Capítulo 3

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Cuando todos terminaron Ayato se teletransportó a su habitación esperando que su hermano castaño no lo siguiera, esperó unos minutos en silencio y suspiró con tranquilidad

-ah~ por fin deja solo a Ore-sama-se sentó en la cama pero en vez de sentir las suaves sabanas sintió las piernas de otra persona

-oh~ Ayato-kun~ no te vas a salvar tan fácil de mi, ne~-lo abrazó por la cintura y le dio un beso en la nuca provocando un escalofrío junto con un sobresalto en el pelirrojo

-¿¡q-qué haces, b-baka!?-le gritó volviendo a sonrojarse e intentando soltarse-¡s-suéltame!

-¿por qué~?-siguió dando besos por su cuello y olió el mismo-Ayato-kun~-dijo en tono de excitación y picardía-hueles increíblemente dulce~-no pidió permiso, simplemente mordió al chico narcisista

-¡d-déjame, estúpido!-le gritó fingiendo dolor pero era lo contrario, según Ayato, el ser mordido por su hermano...de alguna forma se sentía bien...

-ah~ lo mejor que he probado-dijo sonrojado mientras desabrochaba la camisa de Ayato y comenzaba a morder sus hombros a la vez que daba besos y dejaba marcas a lo que el menor soltaba quejidos e incluso algunos gemidos que ahogaba

-a-ah...L-Laito, basta...-comenzó a temblar y el nombrado bajó sus besos por la espalda del muchacho ya sin morderlo

-vamos~, déjame hacerlo~-tocó el trasero de Ayato y él inmediatamente negó con la cabeza por fin quitándose del agarre de su hermano con sombrero

-¡d-déjame de una buena vez! ¿Ahora qué te pasa que me quieres violar?-le preguntó confundido y sonrojado a más no poder mientras limpiando la sangre que caía por su hombro

-es que me di cuenta de lo lindo que eres~-se levantó agarrando las muñecas de Ayato y jalándolo hacia él-además...solo mírate...provocarías a quien sea estando de ese modo...~-lo miró, la camisa del pelirrojo estaba desabrochada y desacomodada dejando ver sus hombros con las marcas al igual que las mordidas que le había hecho, estaba un tanto despeinado y sus mejillas poseían un hermoso color carmesí intenso. Laito lo sujetó de la cintura mientras se mordía el labio.

-c-cállate...idiota...-susurró escondiendo su cara en el hombro de su hermano

-¡qué lindo~!-lo abrazó por su cintura y para su sorpresa Ayato le correspondió ese abrazo sujetando su cuello

-eres un tonto...-le dijo aún sonrojado, no podía creer que a quien tanto quería lo estuviera abrazando

-Ayato-kun~-dio besos por aquel rostro con un color tan claro como la porcelana. Ayato dejaba que esos besos se esparcieran por todas partes hasta llegar a sus labios

-...-se quedó quieto sin corresponder el beso pero Laito le insistía mordiendo un poco sus labios y lamiendo la comisura buscando la autorización para que su lengua entrará

El muchacho pelirrojo después de unos segundos terminó correspondiendo el beso con bastante vergüenza, su hermano se emocionó y cambio ese roce de labios a un beso muy atrevido, generalizando, lo había convertido en uno francés. Ayato después de unos segundos se separó y miró los ojos de Laito, estos tenían una mirada de picardía y lujuria que no se molestaba en ocultar

-eres tan lindo...-acarició su mejilla y después el cabello de su nuca

-d-déjame...,ya no lo repitas-se separó del abrazo y comenzó a acomodarse su camisa para después abrocharla

-¿por qué lo haría? Me gustas, Ayato-kun-al escuchar eso, el pelirrojo abrió sus ojos verdes como platos, no podía creer eso

-¿eh? ¿De qué forma?-dijo sorprendido

-me atraes, pienso que eres lindo-eso era cierto pero no tenía el mismo sentimiento que su hermano, lo de Laito era atracción pero lo de Ayato era cariño

-pero yo no siento eso

-¿ehhh?-dijo haciendo un puchero

-es que tú me gustas...-susurró esperando a que Laito no lo escuchara pero para su mala suerte si lo hizo

-¿qué?-dijo muy sorprendido al escuchar las palabras de su hermano-Ayato...¿desde cuándo?

-d-desde que tenemos 15...-volvió a decir en un susurro mientras se sonrojaba y sus labios temblaban con miedo al rechazo

-y-yo...no sé qué decirte...Ayato...es que...

-n-no te preocupes...no tienes que corresponderme...-le dijo el menor muy triste entendiendo que Laito no sentía lo mismo

-Ayato...-agarró el mentón del nombrado alzándolo para que lo viera a los ojos pero los lindos ojos verdes de Ayato ya estaban llorosos-no llores...si quieres...podemos intentarlo-le sonrío, aunque Laito no sentía lo mismo que su hermano, intentaría todo por enamorarse de él, no quería ver a su hermanito así...menos por alguien como él...

-n-no me aceptes por lastima...-las lágrimas casi se desbordaban pero Laito las limpió antes de que lo hicieran

-quiero intentarlo, Ayato-dijo seguro de sus palabras

-¿s-seguro...?-lo miro de una forma tan linda y dulce que al vampiro con sombrero le habría dado diabetes pero se aguantó ese sentimiento y abrazó al muchacho

-claro que si ¿estás de acuerdo?-se sentó de nuevo en la cama y atrajo a Ayato a él sentándolo otra vez en sus piernas dándole un suave beso en los labios, Ayato estaba increíblemente feliz y asintió con la cabeza formando una tierna sonrisa en su rostro.

Amor entre hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora