Capitulo 9

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Habían sido unos días raros para Miguel. Sentía una tensión rara cuando estaba con Gabriel y Anna. Los dos hablaban muy poco y siempre se miraban con complicidad o se decían una que otra indirecta pero cuando estaba con cada uno, actuaban normal como siempre los conocía. Hasta había llegado a pensar que Anna y Gabriel estaban juntos en secreto pero no podía ser posible porque Anna era su mejor amiga y ella sabía sus sentimientos hacia Gabriel. No le haría eso, ¿cierto?

Cuando estuvo solo con cada uno, aprovecho para sacarle la respuesta a su duda. Los dos lo negaron y ninguno estuvo nervioso cuando le hizo la pregunta, como es lo que normalmente pasa cuando algo es cierto. Así que, o los dos sabían muy bien mentir o él se estaba creando ideas que no eran.

Llego otro día en donde estaban los tres juntos y empezaron las miradas discretas de Anna y Gabriel. Esta vez no aguanto más e intervino.

-¿Alguno de los dos será tan amable de decirme que pasa?- los dos lo miraron sorprendido- Con las miradas que se dan. No naci ayer. Algo pasa entre ustedes dos y si son tan amigos míos como proclaman serlo, me dirán que pasa.

Anna y Gabriel se volvieron a mirar. Esta vez, Gabriel le daba señas a la pelirroja mientras ella negaba con la cabeza.

-Bueno, si no me piensan decir, hasta aquí llegamos- reclamo mientras se levantaba dispuesto a irse.

-¡No!- le detuvo Anna tomándolo de un brazo- Si, tienes razón. Algo pasa pero no es entre Gabriel y yo como estoy segura que sigues pensando.

Miguel volvió a tomar asiento mirándola expectante.

Anna comenzó su relato desde el aquel día que había dejado a Gabriel y a Miguel hablando solos hasta su ida al hospital para tomar la prueba de embarazo y de cómo no sentía el valor de decirle todo eso antes porque no quería que pensara lo peor de ella. Mientras lo hacía, Miguel cambiaba su semblante de sorprendido y horrorizado, a sorprendido de nuevo.

-Estamos con las miradas y eso porque Gabriel quiere que aproveche el momento y te diga todo esto pero nunca encuentro como empezar.

Miguel guardo silencio pensando en que decir.

-Mas allá del hecho que pensaras que me decepcionaría por todo esto, no es excusa para haberme tenido al margen. Yo te pienso ayudar en lo que sea, Anna. Como tú lo hiciste conmigo, lo menos que puedo hacer es esto.

Anna asintió al tiempo que empezaba a llorar.

-Lo siento. Ando muy sentimental últimamente. Todo me afecta- dijo entrecortada tratando de limpiarse las lagrimas sin ningún resultado.

Miguel se levanto y abrió sus brazos en señal de que se acercara para un abrazo, cosa que la pelirroja acepto.

-Gracias- dijo aunque no se era muy audible a causa de que estaba en el pecho del castaño.

-Tus tíos... ¿Saben de esto?- pregunto al tiempo que la soltaba.

-Sí. No lo tomaron muy bien pero se están acostumbrando a la idea. No les parecía tampoco correcto botarme de la casa y que yo me valiera por mi misma con un bebe en camino. Es bueno saber que aun así, cuento con ellos- dijo mientras terminaba de limpiarse el rostro- Si me disculpan, los tengo que dejar. Hay algunas cosas que tengo que hacer.- dicho esto, agarro su bolso, se despidió de los dos y se fue.

-Es bueno saber que no está contigo. Me hubiera destrozado porque solo te quiero para mí- dijo Miguel distraído sin pensar en lo que decía.

-¿Qué?- pregunto sorprendido Gabriel.

Empezó por una fiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora