Capitulo 4.

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Esa preocupación que no me dejaba en paz ahora se ha ido, por fin ayer vi a Marleme, la vi mal pero se veía que le va a hechar ganas por seguir viviendo, o al menos eso me ha dicho.

¿Me vas a sacar de aquí, quiero estar contigo?
No lo se esta es tu casa, debes de hablar con tu mamá.
Hablaré con ella, pero ayudame a convencerla
Te ayudaré pero me tienes que prometer algo así como yo lo he hecho.
Vale ¿Qué pasa?
No quiero que te vuelvas a autolesionar de esa manera, cualquier problema no dudes en decirme y yo te ayudare.
No prometo nada.Lo dice con indiferencia.
¡No, prometelo así como yo te lo prometi, veme, ahora estoy contigo en tus peores momentos! Siento la sensación de rabia en todo muy cuerpo y cuando menos me doy cuenta empiezo a llorar.
Lo siento, te lo prometo.

Ahora solo faltan 3 semanas para irme de este lugar, mis padres siguen intentando que me cambien de turno, pero es imposible, me siento como una inútil. He invitado a Marina a mi casa, necesito hablar más sobre mi y mis problemas, no quiero que el tonto de mi psicólogo me levante la manga, hoy empiezan las sesiones y en siento un tanto nerviosa.
El timbre me hace despertar de mi nube, bajo corriendo y como es de esperarse es Marina.
—Hola ¿Qué tal?
—Hola, pasa, te tengo que contar un par de cosas.
Subimos a mi recámara y la invito a que se siente en mi alfombra.
—Siento no haberte contado sobre que me canalizaron al psicólogo, me siento muy desesperada al saber que no me quieren cambiar de turno, pero lo que más en preocupa es Mario.
—Mira Lila, si tu no te dejas de preocupar te vas a causar mas daño del que ya tienes. Aunque duela algún día te vas a tener que separar de Mario, vamos a pasar a una época NUEVA en todos los sentidos, tu conoceras chicos nuevos y el conocerá nuevas chicas y yo te recomiendo y que ya te separes un poco de el y que te asocies con lo que te acabo de decir y con tus amigos, yo por lo menos voy a permanecer contigo hasta el final de todos los tiempos y sabes lo del turno... estamos a tiempo y tal vez te acepten; todo tiene solución.
Le doy un abrazo, ojala que todo lo que me diga sea verdadero, empezamos a hablar sobre otras cosas menos preocupantes y cuando menos lo pienso ya han dado las 4:00 p.m. ¡La sesión!
—Marina, me tengo qué ir, hoy es la primera sesión con el psicólogo, si quieres nos vemos al rato.
—No te preocupes,mejor nos vemos otro día.
Me despido de ella... Me quedo mirando mis manos, en ellas me he puesto unas vendas para cubrir los moretones que me hice esa vez en el hospital. Que tonta soy... Otra razón para que crean que me hago daño

Marginada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora