Todos los buenos pensamientos y el positivismo que tenía hace apenas diez minutos han desaparecido tan rápido como una tableta de chocolate en mis manos.Después de haberme vestido, observando con todo el detalle posible cual era el look perfecto para el primer día de instituto, he bajado a la cocina para desayunar.
El diablo de Sam, mi querido y tormentoso hermano de nueve años se ha comido ¡Mi cuenco de cereales! ¡Y no solo eso! El muy maldito se ha acabado el paquete entero...
Lo he perseguido por toda la casa, pero ha salido corriendo hacía su colegio que se encuentra a tres minutos de aquí, dejándome sin cereales y con sed de venganza.
Pero aunque os cueste creerlo, eso no ha sido lo peor. Mi queridísimo padre, se ha ido en el coche sin mi, ya que según mi madre soy "una lenta ".
Así que ahora me encuentro caminando por las solitarias calles de mi ciudad, helándome hasta la más mínima fibra de la piel.
Mi instituto no está lejos, pero hace tanto frío que siento que en breve me convierto en hielo.
Maldigo por lo bajo.
Mi padre podría haberme esperado solo cinco minutos más y todos seríamos felices.
En unos minutos veo la entrada del instituto abarrotada de personas.
Algunos más mayores que yo, otros más pequeños, y entre tanta persona con hormonas revolucionadas, diviso una cabellera pelirroja. La única del instituto.
Salgo corriendo llena de energía y oigo el gritillo de mi amiga Beth.
Nos fundimos en un abrazo lleno de alegría y amor, y me doy cuenta de cuanto he echado de menos a esta loca en los últimos meses.
Al separarnos, mis ojos recorren su cuerpo.
- ¡Qué guapa vas!- exclamo. Y es la verdad.
Beth se ha puesto una mini falda negra a juego con sus medias y zapatillas, y lo ha contrastado con una camisa burdeos, que hace que sus ojos verdes brillen de una manera especial.
- Mira quien habla...- dice sonriendo- parece que estar soltera te ha sentado genial, Rach.
Sonrío levemente. Beth parece incómoda.
- Siento mucho no haber estado aquí cuándo el capullo de...
- No pasa nada Beth, no es tu culpa, ya lo hemos hablado.
Mi amiga asiente no muy convencida.
Beth ha pasado todo el verano en Francia con sus abuelos, a cientos de kilómetros de aquí.
Cuando se enteró de lo que me había hecho Darren, quiso coger un avión y pegarle una paliza. Sin embargo, le convencí de que lo mejor era que disfrutase de sus últimas semanas de vacaciones, que Darren no merecía tanto la pena.
Lo mismo ocurrió con Nicole, mi otra mejor amiga. Ella estaba de viaje con su familia y no pudo hacer mucho más que llamarme todas las noches y consolarme.
Borro esos pensamientos de mi mente. Ahora solo quiero pensar en cosas que me produzcan alegría y no náuseas.
Beth y yo nos dirigimos a nuestras taquillas cuando alguien grita mi nombre.
Me giro y me encuentro con un par de ojos azules y una sonrisa preciosa.
Me quedo petrificada.
- Hola - dice dulcemente y acto seguido me da un abrazo.
¡No puede ser!
¿Qué se cree que está haciendo?
Separo sus brazos de mi y grito con todas mis fuerzas:
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¿Por Qué Tuviste Que Pisarme?
RomanceDespués de semanas rodeada de pañuelos, chocolate y Glee, Rachel Rowling está decidida a salir adelante. ¡Se acabó estar deprimida por culpa de su guapísimo ex novio! Un nuevo curso comienza y ahora se siente más fuerte que nunca. Tan alocada, apas...