La elegida por el destino

Mi turno

Lautaro soltó a Emma y cayó al suelo, se levantó lentamente mirándole con odio puro. Sentía furia, una furia tan descomunal que dentro de ella se desencadenó tal energía,y gritando la liberó saliendo una aureola blanca iluminándola toda, despertando su último poder. Lautaro salió disparado por la onda expansiva que salió de ella, cayendo al suelo. Corrió decidido a matarla, cuando se aproximó Emma resplandecía, haciéndola desaparecer todas las heridas curándola.

- Sí, ahora es inmortal! -dijo Soraya orgullosa.

Emma dejó de resplandecer sintiéndose fuerte y renovada, miró a Lautaro, se enfureció más y dijo:

- Ahora es mi turno.

Corrió hacia él y Lautaro hacia ella, cuando se acercaban Emma saltó por encima de él dando una voltereta; se dio la vuelta poniendo una mano en la espalda de Lautaro y dijo:

- Primero tus poderes!

Emma empezó absorberlos, se veía como la energía salía de Lautaro para terminar en Emma. Quitó la mano y él se arrodilló pero rápidamente se levantó dándose la vuelta. Antes de que pudiera hacerla algo, Emma lo levantó en el aire y con otro movimiento de la mano lo estrelló contra un árbol destrozándolo y rebotando en otro. Lautaro volvió corriendo con una espada para acabar con ella; Emma cogió otra y dijo:

- Y ahora morirás!

Cada estocada que la daba Emma la paraba y cuando tenía ocasión le hacía cortes como él hizo con su madre. Harta de la espada estampó a Lautaro en un árbol manteniéndole inmóvil. Emma furiosa le dijo:

- Ahora seré yo la que pruebe mis poderes como tú hiciste con mi madre.

Emma levantó las dos manos y salieron bolas blancas y negras sin cesar hacia el pecho de Lautaro mientras él gritaba.

- Qué cosas eh? Ahora te haré sentir todo el dolor que le provocaste cuando la torturabas.

A lo lejos todos estaban estupefactos.

- Y ahí os presento a la furia de una valquiria - dijo Tris

- Lautaro ahora me dirás donde tienes a mi madre.

- Nunca - dijo él

- Como quieras.

Emma vio los cuchillos, girando la muñeca los hizo levitar clavandoselos en las piernas para quitárselos después y volviéndolos a clavar en el torso.

- Maldita zorraaa!!!- gritó desangrándose.

- Sigues sin decírmelo? - le lanzó dos bolas de fuego donde estaban los cuchillos, oía sus gritos después de diez segundos las apagó.- esta es tu última oportunidad, dímelo o descargaré todos los poderes sobre ti haciéndote explotar; sin embargo si lo haces, no te mataré; ya no eres poderoso, solo eres un vampiro más del montón.

Lautaro se la quedó mirando unos minutos jadeando y dijo:

- Está bien, ella está encerrada en una celda del sótano de mi castillo en Groenlandia, es el único que queda en pie.

Emma lo soltó del árbol girando la muñeca, se dio la vuelta caminando, mientras cogía la espada que había dejado antes, supo que Lautaro se quitó los cuchillos del pecho e iba hacia ella
( algo que había previsto ) . En el momento justo se agachó volviendo a darse la vuelta y con la espada le cortó las piernas por debajo de las rodillas. Él cayó al suelo gritando de dolor, subió la cabeza mirándola y ella levantándose dijo:

- Aquí tienes a la niña de la profecía, la única capaz de destruirte.

Dirigió la espada a su cuello quitándole la cabeza del cuerpo. Después le lanzó una bola de fuego quedando solo cenizas, vio que todos los vampiros terminaban igual que él; ya que muerto el Rey muertos todos. Emma respiraba con dificultad, ahora era inmortal pero eso no quitaba que no pudiera agotarse. Mientras quitaba las barreras vio como de repente Damian se acercó a Aaron y le clavaba un cuchillo en el corazón diciendo:

- Se acabó la tregua.

- Noooooo!!!- gritaba Emma, mientras corría todo lo deprisa que podía, mandaba una bola de fuego que se metió dentro del cuerpo de Damian convirtiéndole en una antorcha hasta que no quedó nada de él. Llegó a Aaron viéndole entre la vida y la muerte, se tiró al suelo situándose a su lado acariciándole la cara, y llorando dijo:

- No, no te vas a ir, te quiero y no pienso dejar que te vayas - repitió las palabras de Aaron antes de darla su primer beso.

Emma resplandeció toda ella y concentró toda esa luz en sus manos, las puso en el pecho de Aaron dejando que entrara para curar el corazón. Vio como se curaba y cerrarse la herida, salvándole la vida. Mientras él abría los ojos lentamente; ella los cerraba entregándose al dulce olvido.

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Dedicado a MariaChambi.