¿Por Qué Tuviste Que Pisarme?

Capítulo 3: ¡Te voy a dejar calva!

Un don es una gracia especial o una habilidad para hacer algo.

Normalmente, las personas normales, tienen dones normales.

Supongo que ese es el problema que tengo, que soy todo menos normal.

Bueno, pues yo tengo un don, pero no un don bueno, como una increíble voz para el cante o un flexible cuerpo para bailar, no.

Mi don es el de equivocarme siempre que puedo.

Si me dieran dinero por cada vez que me equivoco ahora mismo sería millonaria.

Volviendo al tema.

¿Recordáis lo que he dicho hace apenas unos minutos? ¿Eso de que a lo mejor no todo salía tan mal?

Pues error rotundo. RO-TUN-DO

He ido a clase corriendo con temor de llegar con cinco minutos de retraso y resulta que Mr.Thawne no había llegado todavía.

Mientras corría por el pasillo he empezado a escuchar unos gritos que conozco muy bien. Suponía que iba a ser uno de los típicos berrinches de Alexia al haberse roto una uña o despeinado su cabellera rubia, pero no ha sido eso.

Nicole, mi guapísima mejor amiga, estaba en el punto de mira de la "víbora rubia".

Ha llegado el momento de que os explique quién es Alexia, sus malvadas secuaces y la historia de por qué me llaman "Rachel a secas".

Alexia es lo más parecido al diablo en el instituto. Tiene dos malvadas seguidoras; Naya y Cam, sus aprendices del mal.

Se podría decir que Alexia es más cruel que todos los personajes crueles de las series adolescentes. Es una mezcla de Santana López, Blair Waldorf y Chanel Oberlin en una única persona.

Si es difícil de imaginarlo, pensad como será tenerla de compañera y pesadilla particular en el instituto cinco días a la semana.

Pero esto no es lo peor de todo. Yo tengo que soportarla incluso en vacaciones y algún que otro fin de semana, ¿Y sabéis por qué? Porque por desgracia Alexia WEST, la víbora rubia, la maldad personificada, una de las peores persona que haya pisado la Tierra, es mi prima.

Lo sé, yo también quiero vomitar al escuchar las tres últimas palabras que he dicho.

¿Cómo es posible que Alexia West sea mi prima? ¿Cómo es posible que mi propia prima sea mi máxima enemiga? pero sobre todo, ¿Cómo es posible que la víbora rubia y yo compartamos la misma sangre?

Es repugnante tan solo de pensarlo.

Estoy segura que por sus venas corre veneno y no sangre.

A veces cuando la miro, recuerdo a la linda niña de ocho años de ojos verdes y dos coletitas rubias. Ahora la miro y solo siento asco. Me pregunto de donde sacará toda la mala leche que tiene, ya que mi tía Lucy y mi tío Jack son encantadores. Siento pena por ellos, nadie quiere cuidar a una víbora por hija.

Alexia y yo nos odiamos prácticamente desde que somos pequeñas.

Todo empezó el verano en el que ambas habíamos cumplido diez años.

Ella era más pesada que un chicle en el pelo y os juro que no soporto a la gente así.

Mi madre me había regalado una muñeca como regalo, mientras que a ella le habían dado un cuaderno para colorear.

Supongo que se molestó y sintió envidia de mí.

¡Os prometo que si me hubiese pedido la maldita muñeca se la hubiese dado! (realmente nunca me han gustado mucho), sin embargo la ya perversa mente de Alexia decidió cogerla a mitad de la noche y con sus tijeras de Hello kitty le rasgó el vestido y le cortó el pelo dejándola medio calva.