Introducción

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Algunos Sakamakis ya estaban aburridos de la humana, gran ejemplo Ayato, Laito y Shuu. A estos vampiros les resultaba insoportable, ya no les gustaba su sangre, estaban hartos del mismo sabor pero los otros cuatro aún estaban insatisfechos por lo cual Yui aún permanecía en la mansión.

-Ayato-kun-dijo la humana intentando llamar la atención del pelirrojo

-¿qué quieres?-la volteo a mirar con indiferencia

-¿m-me ayudarías con esto?-señaló su cuaderno que tenía anotadas varias expresiones algebraicas

-¿yo?

-si

-dile a Reiji, no me interesa-cerró los ojos pero inmediatamente Yui comenzó a reclamarle-¿si te callas? Vete y deja de molestar a ore-sama-dijo ya molesto aún sin abrir sus ojos

Yui se fue quejándose al laboratorio de Reiji. Ayato abrió sus ojos y comenzó a pensar en ese chico que lo tenía vuelto loco pero lograba disimularlo bastante bien por su orgullo, gracias a el piensa que es un error, que es imposible que se enamorara de un chico ¡encima que es su hermano mayor! "No, definitivamente es un error" pensó el pelirrojo mientras se levantaba e iba a su habitación.

¿Cuándo había pasado esto? Respuesta fácil, siempre estaba con él, era su hermano favorito, nunca se aburría, etc, incluso pensó que el castaño lo hacía a propósito pero no era así, Laito nunca pensó en tener un a relación amorosa con su hermano, tal vez uno que otro revolcón pero de ahí en fuera, nada.

Ayato se quedó en se habitación pensando en aquellos ojos verdes mientras se sonrojaba. Mordió levemente los labios y decidió dormir para relajarse. Sin embargo no lo logró, y desvío la mirada algo preocupado ya que su enamoramiento estaba siendo extremo, no podía dejar de pensar en aquel chico castaño que usaba sombrero.

Amor entre hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora