Conociéndolo ||Capítulo 1

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Sonó mi alarma. No es posible que ya sea lunes otra vez, aagh. Me levanté adormilada, me metí a bañar, salí y me puse un pantalón atubado, Vans, blusa holgada y mi cabello suelto. Bajé a la cocina, y ahí estaba mi mamá.

- ¡Hola má! Buenos días.
- Buenos días, hija -me dijo haciendo el desayuno-. Como que ya se te hizo un poquito tarde, ¿no?
- Ay ya sé, ni me digas -le dije tomando mi vaso de leche.
- Jajaja, ok -me dijo riéndose-. ¿Sólo desayunarás eso?
- ¿Quieres que llegue media hora después? -le dije sarcásticamente.
- UUUY -dijo con cara de sorprendida-. Esta bien, apúrate.
- Sí má -le dije yendo hacía el baño.

Me lavé los dientes, tengo esa costumbre desde chiquita; pero me felicita mi dentista porque hay muchos que no lo hacen.
Volviendo a las carreras, no era la entrada a clases oficiales, si no a un curso para ir conociendo a los compañeros y maestros nuevos (ojalá entren niños guapos) y entraba a las 9 a.m., y salía a la 12 m.d.
Me despedí de mi mamá, me bendijo y me beso el cachete. Me salí de casa, casi literalmente corriendo, aunque la escuela me quedaba solo a cinco o seis cuadras. Saqué mi celular y los audífonos, sólo para concentrame en lo que hacía, y para hacerlo ponía mi canción favorita. Pero dos cuadras antes de llegar a la escuela, iba agachada y choqué con alguien que no había visto en meses.

- Oh, lo si... -me interrumpí al saber quién era-. ¡Melodie! Se te hizo tarde, ¿verdad?
- ¡Coral! -me dijo con una sonrisa y un abrazo-. Más bien se nos HIZO tarde, jajaja.
- ¡Cierto! -le dije-. ¿Y cómo te la pasaste? Bueno, caminando y platicando.
- Jajaja mejor. Muy bien, ¿y tú?
- Mmm, también.

Así nos fuimos en el camino.
Llegamos, creí que no lo haríamos. Pero la escuela estaba vacía, bueno, solo se veían los maestros. Melodie y yo no sabíamos que hacer, hasta que vimos a un profesor conocido salir de un salón. Nos acercamos y por suerte era ahí, no quería caminar más. Al entrar vimos a algunos de nuestros compañeros: Amelia, amiga que a veces caía bien y a veces mal; Chelsea, la más puta del salón; Juan, el gay; Manuel o Mamel, el que decía cosas sin sentido; Alberto o Beto, el serio pero no tanto; y Edgar, el de los consejos, y esos últimos tres son otros de mis mejores amigos; gritaron nuestros nombres en forma de saludo, pero ningún nuevo; creo que tendré que soportar a los mismos del año pasado.
Melodie se sentó en la quinta banca de la cuarta fila, y yo me senté en la tercer banca de la segunda fila, no era la única pero no me gustaba casi atrás.
El primero profesor era el de matemáticas, como siempre, pero éste era nuevo. Se presentó y dijo cómo evaluaría, lo que hace cualquier profesor; y aunque me encantaba esa materia, me aburrí. En un instante tocaron la puerta, no sabíamos quién era; el profesor le dijo que pasara. Al verlo me quedé impactada, era un chico como de mi edad, pelo güero, ojos azules, sobre todo alto. No me gustaba pero era increíble que un chico así entrara.
Después de eso nos tocó un pequeño receso, todos salieron corriendo, hasta yo.

- Creo que ya sé a quién le gustas -me dijo muy convencida.
- ¿A sí?, según tú ¿a quién? -le dije algo confundida.
- ¡Ay, pues al nuevo! -me dijo muy obvia.
- Jajajajaja, claro que no Mel.
- ¡Es en serio! -me dijo casi gritando-. A cada rato que se escribía el profesor volteaba a verte con esos ojos del color del agua pura.
- Ajá -le dije sarcásticamente-. A lo mejor veía a la chica estaba adelante de mi, a la de atrás, a la de a lado... O a la de a adelante de al lado.
- Noo, yo se que te veía a ti.

Pero yo ya le daba el avionazo, porque cuando ella me hace eso es porque a ella le gusta, así que no me gusta ser de esas amigas quita-crush. En eso nos encontramos con Amelía, Chelsea y Juan.

- ¡Hola piedra de mar! -me saludó Juan.
- ¡Hola Coral! -me dijo Amelia.
- Hola Liny -dijo Chelsea.
- ¡Hola chicos! -les dije fingiendo asombro.
- Hola, yo me llamo Melodie -dijo sarcásticamente, ya que nadie la saludó.
- Ay perdón hermosa -le dijo Juan-. ¿Como están?
- Muy bien, gracias -dijo Melodie, sonriéndo.
- ¿Y a dónde fueron estas vacaciones?

Así pasó el tiempo hablando de lo aburrido, divertido y sin sentido que eran nuestras vacaciones. Pero tocaron la campana para volver a entrar al salón.
En este caso ahora entró una maestra nueva de español. Luego la de Formación Cívica, era algo aburrida aunque me cayó bien. Por fin, otra vez receso.
Esta vez solo iría con Melodie, pero ésta se quedó en salón para copear algo del pizarrón. Salió disculpándose por tardar, aunque no lo hizo, y también diciéndome otra vez sobre el chico nuevo.

- Que no me gusta -le dije seria y volteando la cabeza para verla porque íbamos caminando.
- Pero él a ti sí -me dijo haciendo cara de pervertida.
- Ay no como cr... -al momento que volteé al frente choqué con alguien.

Era un chico como de 20 o 22 años, cabello negro ondulado que cubría su frente pero bien acomodado, cejas como de Frida Khalo pero definidas, ojos lindos de color entre azules y miel (Heizer, es beio, busquen fotos de ojos de ese color y aparecerá alguien ahí mágicamente 🌚), pestañas que parecía que se las enchinaba pero hermosas, unos labios tan delgados que si lo besaban se acabarían. Bueno, su cara era perfecta.

- L-Lo siento mucho -le dije apenada-. Soy una tonta, no me fijé por donde caminaba.
- No te preocupes -me dijo sonriendo-, fui yo el que no se fijó.
- Ay, en serio. Lo lamento -le dije cabisbaja.
- Está bien -dijo despreocupado-. Disculpa, soy José.
- Mucho gusto, -le dije extendiéndo la mano- yo soy Coraline o Coral.
- Coraline... -dijo pensando- Bonito nombre.
- Ahm, gracias -le dije tontamente sonriéndo, creo sonrojada.
- Oye, sólo te pido un favor...
- Sí, dime.
- ¿Donde están... -dijo algo apenado- los baños? Soy nuevo aquí, jeje.
- Oh, aquí derecho -volteé hacia atrás y le señalé- subes las escaleras, y a la izquierda están.
- Ok, muchas gracias lin... -dijo interrumpiéndose y caminando- Coral.
- No hay de qué.

¿Lin? ¿Me confundió con una amiga de él, o me iba a decir Line? Quién sabe.

- Ayy, esas miradas... -me dijo Mel.
- ¿Qué? ¿De que hablas? -le pregunté riéndome-. Si solo fue un choque por accidente.
- Pues será un choque de ojos. Se veían con ternura.
- Mel -le dije alargando su nombre- creo que estás obsecionada por las miradas.
- Creo que sí -dijo haciendo una mueca.

Apenas empezamos a caminar, y volvieron a tocar la campana. ¿Tan rápido pasó? Caminamos de vuelta al salón y por ahora era el de artes del año pasado.

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Hola alumnitas, ¿se acuerdan de mi? Eso espero ¬¬
Buee... Aquí (de nuevo) el primer capítulo.
Las jamo mamorras

Forbidden Love  [Jos Canela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora