Un perdón atorado en la ventana

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Es un lamento interminable,
no muere facilmente y se destruye de raíz,
tan sólo por equivocarte,
sólo por no saber responder a otra cosa mas que creer ser feliz,

hoy le pido perdón a las páginas, por desquitarme sobre ellas,
pero esque soy invisible al amor,
y el suicida dentro de mí, de vez en cuando abre la puerta,

asi es traicionar a tu sangre por piel ajena,
es el castigo inimaginable,
es la moneda con la que paga la vida,
es la botella que no embriaga y olvida, sino enclarece y retifica.

Nubes de vinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora