Capitulo 12

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Miercoles.

Ya era mitad de semana y Miguel no tenía ninguna razón para cancelarle a Alex. Es decir, el chico solo lo había invitado a salir. ¿Qué había de malo en eso? El asunto era que tenía una pequeña... No, mínima esperanza de que quien lo invitara a salir fuera Gabriel pero no se hacía ilusiones.

Al sentir que su teléfono vibraba, lo saco y vio que tenía un mensaje. Era de Alex.

Alex: "Espero con ansias que sea sábado"

Miguel: "Es solo una salida"

Alex: "Bueno, me emociona tener una salida contigo"

A Miguel le costaba creer que Alex estaba interesado en él. Solo pudo sonreír

Miguel: "Veremos si tu "sueño" se hace realidad"

Alex: "No es un sueño. Sé que contigo es algo real"

De esto no respondió más.

Podría decirse que estaba en las nubes. A pesar de que no conocía del todo a Alex, este sabía que decir y cómo decirlo. No iba a hacerse ningunas ilusiones porque podría ser todo un perro, así que esperaría hasta el sábado.

Así iba pensando hasta que escucho que alguien lo llamaba. Al darse la vuelta, vio que era Gabriel. Su día no podría ir mejor. Como siempre pasa cada vez que ve a Gabriel, su corazón empezó a latir más rápido y un pequeño nerviosismo empezó a crecer a medida que el ojiverde se acercaba.

-Al fin te encuentro- le dijo cuando lo alcanzó y lo tuvo de frente.- Quiero invitarte a una fiesta.

Miguel entrecerró los ojos, mirándolo con sospecha.

-¿Qué fiesta?

-Una que encontré- dijo alzando los hombros quitándole importancia.

Miguel siguió mirándolo con sospecha.

-¡Tengo entradas!- exclamo con voz cantarina agitando las mismas.

Miguel las miro. Estas eran rectangulares y los colores se fusionaban entre morado y negro, en donde se veían la silueta de personas bailando y muy abajo, se veía la descripción en letras blancas.

-Es el viernes. ¿Quieres ir?- pregunto con una sonrisa. Se notaba que estaba emocionado.

-Sí pero ¿Una fiesta? Yo soy malo para eso. Me pongo incomodo y me veras en una esquina con un vaso de plástico pensando en irme. Mejor no- dijo mientras negaba con la cabeza efusivamente.

-¿Te pones incomodo?- pregunto el ojiverde aguantando la risa que rogaba por salir.

-Sí. Es... No soy el mejor candidato para eso. Los eventos sociales como que me ponen al margen.

-No seas exagerado. Eres muy bueno conociendo gente y si no quieres hablar con alguien, esta bien. Igual, estarás conmigo- le dijo dándole una gran sonrisa.

"¿Cómo le digo que no a esa sonrisa tan perfecta? ¿Cómo?" pensó mirando embelesado. Dándose cuenta de esto, reacciono y miro a otro lado. Se dio unos minutos para pensar.

-Vamos, Miguel. Di que sí. Por mí- dijo poniendo un puchero y pestañeando varias veces para dar más énfasis a lo que decía, siendo así mas adorable.

-Bien. Iré pero si me siento incomodo, nos vamos.- sentencio dando a entender que no aceptaría replica del otro.

-¡Perfecto! Aquí tienes tu entrada- dijo entregándole el papel rectangular.-Te pasare buscando a las 7.

Empezó por una fiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora