La Nota

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Emma se levantó y bostezó extrañada, no recordaba haber llegado a su habitación. Era muy temprano y era sábado así que se disponía a dormir más cuando vio a Alana entrar por la puerta.

- Hola bella durmiente, que tal estás?- dijo sentándose en su cama.

- Que haces despierta tan temprano, sino lo recuerdas es sábado.

- Ah, claro no lo sabes porque no estabas ayer pero Sofi dijo que los chicos tenían un partido de fútbol contra otro equipo de otro internado, y que si podíamos ir nosotras para darles ánimos en las gradas. Aunque ya no me hable con Alex.

- Que? Porqué no te hablas con él?- dijo Emma saliendo de la cama y se acercó a su amiga - qué te hizo? - dijo molesta.

- Me volvió a gritar el muy estúpido, pero tranquila se la devolví dándole un rodillazo en la entrepierna- dijo sonriendo.

- Uuuuu que chunga! - dijo Emma riéndose - crees que has cumplido dejándole sin descendencia?- y siguió riéndose.

- Se lo advertí así que fue su culpa - Alana se encogió de hombros.- por cierto donde te metiste, estuvimos buscándote toda la tarde.

- Fui al bosque y se me pasó el tiempo volando.

- Y tanto amiga, te quedaste dormida, Aaron te encontró y te trajo aquí.- dijo Alana.

- Que él me trajo? - se miró el pijama.

Alana intuyendo sus pensamientos la tranquilizó:

- Tranquila se fue antes de que yo te cambiara

- Gracias a dios!- dijo Emma

- Venga, ve a ducharte que te espero- dijo Alana.

- No, ve que ya es tarde, además tengo que llamar a mi padre, se lo prometí.

- De acuerdo, buscanos en las gradas - y se marchó.

Emma pensó en todo lo que pasó ayer, al parecer se durmió junto al lobo. Vería Aaron al lobo? Porqué la buscó si estaba con su novia? Dejó de darle vueltas a la cabeza, cogió el neceser y se fue las duchas. Regresó a la habitación, se vistió y se fue a la cafetería a coger un colacao antes de llamar a su padre. Se lo bebió y saliendo de allí la mujer de recepción la paró.

- Emma, por fin te encuentro. Toma, han dejado este sobre en recepción. Sorprendentemente eres la única Emma de por aquí.

- Sabe quién la ha dejado? - dijo ella extrañada.

- No cielo, no estaba cuando la dejaron.

- Está bien, gracias.

La mujer se marchó a la recepción. Emma encontraba todo muy extraño, abrió el sobre y leyó la nota.

Emma:

que hemos empezado con mal pie
y quería hablar contigo para poder
disculparme. Si quieres hablar te
espero en los vestuarios.

Samanta.

- uuuuh, esto si que es raro! - pensó Emma- Samanta queriendo disculparse? - está bien todos merecen una segunda oportunidad pero iría con cuidado, una cosa es darle una oportunidad y otra cosa es que fuera idiota. Se dirigió a los vestuarios, entró pero no había nadie y eso era lo más extraño, los vestuarios vacíos. Escuchó una voz que reconocería en cualquier parte, un golpe en la cabeza y después la oscuridad la envolvió.

La elegida por el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora