Preocupación.

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Abro los ojos, me pesan los párpados como si en ellos tuviera plomo, miro alrededor y estoy en mi cuarto, de inmediato me levanto y pienso que paso ayer y por más que trato de recordar que sucedió después de llegar a mi casa no recuerdo nada, solo cuando toque el timbre. Mi mamá entra sin pedir permiso y trae una charola con comida, a ella le encanta que coma bien pero desde hace un par de meses atrás no soporto mucha comida y algunas veces la vomito.
—Hola hija ¿Qué tal? ¿Qué te paso ayer? te encontramos tirada en el suelo
—No recuerdo nada, así que no te puedo dar detalles.
Noto que mi mamá se ha enfado un poco  y se ha marchado de mi habitación, pero ahorita no tengo ganas de discutir con nadie me punza horrible la cabeza; lo único en que mi memoria se niega a dejar atrás es la imagen de Marleme cayéndose. Inmediatamente recuerdo que tengo que volver a ir a su casa pero dudo que me dejen salir por la situación de ayer. Me levanto y por mas que trato caminar mis piernas no dan una, las fuerzo a caminar, todo sea por ver a Marleme.
Veo a mi mamá al instante. 
—Hola ¿En qué quieres que te ayude? —Esa pregunta me ayuda cuando pienso salir.
—En nada, te ves muy débil mejor vete a dormir y no te preocupes por la escuela, tu papá se encarga de ello.
—Ya me siento mejor, si quieres limpio mi habitación o hago algo que quieras. Mamá te quiero pedir un favor.
—Claro, dime.
—¿Me dejas salir? —Yo ya se la respuesta mejor que nadie.
—¿Cómo? Apenas si te estas recuperando. Espera a que llegue tú papá y te llevamos
Me siento feliz al escuchar esa noticia y me subo a mi habitación para ver que hay de nuevo en la tele, la mayoría de las veces hay la misma porquería de siempre pero esta ves hay un documental sobre los adolescentes, están hablando sobre trastornos. Al final empiezan a hablar de las autolesiones, de inmediato siento un nudo en el estomago y recuerdo mucho a Marleme, me siento tan preocupada por ella.

Le hago muchas cartas de inmediato y salgo a escondidas  por unas flores muy alegres cuando mi mamá sale de casa, Marleme es creativa y alegre, algo en el fondo me interrumpe y es el teléfono de mi casa, me levanto y corro para contestar.
—¿Hola? —Respondo. Se tardan en contestar y cuando estoy apunto de colgar alguien habla sobre la línea.
—Ho...la, sien...to tan..to todo. Te quie...ro.
—Disculpa... ¿ Quién habla?
—Soy Mar...
En ese momento dejan de hablar y no se escucha nada.
—¡¿Bueno?! — Me siento muy nerviosa, sin duda alguna es ¡Marleme! empiezo a trabarme en mis movimientos, me duele de inmediato la cabeza, me acuesto en el piso para presionarme la cabeza, no puedo con este dolor pero rapidamente me paro para ir a la casa de Marleme, corro a mi habitación para agarrar sus regalos, ya voy bajando las escaleras pero algo me lo impide, no me doy cuenta y tropiezo con algo y me pego en la cabeza, grito de dolor pero es inútil porque no hay nadie en casa.







Marginada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora