Fantasia o Realidad.

11- Todo puede ser.

-Entonces, ¿cada vez que la respuesta sea no tomamos un trago?

-Si pero no se vale saltarse el turno, un no, un trago- Valentina era la quinta vez que le explicaba las "reglas" del juego a Melina.

-Cada uno en los papelitos que se repartieron tienen que escribir un nombre, un personaje, lo que quieran y se lo tienen que pegar en la frente de quien tengan a su lado izquierdo. La persona que tiene el papel en la frente tiene que adivinar lo que dice. Puede hacer preguntas y solo se responden con si o con no- Mientras Valentina explicaba el juego todos iban escribiendo en sus papeles.

-A ver si entendí- Joaquín ya tenía un nombre en su frente- yo pregunto si soy hombre y si me dicen que no, tengo que tomar un trago entero de vodka.

-No es tan difícil, o sea, el fin del juego es tomar así que empecemos- Luna ya estaba entrando en calor con un vaso de cerveza en una mano. 

Esa noche iba a ser larga para todos.

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Ese mismo día, al mediodía en la casa de Melina, un suspiro de alivio se hizo escuchar por toda la habitación.

Santiago negaba la pregunta de Melina sobre si ellos habían tenido sexo. Ambos estaban incómodos frente a la presencia del otro en ese cuarto.

-Tenes alguna pregunta más para hacerme?- Santiago estaba bastante irritado.

-Ehh...no, perdona que te trate de esta manera pero tengo novio o eso creo al menos, y algo así justo ahora no puedo soportar.

Melina intentaba encontrar la mirada de Santiago pero él ya estaba frente a la puerta esperando a que ella abriera.

-Quedate tranquila que no tuvimos sexo, y con vos no pienso tenerlo tampoco.

Santiago estaba más que enojado. Tanta caballerosidad la noche anterior y para nada. Pensaba que ni tendría que haberle hablado a Melina al verla así, si ella siempre lo iba a tratar como un trapo mojado. En ese mismo momento le daba la razón a todos los que piensan que una persona peor te trata, más te gusta.

Sin querer decir una palabra más, espero a que Melina buscara las llaves y le abriera la puerta de la casa.

No quería volver a verla nunca más y tampoco quería saber si realmente lo que sentía por ella era lo contrario al odio.

Ya bastante lejos estaba de la casa de Melina cuando le llegó un mensaje de Joaquín, avisándole que esa noche se juntaban en la casa de Luna. Pero que no lo espere para ir juntos, que él ya estaba en la casa de su amiga.

Una, dos, tres veces leyó el mensaje y no era un error. Joaquín estaba con Luna, y si mal no recordaba ella tenía la casa sola ese fin de semana. Santiago a esta altura no sabía si quedarse al margen y que todo fluya o si era mejor aclarar todo sobre Luna.

Él sabía muy bien como era Joaquín pero en cosas del corazón podía ser un enigma total. Como podía estar enamorado de Luna también podía quererla como una hermana.

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Ya estaba secándose después de una ducha de media  hora cuando el teléfono empezó a sonar, pensando que podía ser Manuel, corrió para poder alcanzarlo antes de que cortara.

-Hola

-Hola, ¿agitada? ¿Interrumpí algo en especial?- Luna del otro lado del teléfono quería aguantar la risa pero no podía.

-Ah sos vos. Me estaba secando, recién salí de bañarme.

-Bueno, estas mala onda hoy? Si querés te llamo después.