Capítulo 8

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Laito se sacó los pantalones junto con la ropa interior con una sonrisa ladina

-¿eso es lo que quieres Ayato~?-retiró los dedos de la entrada y de un movimiento hizo que el menor quedara sobre él quien estaba confundido por ese cambio-demuéstramelo-sujetó la cadera del pelirrojo y entró en él de una estocada haciéndolo gemir de manera ruidosa

-L-Laito...-dijo con la voz temblorosa por el placer

-anda lindo, muévete al ritmo que te guste-le ayudó a mover un poco su cadera para alentarlo

-ah~...-cerró sus ojos y comenzó a moverse, primero lento ya que no estaba tan acostumbrado y después fue tomando un ritmo más rápido-Laito~...Laito~...-hizo su cabeza hacia atrás sin dejar de gemir el nombre de su hermano

-ah~ Ayato~ te ves hermoso así~-se sentó y comenzó a dejar marcas en sus hombros

-ah~-se abrazó a su hermano quien, sin avisar posteriormente, le mordió el cuello comenzando a beber de su sangre-¡ah~ Laito~!-se abrazó más a su hermano bajando un poco el ritmo-y-ya no puedo...-susurró en su oído, estaba muy cansado así que Laito volvió a invertir las posiciones mientras se separaba del cuello de su hermano

-ne~ Ayato~ tu tranquilo que yo te daré una noche llena de placer-(quien haya escuchado la canción de Nicky Jam entenderá 😂😂😂) sonrió malicioso y comenzó a moverse un poco brusco haciendo gemir más a su hermanito

-m-más~....más Laito...-casi ordenó al castaño

-me encanta verte gemir mi nombre mientras pides por más~-comenzó a moverse más brusco y sintió los colmillos de Ayato en su hombro pero no se rehusó, simplemente soltó un pequeño quejido y siguió con lo suyo

-me encanta tu sangre Laito~-le dijo al oído y lamió la herida

-jeje...-sonrió de manera lasciva y siguió moviéndose de manera brusca

En esa habitación lo único que se escuchaban eran los gemidos y jadeos de los hermanos, pero no sólo en la habitación, Ayato gemía tan alto que se escuchaba afuera ¿y quién era el que más lo escuchaba? Ruki, ya que su habitación estaba enfrente de la del castaño así que podía escuchar claramente como Laito hacia suyo al pequeño Ayato cosa que le indignaba al Mukami, no podía creer como ese maldito pervertido podía hacer gemir así al pelirrojo, estaba más que enojado, ni siquiera podía leer a gusto, pero eso sí, como solo podía escuchar los gemidos de Ayato se comenzó a excitar y al cabo de un rato ya tenía un "problema" que comenzaba a doler así que cerró su libro

-no puedo creer que vaya a hacer esto...-susurró para sí mismo mientras comenzaba a desabrochar

-¡ah~!-pudo escuchar claramente el gemido de Ayato a lo que se mordió los labios y comenzó a masajear su miembro

En ambos cuartos se escuchaban gemidos, solo que los del Mukami eran más leves y bajos ya que solo se dedicaba a escuchar al pequeño

-demonios Ayato...-cerró sus ojos y se imaginó a ese pelirrojo debajo de él, gimiendo, pidiéndole más, llorando de placer...esa era una hermosa imagen para Ruki y estaba decidido a hacerla realidad

Después de un rato en el cuarto de Laito se escuchó el gran gemido que soltó Ayato al llegar al climax, Ruki adoró ese sonido agudo que por suerte no llevaba consigo el nombre del castaño. al cabo de unos minutos más, el de pelo gris se corrió jadeando el nombre de Ayato, pero lo que él quería era correrse en la entrada del pequeño de ojos verdes, probar su sangre, que Ayato gimiera su nombre, hacerlo completamente suyo y estaba dispuesto a lo que sea por hacer todo eso realidad, aun que sea tomar por la fuerza el cuerpo del ansiado pelirrojo.

-vaya gemidos, ne~-le dijo Laito con una sonrisa mientras se acostaba a su lado

-c-cállate...-susurró sonrojado aún con la respiración agitada acurrucándose en el pecho de su hermano

-me encantó cada uno de ellos~...-le dijo suave al oído para después lamerlo haciendo sonrojar más a Ayato

-t-te dije que te callaras...-Laito se acercó a su cuello para después lamerlo un poco

-¿puedo~?-preguntó en tono pícaro a lo que Ayato asintió con la cabeza levemente

Laito sonrío satisfecho y lo mordió comenzando a beber su sangre mientras Ayato lo abrazaba un poco y soltaba un jadeo. No podía creer lo que acababa de hacer con Laito, en su vida había estado con un hombre ¡mucho menos siendo pasivo! No repetiría la ocasión con otra persona que no fuese Laito pero si se metiera con un hombre tendría que asegurarse que fuese el activo ya que comenzaba a sentir un agudo dolor en sus caderas

-ah~ tu sangre es deliciosa, cariño~

Amor entre hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora