Capítulo 3: Un mundo distinto.

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Lars en realidad era alguien demasiado agradable para pasar el rato, a él no le parecía importar que nunca haya besado a un chica o que jamás he sentido atracción por algo, él no se cuestiona a cada rato mi nivel de "masculinidad", simplemente le interesa una buena charla, que le cuente cosas de esta época.

Se sorprendió mucho cuando le relaté acerca de la primera y segunda guerra mundial, de la guerra fría, los atentados del 9-11, él observaba los objetos tan simples como un bombillo de manera increíble, como si fuera la mayor maravilla del mundo.

Parecía como si un bebé supiera hablar porque el chico no estaba enterado de nada, ni siquiera de su época. No recuerda nada de su vida pasada, sólo recordaba despertar en un año que no lo correspondía, por ello juntos fuimos descubriendo sus "habilidades" como fantasma, es decir, atravesar paredes, hacerse invisible y visible, aunque en ocasiones choque con todo... Terminé limpiando mi cuarto para que no se tropezara tanto a pesar de que él sabía flotar y lo hacía sin darse cuenta.

En el paso de los días con suerte recordó su nombre, Lars Ulrich, yo trataba de hacerle hacer memoria porque me daba pena que cuando le conocí ni siquiera sabía que estaba muerto. Realmente... con suerte le he mandado un par de Whatsapps a mis amigos del colegio porque prefiero hablarle al fantasma, no suena algo muy sano para mi mente solitaria, sin embargo, de verdad me siento muy cómodo con Lars.

- Kirk, ¿cómo se supone que juegue al Angry Birds si se me cae el celular a cada rato?

Digamos que levantar objetos le cuesta y se le caen, pero puede moverlos de lugar.

- Pone el celular sobre la cama y sólo toca la pantalla -sugerí-... ¡Espera! ¿Cuándo me quitaste el celular? -dije despegando la mirada de la computadora.

- Ehh... ¿sentiste hace diez minutos algo caer al suelo? Pues ahí te lo quité y se me cayó -contestó, de cuatro patas con un brazo tratando de alcanzar mi móvil-. Ahora no lo puedo agarrar...

-  ¿Te ayudo? -asintió y me agaché para recogerlo, lo dejé sobre la cama para él.

- Ehh... ¿cuál es el patrón?

- ¿Si lo cambio a una L por tu nombre no se te olvida? -rió con nerviosismo- Vale.

Cambié el patrón y ahí le dejé el juego para que se entretuviera, mientras yo hablaba por el chat de Skype con mis amigos reales, no le dije nada de que yo ahora tenía por acompañante a un fantasma, seguro me tomarían por loco.

Hubo un momento en que recordé un pequeño detalle.

- Lars, ¿mi mamá ya se fue a trabajar?

- ¿Quieres que vaya a ver? -asentí- Déjame lanzar y...

- Por favor -hice una puchero muy tierno y suspiró.

- Vale, voy.

Se fue y regresó rápido, de paso chocó con la puerta porque quiso atravesarla y no le salió.

- Estoy bien, no sentí nada -advirtió, yo alcé una ceja.

- No te pedí saber eso, te pedí saber si mi madre ya salió -fingí enfadarme.

- Eres un insensible -rió, hice lo mismo-. Ya salió, ¿por?

- Que me re cago aquí encerrado -comenté, levantándome de la cama, además de que me estiré bien los brazos.

- ¿Vas a cagar en el jardín o qué?

Ambos reímos.

- Es una expresión, un modismo, Lars -rodé los ojos y sonreí-. Aparte, llevo encerrado semana y media, tú estás curioso por conocer el mundo... Podríamos salir, ¿no? Pasar el rato.

The Judas Kiss (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora