Me siento flotar en la nada, como una hoja empujada por el viento. Estoy en un gran vacío negro,completamente solo y en silencio. Me duele cada parte de mi cuerpo,parece que me he tirado desde un decimocuarto piso. ¿Estar muerto es así? No lo sé. Lo último que recuerdo es el establo en llamas y el caballo dispuesto a matarme. Quizás lo ha conseguido. Joao, él estaba conmigo cuando el fuego salió de la nada. Podría haberle pasado cualquier cosa, ahogarse en el humo, que se le cayese una viga encima, quemarse hasta morir ... Espero que esté bien.
Si estoy muerto se supone que debería ir al cielo o al infierno. Algo me dice que después de todo lo que he hecho en mi vida no voy a acabar en el cielo, precisamente. Este gran vacío no parece el infierno. Me lo imaginaba con más fuego, gente gritando y lamentándose y varios demonios con esos tridentes tan graciosos. Puede que todo lo que nos han contado del infierno sea mentira y el verdadero castigo eterno es quedarse en un gran vacío negro en completa soledad, volviéndote loco poco a poco pensando qué has hecho mal para merecer esto. Que prometedor.
La primera vez que oí voces llamándome me sorprendí muchísimo, ya había asimilado que no iba a volver a escuchar a nadie nunca más.
-Lovino, Lovino. - La voz estaba sollozando, parecía llena de dolor.
Intento responder a la voz, pero las palabras no consiguen salir de mi boca. Me doy la vuelta buscando a la persona que me llama, pero estoy tan solo comos siempre.
- Lovino,quédate, por favor. - Es Elizabeta. Siento una presión en mi mano como si me la cogiese.
- Sabes lo que ha dicho el médico, puede que no salga de esta.- Roderich debe de estar allí también. Suena cansado y triste, como si llevase noches sin dormir.
- ¡Cállate! ¡Lovino es fuerte, se va a despertar!- Noto como reposa su cabeza en mi regazo y empieza a llorar. Quiero consolarla, decirle que estoy bien, es lo que más deseo pero no puedo ni tocarla. Roderich la ayuda a levantarse y se la lleva, su llanto de oye cada vez más lejano. Me levantaría e iría a por ellos, pero estoy atrapado en este gran vacío.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que alguien volvió a hablarme. Esta vez sentí más cosas, las sábanas sobre mí, la luz que entraba, pero, sobre todo, sentí como todo me dolía, notaba el cuerpo con quemaduras y adolorido. Seguía sin poder ver nada, pero era una mejora. En ese momento alguien me sostenía la mano. Sus dedos eran cálidos y suaves, hacían que el dolor arremetiese un poco.
- Antonio, llevas horas con él - le recrimina una voz entre cansada y molesta.
- No puedo dejarlos, a ninguno de los dos. - Antonio está triste, se voz parece que va a quebrarse en cualquier momento. Aprieta mi mano con más fuerza, como si no quisiese soltarme.
- Entiendo que quieras estar con Joao, es tu hermano, pero, ¿por qué con Lovino? No sabes nada de él, lo has conocido hace unas semanas.
- No lo sé, ¿vale?- su voz adopta un matiz más agresivo.- Él es ... especial. Puede que no le conozca de toda la vida pero siento algo por él. Algo muy fuerte. - Me acaricia el rostro, provocándome cosquillas.- Si esto no es amor, ¿cómo es posible que me parta tanto el alma verle así?
- Eres imposible. Sabes que está más muerto que vivo, ¿verdad?
- Sí, pero voy a quedarme con él hasta el final, además, él es demasiado cabezota como para no pelear por seguir viviendo.
- Haz lo que te dé la gana.- Arthur sale de la habitación dando un portazo. Antonio aprovecha, se levanta y acerca su rostro al mío. Mechones de su cabello caen sobre mi frente haciéndome cosquillas.
- Sé que saldrás de esta, Lovi. Confío plenamente en ti. - Y en ese momento me besó. Quise con todas mis fuerzas corresponderle, acariciarle, abrazarle, decirle que estaba vivo , pero seguía sin poder salir del vacío. Un par de lágrimas me cayeron en la mejilla y empezaron a deslizarse hasta mi frente. Antonio estaba llorando. Lloraba por mí. La persona que parecía que tenía tatuada una sonrisa sufría por mí. Esta fue sin duda la vez que más rabia me dio no poder hablar.
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Bendito cuchillo (Spamano)
FanfictionLovino Vargas es el castrato más importante del siglo. Ha actuado delante de reyes, nobles, teatros llenos y a todos ha conmovido. A su temprana edad, Lovino es objeto de deseo tanto por hombres como de mujeres, pero él no está interesado en ellos...