Sin ti

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- No se muevan...- dijo Yamu casi en un susurro.

No era necesario decirlo. Esas serpientes eran famosas por su veneno, capaz de paralizarte por una semana.

No se cuanto tiempo nos quedamos inmóviles, en posiciones cómicas parecidas a cierto juego infantil. Pero lo único que se jugaba aquí, era la vida.

Si hubieran sido serpientes normales, podríamos haberlas congelado o ya se hubieran sumido, pero estas no eran así. Seguían vigilándonos y no tenían intención de irse. Es mas, estaban en posiciones de ataque, abriendo sus mandíbulas de par en par, dejándonos ver esos largos colmillos blancos y sus moradas lenguas bífidas.

Y antes de poder hacer algo, se lanzaron sobre nosotros. Iban a una velocidad sobrenatural y no titubeaban en su dirección. Eran controladas por alguien.
Ali Baba nos jaló a los 5 hacia atrás, pero cuando iba a jalar a Pay, los grilletes se lo impidieron, quedando en la mira de las serpientes.

Todo pasó en un segundo, no podía dejar que Paydar saliera herida. No otra vez.

Me puse en medio, y por estúpido y precipitado, no active mí borg. Sentí un par de colmillos clavarse en mi brazo derecho. ¿Donde esta la otra serpiente? Pude ver una cola negra desaparecer por el resquicio de la puerta.

-Harharl Infigar- tuve el tiempo suficiente de incinerar a ambas serpientes.

-¡Aladin!- ¿Esa era la voz de Paydar? Probablemente. Mi alrededor se vuelve borroso y siento como se va entumiendo poco a poco cada parte de mi cuerpo.

-¡Yam, has algo!- escuché que decían.

-No se puede.- dijo la que podría ser Yam. Se oía asustada, y triste.- La mordida de esta serpiente es imposible de revertir. No hay una cura desconocida...- se oyó un sollozo.

-N-no... esto no...- esa era la voz de Ali baba, y junto a él, escuché a Toto llorar.

¿Así va a acabar mi vida? Que pena, esperaba hacer más cosas, pasar más tiempo con Paydar...

-P-pero, acabamos de reunirnos después de estos meses...- dijo quién parecía ser Olba.

Para este punto, ya solo oía sollozos de mis queridos amigos. 1,2,3,4,5... falta alguien.

***

-P-paydar, ¿qué haces?- me preguntó Morgiana.

Tiene razón, ¿qué estoy haciendo? 

-Antes de separarme de Ippos,-le contesté-me habló de la magia de Alma Toran. Había un hechizo en específico que lograba contrarrestar los venenos de los seres de aquél entonces, 50 veces más potentes que los actuales...-

-¿¡Y porque no los usas!?- me dijo Toto.

-Eran terriblemente peligrosos, sólo pudieron ser usados por Solomon, Sheba y Uraltugo. Todavía no llegó a dominarles, ni siquiera un poco, y no se que pase con mi forma física...- conteste.

Todos se quedaron en silencio. Se daban cuenta que era muy arriesgado. Pero...

-Pero...-dije- Yo nací por una razón. Por esa razón los conocí a todos ustedes y descubrí cosas maravillosas.- poco a poco me acerque a Aladin, tenia los ojos abiertos, pero estaban vacíos. Se acaba el tiempo.

-Y debo cumplir el propósito de mi existencia... Es más, no sólo por eso, sino por mi propia decisión.-continué.

-Espera Paydar, ¿qué...-dijo Yam. Tenía los ojos rojos, Aladin fue su más preciado aprendiz.

-Por que sin ustedes... sin ti... -dije mientras ponía una mano en la herida de aladin y otra en su pecho - No valdría la pena vivir.

-¡Paydar, no lo...!- gritó Ali Baba.

Justo en ese instante, entraron Jafar y Sharkan a la habitación.

-¿Pero qué...?-

-Gracias Jafar, Sharkan, Yam, Ali baba por haberme ayudado. No pude conocerlos bien, pero les deseo felicidad, Toto y olba-

¿Que estoy diciendo? ¿Estoy dando mi propio discurso fúnebre...?

-Adios Aladin.- ¿Esta será la última vez que veré a Aladin? No lo se, ni siquiera se que me vaya a pasar, pero sin ti... Prefiero que vivas una vida feliz, y no muera en vano. Y si vuelvo al gran flujo de la vida, siempre te veré. Te veré viviendo con todos tus amigos y cumpliendo tus metas.

-Falierg- mis manos empezaron a brillar de un tono blanco.

 Y justo cuando Aladin empezó a respirar... yo lo dejé de hacer.

Vivir para reencarnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora