No tengo otra palabra para describir esta primera semana de instituto si no es diciendo: peculiar. Ha sido una semana de todo menos normal.
Para empezar, Darren ha estado siguiéndome toda la semana. Me ha pedido perdón casi medio billón de veces y ha intentado arreglar lo nuestro.
Yo como buena adolescente dolida he huido de él como si tuviese la peste y he fingido ser sorda para todo lo que sale de su boca.Realmente y para mi bien psicológico, me alegro de no estar ya con Darren. No es que ya no sienta mariposas cada vez que me mira con sus intensos ojos azules, si no que me he dado cuenta de que esos ojos no me pertenecen. Espero que Darren sea feliz con alguna otra chica, porque yo al él ya no lo quiero cerca de mí.
Cambio radical de mente ¿no? Hace apenas una semana estaba llorando por él y ahora lo quiero alejado de mí.
Supongo que Darren me ha demostrado la clase de chico que es, y por fin yo abro los ojos.
Sin embargo no entiendo por qué sigue intentando que le perdone y me pide una y otra vez una oportunidad. ¡Maldito idiota! Yo solo quiero que me deje en paz.
No voy a mentir...hay veces que le echo mucho de menos. Echo de menos que me lleve a casa en moto después del instituto, que vayamos juntos al cine todos los miércoles o los pequeños detalles como los mensajes de buenos días y buenas noches...
Pero lo estoy llevando bien. Finalmente estoy volviendo a ser feliz.Las tardes con la señorita Martha han sido geniales. En vez de un castigo han sido un buen pasatiempo.
La señorita Martha es la anciana bibliotecaria del colegio, nos obliga a llamarla señorita y no señora, ya que según dice, ella se encuentra en la flor de la vida y es todavía joven como para otorgarle el título de señora. Es un cielo de persona, siempre y cuando le caigas bien, pero sobretodo tiene un gusto para la lectura exquisito.Al ser la primera semana en el que el instituto se pone las pilas, en la biblioteca solo había que ordenar los libros y colocarlos en las estanterías correspondientes.
La señorita Martha, tan dulce como siempre, me dejó la sección de libros juveniles, ya que sabe que es mi preferida.
Los únicos alumnos que iban a la biblioteca eran los que habían cateado alguna asignatura para verano y tenían que recuperarla.
Para mi sorpresa, el martes por la tarde Cooper estaba allí.
Me acerqué a la mesa en la que se encontraba y me senté con él.
- ¿Qué haces aquí Cooper? - susurré, puesto que la señorita Martha tiene el oído más fino de la Tierra- ¿ tienes que recuperar?
Se rió silenciosamente y negó con la cabeza.
- Tenía ganas de leer. - respondió simplemente. Me sonrió y sus ojos verdes brillaron con una luz especial.Empezamos a hablar y así el resto de días de la semana que estuve castigada.
Me contó que su familia es numerosa. Yo me esperaba que dijese que eran tres hermanos, sin embargo me dijo que son ocho ¡Ocho! ¡Qué locura! Él es el tercero más mayor y dice que su familia está más loca de lo que parece. Al ser tantos y tan pequeños no hay ningún segundo de tranquilidad en la casa, y para colmo, sus padres casi nunca están ejerciendo de padres porque siempre se encuentran firmando papeles para su divorcio.Agradecí su sinceridad.
Me explicó el significado de su apellido, "Hutman". Su origen y su procedencia. Yo le hablé del mío y se sorprendió al saber que mi tía era J.K. Rowling, sin embargo y para mi agrado lo dejó pasar.
Le pregunté por qué había venido a la ciudad y me dijo que antes vivía en Chicago, pero que por el trabajo de su padre (ingeniero) tuvieron que mudarse.
ESTÁS LEYENDO
¿Por Qué Tuviste Que Pisarme?
RomanceDespués de semanas rodeada de pañuelos, chocolate y Glee, Rachel Rowling está decidida a salir adelante. ¡Se acabó estar deprimida por culpa de su guapísimo ex novio! Un nuevo curso comienza y ahora se siente más fuerte que nunca. Tan alocada, apas...