#6

3.3K 307 39
                                    

Kagome

-Sigo diciendo que no era necesario que me acompañarás. -Habló Kagome caminando a la par del platinado. Ya llevaban casi la mitad del camino.

Sesshomaru le dedico una mirada de soslayo y preguntó. -¿Te molesto? -Al escuchar aquello la azabache se sobresalto.

-¡No, nada de eso! -Se apresuro a aclarar. -Es solo que debes tener cosas que hacer y en cambio estas conmigo. -Argumento mientras se hacía a un lado para que pasara una señora.

-No tengo nada que hacer. -Informó Sesshomaru restándole importancia. -Solo llegar a casa y verle la cara a Inuyasha, y sinceramente no quiero verlo. -Dijó con fastidio a la vez que fruncía el ceño.

-¿Por lo del castigo? -Se atrevió a preguntar. No le parecería raro que estuviera molesto con su hermano por esa razón.

-En realidad nunca quiero verle la cara, pero también por eso. -Dijó como si fuera la cosa más normal del mundo. Kagome pensó que si estuvieran en un anime, lo más seguro es que tuviera la típica gota en la nuca.

-De acuerdo. -Respondió algo dudosa. -¡Tengo una idea!-Exclamó después depensarlo por unos segundos.

-¿ah, sí? -Cuestionó el ambariono levantando una ceja. Ella asintió.

-¿Qué tal si te invito algo? -Propuso con una sonrisa. -Ya sabes, en agradecimiento por acompañarme y ayudarme con mi violín. -Explicó señalando con la mano el instrumento que él cargaba.

-Si tu quieres. -Aceptó sin ninguna resistencia.

-wow, creí que sería más difícil. -Confesó Kagome.

-Si darme algo hará que te sientas mejor, entonces no veo por que negarme. -Se encogió de hombros y por primera vez en todo el trayecto miro a la chica.

-De acuerdo. -Kagome miro a su alrededor y encontró un heladería, tal vez sería buena idea. Tomo a Sesshomaru del brazo y lo guió hasta el local.

-Bienvenidos, ¿Qué les doy? -Una chica que se veia un poco mayor que ellos los recibio. No paso desapercibido para la azabache que aquella chica no paraba de examinar a su acompañante.

-Deme uno y fresa, por favor y uno de... -Se detuvo para voltear a ver a Sesshomaru.

-Pistache. -Respondió ignorando por completo la mirada de la empleada.

Luego de que les dieran sus helados, Kagome los pago y se fueron a sentar a una de las mesas que ahí había.

Se sentía incomoda, pero no por la presencia de Sesshomaru, si no por la incesante mirada de la empleada. Desde que pisaron la tienda, aquella chica no había dejado de mirarlos, o más especificamente a Sesshomaru. Kagome no podía comer su helado en paz por su culpa. Una parte de ella la entendía; Sesshomaru era muy llamativo, o mejor dicho atractivo, con su imponente estatura que Kagome estaba segura llegaba al metro noventa, sus penetrantes ojos ámbar, su larga cabellera plateada y su piel blanca, sí, en definitiva tenía que admitirlo, era un chico muy apuesto.

-¿Qué te sucede? -Escuchó su gruesa voz preguntar. La azabache volvió a la realidad.

-Nada, ¿por qué lo dices? -Cuestionó curiosa. El platinado la analizó como si quisiera averiguar que estaba pensando. De pronto, Kagome sintió que su mano estaba pegajosa, bajo su mirada y se encontró con que su helado se estaba derritiendo. ¿Cúanto tiempo se quedó pensando?

-Ay, no. -Se quejó mirando su mano. El helado se había escurrido y derramado algunas gotas en la mesa.

-Ten. -Dijó el peliplata pasándole unas cuantas servilletas.

Losing control. *Sesshome*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora