American Horror Story #1: Whispers

Prólogo

La noche había caído. Ese día la luna llena brillaba más que nunca en el cielo, donde ya había ocupado su lugar.

Los cuervos solitarios con carencia de luz volaban de un lado para otro, hasta que uno se posó en la oxidada verja de aquel psiquiátrico. Claro que aquel ave voló lejos tras escuchar un trueno a sus espaldas, se avecinaba tormenta.

Pero la tormenta ya caía a través de los ojos de nuestra protagonista. Unos ojos verdes que hasta hace muy poco tenían mucha vida en ellos, actualmente no corren la misma suerte. Su piel pálida destacaba en la oscuridad de la solitaria habitación donde se encontraba.

La puerta se abrió con un chirrido, era una auxiliar. Iban a trasladarla allí donde tuviera cuidados intensivos, pues todos los médicos que la habían atendido no conseguían hacerla funcionar.

Un médico y un auxiliar la condujeron hasta allí, durante todo el trayecto ella iba dando tumbos, apenas ponía sostener su cuerpo en pie.

—¿Está bien? —preguntó el médico.

—Ella está bien, sólo no para de actuar —respondió el auxiliar, obviamente sin saber de lo que hablaba—. Lo sabe perfectamente.

Una vez en su nueva estancia el médico se sentó junto a ella, que yacía en una camilla. Este sentía escalofríos con tan solo ver la mirada perdida en los ojos de la pelirroja.

—¿Te encuentras bien, Mini?

Por primera vez en días y días la chica frunció los labios para decir algo:

—Tate...

—Mini, necesito información para ayudarte, ¿cómo acabaste en aquel sótano?

—Alguien... me arrastró y me cogió y... —siseó la chica, con voz entrecortada.

—¿Y qué viste?

—No lo sé... No lo sé...

—Tu tía Elise nos dijo que intentó ayudarte —Mini negó con la cabeza con lentitud—. Ha dicho que te había oído gritar.

—No... A mí no... —Su mirada seguía perdida, al igual que su alma que no paraba de murmurar un nombre—. Tate...

—¿Qué recuerdas?

—Vino a buscarme —dijo, mientras una leve sonrisa aparecía en su rostro—. Lo hizo.

—¿A buscarte?

—Tiene que bajar al sótano... —susurró—. He visto lo que hay ahí... y pagaría por olvidarlo...