Por fin a solas 2/2

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Emma sonrió juntando los labios de Aaron con los suyos besándoselos despacio. Encontró su lengua y jugueteó con ella haciendo que Aaron le devolviera el beso con más ardor, fue bajando por el cuello para quitarle uno a uno los botones de la camiseta. La notó tensarse y paró haciendo que se sentaran de forma india.

- Estás bien? No tenemos porqué hacerlo.

- Quiero hacerlo.

Sin dejar de mirarse Aaron la acarició la mejilla con el pulgar bajando al cuello encontrando el pulso acelerado y sonrió. Se dirigió despacio sin dejar de rozar su piel hacia el primer botón hasta el último, después subió sus manos hasta los hombros quitándole la camiseta dejándola en el suelo. Emma se subió a horcajadas pasándole la camisa por la cabeza haciéndola caer al lado de la suya, para después cogerle la cara y besarle con pasión. Aaron la acariciaba la espalda, la fue bajando hasta que la cabeza de Emma tocó la almohada mientras la besaba el cuello bajando hasta el sujetador. Pasó la mano por la espalda desabrochando el broche; cuando se lo quitó le acarició el pezón con el dedo moviéndolo en círculos. Emma gimió besándole mas fuerte, cuando pararon por falta de aire Aaron preguntó:

- No vendrá Alana, verdad?

- No - dijo con una risita - se va a quedar con Alex toooda la noche.

- Bien - dijo él sonriendo.

Aaron volvió a su cuello llegando al pezón que antes había acariciado y le dio un lametazo haciéndola jadear. Mientras pasaba su lengua por ese pezón, con la otra mano se ocupaba del otro. Pasados unos minutos hizo lo contrario, cuando terminó lo sopló con lentitud haciendo que Emma subiera la cadera; Aaron la quitó el pantalón sin dejar de mirarla a los ojos. Él también se los quitó quedándose en bóxer, después le bajó las bragas. Cogió un pie y fue recorriendo la pierna a besos haciendo lo mismo con la otra mientras le acariciaba su intimidad con la mano.

- Madre mía Emma, estás tan mojada....

Emma se puso como un tomate e intentó juntar las piernas pero Aaron se lo impidió.

- No, cariño, no hagas eso.

Las volvió a separar y despacio metió el dedo dentro de su intimidad moviéndolo; vio a Emma con los ojos cerrados, la boca abierta respirando acelerada mientras que las manos las tenía en puños agarrando las sabanas.

- Dejate llevar Emma, no tengas miedo de lo que estás sintiendo - dijo Aaron.

Le introdujo otro haciéndolo girar mientras que con el pulgar le rozaba el clítoris. Emma levantó las caderas hacia su mano queriendo que fuera más deprisa.

- Eso es, cielo, quiero verte llegar hasta el final - dijo Aaron fascinado por la visión de Emma.

Y Emma así lo hizo, Aaron se quitó los bóxer, se puso encima de ella dejando su peso en los brazos; no sin antes ponerse un condón.

- Ahora estaré dentro de ti Emma, te dolerá un poco al principio pero después te sentirás mejor - dijo susurrandola en el oído.

La elegida por el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora