidado la próxima vez para evitar que me ocurra algo, asentí, para subir a mi cuarto y morirme de soledad una vez que me tapara con la sábana en mi cama hasta arriba.

Quiero suponer que fue otro fantasma el que me protegió y no quién yo creo que se trata.

The Judas Kiss (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora