Capítulo 6

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Cada día que pasaba, Laito iba cayendo completamente enamorado a los pies de Ayato, quien se había vuelto bastante dócil con su hermano de sombrero, se dejaba hacer y deshacer, poner y quitar, sin embargo tampoco dejaba que su hermano lo tocara de más, ni siquiera lo dejaba tocarle el trasero, cosa que desesperaba horrores a ese pervertido que tenía por novio.

-anda~-dijo Laito mientras abrazaba a su novio por la espalda-al menos un faje~ estamos en un lugar privado~-y el castaño tenía razón, estaban en la habitación del mismo

-n-no...y...d-deja de insistir...-respondió completamente sonrojado el más pequeño de los trillizos

-sabes que te va a gustar, Ayato~-dijo susurrando en su oído y tomando con ambas manos el trasero del menor arrancándole un gemido de sus labios-¿ves~? Apenas si te toqué aquí y ya estás gimiendo

-c-cállate...-miró el piso completamente sonrojado sin quitar las manos pálidas que se situaban en su trasero

-vamos~ solo un faje~-suplicó mientras apachurraba un poco el trasero de Ayato

-y-ya te dije que no...-dijo después de soltar el gemido

-por favor~-repitió apachurrándolo un poco más fuerte y arrancándole un gemido más sonoro a lo que Laito se mordió los labios

-y-yo...-ni siquiera respondió y Laito ya lo tenía acorralado en la pared

-ya no te resistas...-le susurró al oído comenzando a desabrochar la camisa blanca que llevaba puesta Ayato

-p-pero...

-ya, mi amor-ese apodo hizo que el rostro pálido de Ayato que, de por sí ya tenía un leve tono carmesí, se convirtió por completo en un color rojo.

-s-solo...¿sere un faje?-pregunto el peli rojo con cierto nerviosismo en su voz, el castaño lo volvía completamente loco.

-claro que si manzanita....  a no ser que me pidas por mas~- dijo lamiendor su oído

-e-entonces esta bien..- apenas completo esa frase el mayor arranco su camisa con desesperación y empezó a lamer sus pezones -ah~- un ligero gemido salio de la boca de ayato

-me gusta que solo gimas para mi~-le dijo mientras le sonreía de manera lasciva

Ayato ya no respondió y solo apartó la mirada dejándose tocar por su hermano quien había comenzado a desabrochar su pantalón

-Laito~...-dijo Ayato en un gemido, cosa que excito más al mayor quien quiso tocar directamente el miembro de su hermano pero una voz los interrumpió

-hey, bajen a cenar-se escuchó al otro lado de la puerta, era el Mukami

-no tenemos hambre-respondió Laito un tanto molesto

-no importa, bajen ahora mismo-dijo de manera fría Ruki porque ya sabía muy bien lo que hacían los hermanos ahí adentro

-tsk...ya vamos-al escuchar eso, Ruki se fue y Laito se separó de su novio pero tenía un pequeño problema-cariño~

-¿e-eh...?-Ayato ya se estaba acomodando la ropa

-ayúdame, tengo un pequeño problema-Ayato igual tenía uno pero era muy pequeño, se le pasaría al cabo de unos cuantos minutos

-resuélvelo tu-dijo sonrojado y a nada de salir de la habitación pero Laito lo jaló del brazo

-ayúdame~ y yo te ayudo con el tuyo-le susurró al oído mientras tocaba la semi-erección que tenía Ayato haciéndolo soltar un gemido

-n-no...te ayudaré después...-salió de la habitación completamente sonrojado

Al llegar al comedor se sentó lo más rápido posible y así ninguno de sus hermanos notará su problema y con suerte le funciono. Al cabo de unos minutos Laito también bajó y se sentó al lado de Ayato así que todos comenzaron a comer pero el pequeño pelirrojo sentía dos miradas sobre el, una era de su pervertido novio y la otra del Mukami, el ambiente se sentía algo tenso pero lo peor de todo fue cuando los ojos verdes de Laito se cruzaron con los ojos grisáceos de Ruki empeorando el ambiente, a pesar de que Laito tenía una sonrisa en los labios se podía ver cómo su mala mirada era sostenida de la misma forma por Ruki.

Amor entre hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora