Nubes de vino

Loco

Las horas, las personas, el ruido,
se desvanecen cuando me pierdo en tu cintura, niña que resucitó a este corazón perdido, marchito,
y ahora debo pagarte con mi locúra, amor a oscuras, que no se toca, sólo se ve, o se huele, se vende y se enorgullece, enamorado, ese soy yo, imaginando a tu lado vida y resplandor, soñando garabatos sin autor, besando tu cuello, escribiendo en tus piernas un poema con mis dedos, caricias, soy amante del dolor y de lo ajeno, soy un extremo al juzgarme domador de cleopatras, de serpientes que engañan y que muerden, soy un ramo de margaritas fritas en aceites y perfumes, soy un crédulo que dejó de creer,
soy quien corrije a erejes, soy el Titanic sumiso ante su destino el iceberg, y tú, eres la bondad en carne y hueso, eres la fianza para un preso, la autoconfianza durante un intenso miedo, eres la magnitud de mis deseos, y la vida que transporta cada particula del agua, eres la luz, el fin de la guerra, eres la dama por la que se abren cientos de botellas, y te falta asiento en mi corazón, porque más que doncella de london eres digna de recibir perdón, por compasión me saludas con miradas indiferentes,
y sin darme cuenta te adueñaste de todos mis amaneceres, anestesiando a la órbita que une nuestros abdómenes, tan inconsciente o inocente fluyes dentro de mi carácter, y sin que yo me diera cuenta, conquistaste mis pupilas y latidos y con mis nazis vencidos diste fin a la pelea, sin pacientes resonantes en tus dudas, mordiéndote los labios intensificandote a detalle, hiciste de mí un arma impulsiva que ignoró su acuerdo en Versalles, y acabando con los bailes que sentía yo en el pecho, fueron graves los ataques a este cuerpo, tanta ilusión, y nada es cierto, tantas manías al estar sediento como rango pero de tus labios, tanta locúra en tu cabello, tantas fantasías de sentir tu sudor rodeandome el cuello, pero, el tiempo es lo que nos hace muertos, y la vida es, lo que nos tacha de ser eternos.