-Feliz cumpleaños my lady.

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-Rápido Emma- me gritó Jack jalándome.

Todo el mundo me dice dice lo mismo "rápido Emma".

-Max- lo miré en modo de súplica.

-Tranquila, yo lo llevo- sonrió y tomó a Jack de la mano.

Hoy es mi cumpleaños y desde que me levanté estoy con Max y los enanos.

También hoy hace tres semanas que Ian se fue y desde ese día solo nos comunicamos de vez en cuando por teléfono.

Miré mi celular para ver la hora. Ya son las 4:00 pm.

Tomé de la mano a Clara y nos acercamos a la entrada de los baños de caballeros.

-¿No vamos a entrar ahí verdad, Emma?- Clara me miró asustada.

-Obvio no- le sonreí- esperamos a Jack y a Max.

-¿Max es tu novio?-preguntó Clara.

La miré y negué.

-Es un amigo nada más.

-Un amigo que pronto será más que eso- las dos nos giramos y Max pasó su brazo por mis hombros.

-¿Listo?-miré a Jack ignorando el comentario de Max.

-Si, ahora quiero un helado de chocolate- Jack jalo mi mano.

-Jack- suspiré- ya te compramos un helado de vainilla- lo miré molesta.

-Oh vamos Emma, es un niño- miré molesta a Max y él sonrió- solo este helado y nos vamos, lo prometo.

-Bien- acepté de mala gana.

En todo el día no hemos parado de dar vueltas por todo el centro comercial.

Esto es muy aburrido.

Además, nadie me ha felicitado, solo Max y los enanos.

Esto es triste.

Compramos el helado de Jack y de paso uno para Clara y después nos fuimos al auto de Max.

-¿A dónde vamos ahora?-preguntó Max mirando a los enanos como si ellos mandaran.

-A ningún lado- me apresuré a decir- es tarde y necesitamos ir a casa.

-vamos Emma, es tu cumpleaños- sonrió.

-Lo sé- suspiré - y te doy las gracias por pasar el día conmigo y los enanos, pero es hora de ir a casa.

-De acuerdo- habló rendido.

-Tengo que ir a embriagarme por cumplir los 18- sonreí.

Él negó y sonrió.

-Mi niña- suspiró - toda una adolescente borracha- lo miré divertida- estoy tan orgulloso de ti- bromeó.

Solté una carcajada.

-Idiota- murmuré aún sonriendo.

El camino a casa fue rápido y la pasamos  hablando de cualquier tontería.

Los enanos se bajaron y corrieron para entrar a la  casa. Los iba a seguir pero Max me detuvo.

-Espera- me tomó de la mano y sonrío.

-¿Qué pasa?-pregunté.

-¿Puedo pasar un rato más con ustedes en tu casa?- me preguntó.

Bien, si no lo dejo me sentiré mal conmigo misma por ser tan mala persona y si le digo que si no podré encerrarme en mi cuarto y mirar cualquier serie en netflix.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora