Capítulo 1: Esta diosa griega necesita un buen lavado de cara y maquillaje

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Han pasado cinco semanas, cuatro horas y cincuenta y nueve minutos. .


¡Ahora cinco semanas y cinco horas! Vaya, que graciosa la vida. El cinco solía ser mi número favorito , y ahora con tal de no tener que verlo me doy con un canto en los dientes.

¡ODIO AL DICHOSO CINCO!

¡Ups! Probablemente estéis pensando que estoy loca, pero no lo estoy. A lo mejor un poco, pero no demasiado.

"Rachel preséntate" "Rachel ¿Qué haces?" "¡Tú público tiene que saber quién eres!"

Vale, vale...¡Maldita voz de mi conciencia! ¡Me acabo de levantar, joder!

¡Madre mía! Qué mala apariencia debo estar dando. Si mi madre estuviese escuchándome diría su frase estrella "Rachel tienes que ser una princesa, las princesas son finas y educadas"

Uff... odio esa frase.

Apuesto mi cabeza a que incluso la realeza dice tacos y se tira pedos.

Mierda, me estoy yendo por las ramas.

Vale, ¿por dónde empiezo?

Si claro, diciendo como me llamo, mi edad y todas esas tonterías que decimos a la gente que no conocemos. Sin embargo, yo soy diferente, así que no lo voy a hacer de esta manera... 

"¿Qué? ¿Cómo?" 

Joder vale, vale... me presento.

Me llamo Rachel Rowling y... si, si, Rowling, como la escritora de Harry Potter. Pues si gente ¡Es mi tía! ¿Podéis creerlo? Yo, Rachel Rowling, Doble Erre, Rach para los amigos y Rachel A Secas (literalmente, ya os lo explicaré algún día) para mis enemigos, ES LA SOBRINA de una de las mejores escritoras del mundo.

Es algo con lo que mola vivir si os soy sincera.

Perdón, continuo.

Bueno, tengo diecisiete años, y no puedo esperar más para ir a la universidad. No es que no me guste mi instituto, simplemente quiero irme lejos de esta ciudad. Tengo ganas de conocer a gente nueva y vivir experiencias.

Adoro el chocolate, él es mi único amor, algún día nos casaremos y viviremos felices para siempre.

Tengo una obsesión sana, o no tanto, con la serie "Glee". Si estoy feliz, Glee, si estoy triste, Glee, esta serie es la solución a mis problemas. Además me llamo igual que la protagonista y eso me encanta.

Se podría decir que de estas cinco semanas, menos cuatro horas y quince minutos y las horas de sueño, no he hecho más que sentarme en el sofá, ver Glee y llorar.

¡Vaya ha sonado incluso más deprimente de lo que pensaba!

Vale, creo que es el momento de confesar mi odio eterno hacia el número cinco.

<<Todo comenzó el cinco (¡cómo no!) de enero de hace dos años.

Unos días antes había ido a una fiesta de fin año. Era la típica megafiesta organizada por el equipo de rugby del instituto, ya sabéis, esos tíos buenorros que intentan ligar con todo lo que tiene dos piernas y que acaban ganando becas de deporte en las mejores universidades, a pesar de que en realidad son unos brutos y unos animales.

Bueno, yo estaba allí con mis dos mejores amigas, Nicole y Beth. Nos lo estábamos pasando en grande. Música, chicos, gente que conocer, alcohol ...cuando sin darnos cuenta, a las tres se nos había pasado la hora, teníamos que estar en casa a las cuatro y ya eran las cinco( dichoso cinco ¡me persigue! ). Mis amigas y yo teníamos los móviles bloqueados de tantas llamadas perdidas de nuestros padres y millones de mensajes que decían que volviésemos ya.

¿Por Qué Tuviste Que Pisarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora