Aladin y Paydar... otra vez

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 -¿En... en dónde estoy?-.

Despierto, y no estoy en la casa de Yunnan. Tengo grilletes en las manos y pies, parece mi habitación en Sindria...

Y de repente, recuerdo lo que pasó el día anterior. Yunnan había salido por agua y me había quedado sola. Llegó Sinbad y con su djin Zepar, durmió mi alma. Me llevaron hasta Sindria, y ahora estoy aquí.

¿Dónde está Aladin? ¿Dónde están Morgiana, Ali baba, Sharkan y Jafar? ¿Qué está pasando?

*** 

-Te repito Aladin, no puedes ir a verla.- Ya llevo media hora tratando de convencer a este tipo. Envió a Sharkan y a Ali baba a una misión a Balbadd, y para empeorar las cosas, no me deja ver a Paydar.

-¿No te das cuenta Sinbad? La secuestras y no le explicas nada.¡ Al menos deja que la tranquilice!-

-Ira Yam a verla cuando despierte-

Eso me tranquilizo un poco. Yam se veía muy arrepentida de lo que dijo de ella e iba a pedirle disculpas, pero de todas maneras, tenía que verla. Necesitaba verla. después de todo, yo la a...

***

-Veo que ya despertaste-. Era la maga de Magnostadt, la que me había estado enseñando magia, Yamraiha.

Me quede callada. Todavía no olvido como me trataba en sus clases de magia. Cuando practicábamos magia defensiva y fallaba, no se detenía y me atacaba con su magia de agua. Fueron unos momentos algo... dolorosos.

-¿Ya te sientes mejor? Zepar deja un dolor de cabeza horrible.-

Seguí en silencio. Si sólo actuaba tan amable por conveniencia...  Además, ellos me tenían prisionera, ¿ahora se preocupaban por mi bienestar?

-Oye, Paydar...-

Eso si me sorprendió. En todas las veces que nos vimos, me llamaba chica o sólo no me mencionaba. Era la primera vez que me dice chica.

-Estuve hablando con Aladin y estuve pensando. Así que, tal vez te moleste que te diga esto ahora pero, perdón por como te traté.-

la miré a los ojos. No mentía. Realmente esta disculpándose por lo que hizo.

-No te preocupes. Se que en ese momento, era difícil confiar en mi, pero ahora que ya tienes más confianza en mi, podríamos ser ami...- No pude terminar de hablar. se escucho un golpe y sin exagerar, la puerta explotó.

-¡No voy a esperar más Sinbad!-

¿Era esa la voz, de Aladin? Traté de pararme para ir a verlo, pero los malditos grilletes no me dejaron. Me había olvidado de ellos. Lo más que pude hacer fue sentarme, a cambio de un tirón en el brazo.

Al parecer, tenía razón. Poco después, Aladin entró al cuarto. Seguido por, como no, Sinbad.

-¡Paydar! ¿estás bien?- Aladin se acercó casi corriendo a la cama. Se ve muy preocupado. debo de verme horrible. en casa de Yunnan no había bañera... y por el golpe que me debí de haber dado cuando me caí debo parecer chica de la calle.

-Si... ¿tú estás bien?- Debo sonar calmada, si sueno preocupada también se va a preocupar.

- Oye Sin, necesito que vengas conmigo. Hay unos papeles que necesito mostrarte.-dijo Yam. Al parecer, había conseguido una aliada. Yamraiha se llevo casi a rastras a Sinbad fuera de la habitación y volvió a poner la puerta con su magia. Bien hecho Yam, te debo una.

-En serio, ¿estás bien?- me preguntó Aladin.

¿Qué le digo? ¿Que aunque me duele todo el cuerpo estoy más que feliz de verlo de nuevo?

-Si... ¿pero nuestro plan fracaso, verdad?-

Era más que evidente. Pero, tenía que preguntar.

-Si.- me contestó.-Pero no importa, porque, a pesar de como te dejaron.-continuó mientras señalaba esas cosas de metal, que no me dejaban saltar a abrazarlo.- Pude verte otra vez.

Me sonrojé. Nadie me decía o me ha hecho vibrar cuando me habla, excepto él. había olvidado esa sensación.

-Aladin...- Sin darme cuenta, nuestros cuerpos se habían juntado a tal punto, que tan sólo estaba a unos centímetros de su cara. Miré sus ojos de cerca. Dos zafiros que competían con la noche.

Y antes de que pudiera pensar, nos seguimos juntando hasta que sus labios se juntaron con los míos, y los míos con los suyos...


Vivir para reencarnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora