Dame Amor - Harry Styles [EN EDICIÓN]

CAPITULO 4: MALCRIADO

HARRY:

Louis y yo llegamos en pocos minutos a la casa de mi madre. Entramos, pero nos encontramos con un lugar alarmantemente vacío, pense en buscarla pero tenia la vaga intuicion de que la encontraría en el jardin. A mi madre siempre le han encantado las flores. Camine hasta ahí, no me equivocaba ya que en ese lugar estaba la persona que me dio la vida, tranquilamente plantando rosas. No pude evitar sentir una emocion incontrolable al volver a verla, mire a louis el cual me hacia señas para que me acercará a mi madre. Nervioso, salí con cuidado de la casa a través de unas puertas de vidrio, silenciosamente le vubri los ojos.

- ¿Quien soy? - Murmuré. El sentimiento de melancolía que me traia aquella mujer que no había visto en años era impresionante, después de todo una madre era irreemplazable.

- Ha...Harry - La mujer de tenso contra mis manos. Me mordi el labio dejándola libre de mi hagarre.

- Madre - La abrace al instante al igual que ella. Se sentía correcto de cierta manera - Te he extrañado tanto.

- Tranquilo, cariño, estoy aquí -  Anne sollozo levemente lo que provoco que la abrazara mas fuerte. Una mano me aparto bruscamente de mi madre, causando que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

- Yo también la extrañe, señora - La abrazo exageradamente.

- Veo que tu tampoco has cambiado, Louis - Mi madre sonrió pero trataba de aflojar el hagarre tan apretado en el cual el castaño la sometía. Después de unos segundos se rindió, abrazando de igual manera al chico Tomlinson.

- Señora Anne, basta - La apartó amablemente - Ya soy todo un hombresito - Murmuro. Mi madre río suavemente.

- ¡Mama! ¿Sabes... - Gemma se callo al instante cuando miró la escena que de desarrollaba frente a ella.

- Gemma - Sonreí. Camine hasta su encuentro, abrazándola ligeramente. Después de unos segundos, Gemma me correspondió el abrazo.

- Te extrañe - Exclamo contra mi chaqueta. Deposite un casto beso en su mejilla.

- Es curioso, recuerdo que fuiste tu quien arrojo mis malestas dentro del auto cuando me fui a Italia - Reí al igual que ella.

- Creímos que llegarias mas tarde, Harry - Mi madre se acercó - ¿Sucedio algo malo?

- Si, bueno, mi vuelo se adelanto - Mentí. Anne dudo durante un minuto pero luego me sonrió ampliamente. Mire a Louis quien intercambiaba ceños fruncidos con mi hermana mayor. Levante una ceja inquisitivo.

- Por mi no hay ningún problema - Suspiro encantada - Vamos a la sala, deben estar cansados por el viaje - Pronuncio. Todos la acompañamos hacia el susodicho lugar - ¿Tuvieron un buen vuelo?

- Si, estuvo excelente - Louis asintió.

- Perfecto, ocuparas uno de los cuartos del segundo piso le pediré a alguien que lo prepare para que descanses - Le palmeo el hombro al castaño.

- Gracias señora Anne.

- ¿Y tu cariño? - Mi madre me miro - ¿No estas cansado?

- No mamá, no lo estoy.

- Bueno es ese caso, no te molestaría subir algunas cajas que están en el sótano - Gemma se encogió de hombros - Es para la beneficencia.

- Tu hermano debe descansar, Gemma - La miro de manera reprobatoria.

- No hay problema, de verdad - La tranquilice.

Anne me indidco que las cajas estaban al pie de la escalera. Camine hasta el sotano, cuando llegue me percate de que la puerta estaba abierta. Mire cuidadosamente en el interior, encontrándome con la chica castaña de la noche anterior subiendo las escaleras, bastante distraída. Levante una ceja mientras me recosataba en el marco de la puerta, ella no se percato de mi presencia lo que causo que chocara contra mi.

- ¿Como estas cariño? - Murmuré. Ella levantó la mirada, permiendome ver aquellos ojos fríos e indiferentes.

- Tu...- Fruncido el ceño en desagrado - ¿Que mierda haces tu aquí?

- Esa no es la forma en la que una dama debe hablar - Me acerque hasta su rostro. Ella retrocedió chocando contra la fría pared de concreto.

- Eso no fue lo que te pregunte - Exclamo mordaz, algo irritada por nuestra repentina cercanía.

- ¿Que que mierda hago aquí? - Sonreí bajando el rostro hasta susurrarle al oído - No lo se, pero querida chica, yo soy tu jefe.

- ¿Eres hijo de Anne? - Fruncio el ceño confundida.

- Vaya, no eres estúpida después de todo - Sonreí. Ella me aparto bruscamente.

- Que lastima por Anne, tener a semejante basura como hijo - Pronuncio con ironía. Reí divertido.

 - Las chicas de ahora tienen un exquisito sentido del humor - Ella trato de irse, pero mi cuerpo le obstruía el camino - ¿Tan pronto te quieres ir de la fiesta?

- Oh, ¿Como podría? Me estoy divirtiendo - Se acerco a mi.

- ¿De verdad? - Exclame con incredulidad. Su nariz choco contra la mía.

- De verdad - Sus labios rozaron contra los mios. Entonces levanto la rodilla y me encestó un buen golpe en la entrepierna.

Perdí momentáneamente el aliento al igual que la estabilidad de las rodillas. Ella río mientras salia por la puerta, totalmente jubilosa al no tener algún impedimento.

- Nos vemos después, malcriado de mierda.

Y se marcho, dejandome con un dolor irritante y una mala sensación en el paladar. Una venganza silenciosa se instalo en mi mente.