Capitulo 6

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Pasado un mes, las cosas no iban tan bien como esperaban.

Estaban pasando más tiempo juntos, eso era cierto pero no era lo mismo. Pensaban que con un mes podrían estar bien los dos y a simple vista, lo estaban pero habían unos detalles. A Miguel se le estaba haciendo difícil ocultar sus sentimientos y es que por cada sencilla cosa, se convertía en una niña de 5 años al tener su primera Barbie. Claro que Gabriel no sospechaba nada, creía él, por lo que se daba el lujo de pensar que todavía las cosas estaban bajo control.

Por otro lado, Gabriel, ya no estaba mirando a las chicas de su escuela. Es decir, ya no las buscaba, ya no les atraía. Sabía que había chicas hermosas y muchas se le habían acercado pero simplemente no le llamaba la atención. Sabía que eso no era normal porque no es que fuera un mujeriego, no se consideraba uno como, pero siempre podría acercarse a una y pedirle su teléfono, y quedar con ella. Cosa que ya no pasaba. Estaba más pendiente de estar con Miguel y hacerlo feliz. Aunque le costaba admitirlo, le gustaba hacerlo feliz.

-He decidido que ya es hora de que te presente a mis amigos- dijo Miguel atrayendo la atención del otro.- Dado que estas pasando tiempo conmigo, no me parece correcto dejarlos a ellos sin mi- dijo esto último con una sonrisa.

-Tú me dices, yo te sigo- le correspondió igualmente Gabriel.

Miguel solo asintió.

Se encontraban dentro de la escuela por lo que salieron al patio que se encontraba muy concurrido. Aun cuando las clases ya habían terminado, los estudiantes se tomaban su rato para quedarse y hablar o quedar más tarde. Gabriel nunca tuvo la oportunidad de quedarse hasta la hora que quisiera porque su padre siempre necesitaba de él para que le ayudara con algo de la boda.

Se dirigieron a una parte un tanto escondida del patio en donde la gente se encontraba sentada bajo la sombra de un árbol. En uno de ellos, se encontraba un grupo de chicos no más de 10, que hablaban muy alto y sonaban carcajadas a todo pulmón como si los mejores chistes fueran contados en ese grupo. Ahí se acercaron.

-Pero miren que trajo el viento a su manada- dijo uno de ellos cuando se acercaron lo suficiente. Los demás también los miraron.

-Tú sabes que yo volvería, corazón- le respondió Miguel acercándose para darle un abrazo seguido de un beso en los labios.

Esto trastoco a Gabriel al punto que quedo congelado.

Debía admitir que el fulano que había besado no era malo. De tener los mismo gustos, diría que le pediría su número para quedar pero claro, el no tiene esos gustos. Tenía un cuerpo definido de tez morena, cabello corto pero arreglado, labios protuberantes, una barba empezando a crecer y ojos color miel.

A pesar de todo esto y saber que los gustos de Miguel no estaban tan desubicados, sintió celos. No supo por que

-¿Y quién es tu juguete ahora?- pregunto el chico que había besado pero mirando a Gabriel con lujuria, examinándolo de cabeza a pies.

-Este es Gabriel- dijo volviendo al lado del ojiverde.- Tú sabes, el que te mencione varias veces.

-Ya veo. Así que ya apareció.- la mirada de este cambio súbitamente a una de desprecio- Supongo que tú y yo seguiremos siendo platónicos. Me llamo Hugo, por cierto- dijo extendiendo su brazo hacia Gabriel.

Gabriel le correspondió el saludo y Hugo sostuvo su mano con un apretón fuerte.

-Déjame te los presento- interrumpió Miguel- Ellos son Sebastián, Oscar, Manuel, Ricardo, Rodrigo, Luis, Gerardo, Martin y Gael- dijo señalando a cada uno correspondiente a su nombre- Ricardo y Rodrigo son gemelos, como puedes ver. Son los más hermosos que he visto- dijo con voz sonadora haciendo que los dueños de los nombres se sonrojaran.

Empezó por una fiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora