¿Cómo le explicas a una niña qué es el matrimonio?Hoy, parada sosteniendo un paraguas en un día lluvioso y gris, pienso en mi maestra de primaria y la duda creciendo en su rostro cuando Bianca levantó la mano y preguntó qué significaba "casarse con alguien".
—Es cuando dos personas se quieren mucho mucho —empezó la maestra mientras movía las manos nerviosa—, se prometen estar juntas por siempre y lo anuncian al mundo.
Aún recuerdo con dulzura como Bianca se levantó de la banca donde almorzabamos en el recreo para señalar a Valeria con decisión. Para una niña, como lo éramos hace diez años, era sencillo el amor, no había agentes externos, no había limitantes, no lo entendíamos pero creíamos que sí. Bianca anunció al mundo que quería casarse con Valeria y ella de verdad se sentía así, mi amiga pelirroja siempre fue un enigma para mí, pero cuando se puso de pie diciendo que no había otra persona con la que quisiera casarse, se lo creí. Han pasado diez años y si tuviese el poder de cambiar algo, lo más probable es que elegiría esa respuesta. Esa respuesta que parecía tan inocente desencadenó todas las desgracias en las vidas de mis dos mejores y únicas amigas: Bianca y Valeria.
Las conozco desde que tengo recuerdos, al vivir cerca en un barrio pequeño y unido, era obvio que nos criariamos juntas. Nuestras familias siempre se reunieron en navidad, en año nuevo, en los cumpleaños, en la escasez, en la abundancia. Valeria, mi vecina de a lado, una niña pelirroja de mi edad con pecas en el rostro, tan boba como bonita, alegre y llena de vida; y Bianca, la vecina de enfrente, una chica morena de cabello castaño y esponjado, siempre agarrado en una trenza, más seria, más amargada, mucho más lista que las dos juntas. Amé, amo y amaré a ambas como mis hermanas, sin embargo, ellas no se querían así.
El amor entre Bianca y Valeria fue algo envidiable en mi vida. Ellas se miraban con tanto cariño todo el tiempo, la forma en la que se tomaban de las manos y se decían que se querían. Cuando ellas cumplieron 13 años, se regalaron unos anillos con la inicial de la otra. Esos anillos los portaron todos los días en sus dedos hasta que dejaron de quedarles, solo para volverlos collares que nunca se quitaban. Recuerdo que cuando se los regalaron, me pidieron que fingiera que estaba dirigiendo la ceremonia de matrimonio. A la luz de un día soleado, debajo de un árbol en el parque, mis dos amigas se casaron entre ellas y se dieron el primero de muchos besos en los labios.
Para nosotras, su romance era lo más natural del mundo. No había nadie que se preocupara más por Valeria que Bianca y no había nadie que hiciera sonreír a Bianca más que Valeria. No había nadie que se pudiera hacer frente a ese amor tierno, infantil, puro. Cuando veíamos películas románticas, ellas se tomaban de la mano y se permitían soñar, era absurdo creer que su amor tan grande no era algo normal.
Es por eso que a Valeria y a mí nos costó entender un día que Bianca llegó, cuando teníamos 16 años, con la mirada llena de preocupación y los ojos hinchados por el llanto, a decirnos que debíamos ser más discretas. Que el romance entre ellas debía ser secreto y que debíamos ser pacientes, a veces me pregunto si hubiera entendido las intenciones detrás de sus palabras hubiéramos evitado tanto dolor en nuestras vidas. A lo mejor si lo hubiésemos entendido, Valeria no se hubiera permitido dejarse llevar en aquella fiesta de verano que teníamos todos los años y no hubiera besado a Bianca debajo del árbol donde se dieron su primer beso, para ser descubiertas por su madre y castigadas por ello, con no poder volver a verse, arruinando todo lo que habíamos construido por años y acabando con las tres al mismo tiempo.
Y pensar que esa estúpida prohibición solo sirvió para desencadenar la mayor desgracia de la que seríamos testigos.
Hoy, de pie bajo la lluvia, me pongo a pensar en esos estúpidos adultos y sus barreras mentales. En aquella profesora que nada le podía llegar a costar decirnos una mentira piadosa acerca del matrimonio, en nosotras que éramos niñas jugando con fuego y quemandonos sin darnos cuenta hasta que fue muy tarde.
Hoy, al mirar la tumba de Bianca, me siento con el mundo sobre mí con el deseo de poder volver al momento donde todo falló, donde siento que pude haber hecho algo para evitar que esto sucediera.
Y pensar que todo parecía tan normal hace un par de meses.
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Esta nota es para dedicarle el capítulo a Platinum-Editorial por esta maravillosa portada
Muchas gracias :D

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Querida Valeria
Short StoryBianca y Valeria nunca fueron solo mejores amigas, ellas fueron una historia de amor que se volvió tragedia. Hermosa portada hecha por @artemisa_