3-Nervios.

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Ese ya era el último año de colegio para el grupo de amigas y estaban más emocionadas que nunca. Las esperaban despedidas, fiestas, el viaje de egresados, más fiestas y con toda esa emoción sus hormonas estaban todas revolucionadas. Era ir al colegio con ganas, cosas que nunca en la secundaria se imaginaron. Era salir del colegio y saludarse recordando que era un día menos para que cada una tome un camino diferente en su vida.

El martes había llegado, Luna durante toda la mañana en el colegio no hizo ningún comentario sobre Daniel.

-Luna, ojito con lo que hacés hoy eh!

El grito de Melina desde la esquina del colegio hizo que Luna se ponga de todos colores.

-Mira que no nos olvidamos- entre risas Luciana no dejaba que su amiga vuelva a su color normal.

Antes de irse, en una breve charla Valentina y Luciana le hicieron prometer que después de verse con Daniel les cuente como le había ido. Luna con poco humor les borró la idea de que iba a pasar algo mas con él, era obvio que su cabeza estaba en otro lado y más con la propuesta de Joaquín.

En los dos días que pasaron solo dejaron de hablarse para dormir. De apoco iban descubriendo que cada vez tenían mas cosas en común y eso a Luna le gustaba mucho, pero nadie era lo suficientemente bueno como Joaquín.

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Joaquín apareció en la vida de Luna hacía ya 17 meses, era una tarde bastante calurosa, bien propia de Diciembre.

Se realizaba un festival de bandas y al ser vacaciones la mayoría de los adolescentes iban a ir. En esa misma plaza donde se desarrollaba el festival, Luna había quedado para encontrarse con Santiago, un chico que conoció por Facebook.

Ninguna de las amigas de Luna confiaban en ese tal amigo, pensaban que era un rarito que se pasaba todo el tiempo detrás de una pantalla o un hombre bastante mayor. Ella estaba muy emocionada por verlo, aunque sus amigas le habían contagiado ese "miedo", por esa misma razón se quedo mucho más tranquila cuando decidieron acompañarla.

No tardó demasiado en encontrarlo entre toda la gente.

"Voy a llevar una remera de Salta la Banca, me vas a reconocer, quedate tranquila"

"Dale, yo llevo una de Don Lunfardo"

"Eso es una banda?"

"No, es una marca de vino tinto, tarado"

"Tranquiiii, la mía es mejor"

"A ver cuánto te dura el fanatismo..."

Luna y Santiago empezaron a hablarse por Octubre, los dos compartían casi el mismo gusto en música y libros. Él era solo un año mayor que ella. Se pasaban el tiempo hablando de distintas bandas, de cosas cotidianas y cada vez que pasaban los días había mas confianza entre ellos. De a poco cada uno empezó a soltarse mas, él le contaba que hacía un año estaba enamorado de la misma chica, ella le respondía de que su único amor era su perro.

Los dos bien diferentes pero por dentro eran mucho más parecidos de lo que se imaginaban.

El día de Diciembre había llegado, Luna no quería que nadie se de cuenta que era un manojo de nervios. Al distinguir a Santiago no sabía que hacer, ella quería que todo sea al revés, que él fuera hacía donde estaba ella y se saludaran.

Santiago ya sabia del lado tímido que Luna tenía, y para ahorrarle una situación incomoda fue él solo y la saludó. Los primeros minutos fueron bastante horribles, nadie sabia qué decir y los nervios no dejaban pensar a Luna. Trataban de soltarse de a poco y a la media hora ninguno se sentía incomodo, Luna sin nervios y sus amigas mucho mas tranquilas al ver que Santiago no era un rarito y tampoco un hombre de 60 años.

Fantasia o Realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora