-Ahora yo soy parte de tu vida.

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El desayuno fue silencioso, nadie habló y sinceramente era de lo más incómodo, era como tener una cita con un chico al que apenas conoces,  solo que él era un vampiro  y me tiene amenazada.

Y si le gustó el desayuno porqué se lo terminó todo, así que la nueva sociedad si tiene cosas buenas, la comida es una de ellas Emma 1- Vampiro 0.

-Wow- me detuve y él me miró aburrido.

-¿Ahora qué?, ya te lleve a desayunar ¿qué más quieres?—habló molesto.

-No pienso regresar a tu castillo-hablé segura y el rió, una risa sin gracia que sinceramente me dio miedo.

-No te pregunté, tú solo vienes y ya.

-No, yo quiero ir a mi casa, mi papá debe estar preocupado-me cruce de brazos.

-De acuerdo, ¿donde vives?-se cruzó de brazos, se veía gracioso, no lo había mencionado pero trae ropa de otro siglo, así como se vestían los príncipes, no como un rey, sino como un príncipe, lo hacía verse bien pero muy fuera de moda.

-A unas horas de aquí en auto-contesté.

-¿Auto?- me miró- te refieres a las cosas que pasan por aquí- se bajó de la acera y después volvió a subir, yo asentí- ¿cómo se mueven?, ¿tienes uno?, ¿por qué son diferentes?- preguntaba mientras miraba toda la calle, yo sonreí, por unos segundos, se veía idiota preguntando eso, me miró mal, pero por un lado lo entendía, vivir 400 años encerrado sin saber nada del mundo exterior, pobre.

-Bien, pues para entender cómo funcionan sólo necesitas saber qué es gracias al descubrimiento de la rueda, tengo dos automóviles, pero casi no los uso porque todo queda cerca en el pueblo y no sé porqué hay muchos estilos, solo los hay, tal vez por comodidad o algo.— hablé contestando en orden sus preguntas, él suspiró - necesitamos movernos- me miró y sonrió malévolamente.

-Vamos- jaló de mi brazo y caminamos fuera de ese pueblo.

-No pensarás en robar un auto ¿verdad?, eso es penado, más bien todo lo que has hecho es penado y..

-Silencio- puso su mano frente a mi cara por unos segundos y rodeé los ojos- sube- señaló su espalda y levante la ceja, me iba a cargar, solté una carcajada pero al verlo tan serio me callé.

-¿Es en serio?- hablé y él asintió irritado, dudé por unos segundos pero al final subí a su espalda.

-Cierra los ojos- me ordenó- no, espera- suspiró- ¿por dónde?- me quedé pensando.

-Ve derecho hasta que encuentres dos caminos, toma el de la derecha y llegamos a la cuidad, después llamaré a mi chofer y él nos recogerá- que buen plan, deberían de felicitarme por esto.

-¿De acuerdo?-suspiró de nuevo- cierra los ojos- obedecí, empezó a moverse, pero la curiosidad me ganó así que abrí mis ojos por unos segundos y al instante me arrepentí, mierda estoy mareada- te lo dije- me regañó sin dejar de correr- y deja esa palabra por La Paz- pasaron unos pocos minutos y escuchaba el ruido de los carros así que le pedí que parara.

-Bienvenido a Lynchburg, Virginia  - dije bajando de él- vamos por aquí a buscar un teléfono público creo que tengo unas monedas.

-Wow-susurró mi acompañante mirando todo a su alrededor- ¿Qué es teléfono público?— me preguntó, yo lo miré por unos segundos y pude ver que se sentía apenado, pero solo por unos segundos ya que carraspeó y se puso serio.

-Bueno pues teléfono público es un teléfono-me sentí idiota y negué- haces llamadas, ahorita ves cómo- saque unas monedas de mi bolsa trasera del jean para poder hacer la llamada, él las tomo y las observó por unos segundos , después me las devolvió- cruzamos- hablé y me miró, venían muchos vehículos y la luz estaba en rojo así que iba a caminar pero me detuvo- ¿Qué?

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora