Prólogo

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La Revelación: (Hora 148,920)

Bajo el cielo púrpura sombrío e inestable y tres lunas que acompañaban su dolor, una jóven rubia dentro de su palacio, con lágrimas descendiendo en sus mejillas, arrodillada junto a la cama de su moribundo padre y manteniendo sus manos entrelazadas, escuchaba lo que posiblemente serían sus últimas palabras.

—"Jinsoul"- emitió una tos estruendosa producto de su grave estado de salud -"Haz nacido para cumplir un destino, mi pequeña. Un destino que lamentablemente, mis eltucs no me dejarán admirar"

—"Padre, no puedes abandonarme"- empezaba a hablar con un hilo de voz, como pocas veces se había permitido, sosteniendo la mano de su progenitor con más fuerza. Como aferrándose a él -"No sé si pueda hacerlo sola"

—"Sabes...en quienes...puedes...confiar"- dijo pausadamente, pues cada vez le costaba más pronunciar palabras -"Ya-a s-sabes que h-hacer. Mi...orgullo. Mi hija"

Al observar sus párpados cerrarse, y la poca presión de su mano desvanecer, no podía permitirse perder tiempo en sentimentalismos y seguir llorando a los pies de un cuerpo sin vida.

Así había sido entrenada, y su reino la necesitaba. Eso era lo único que debía tener en mente.

Limpiando sus lágrimas y poniéndose de pie, con el semblante serio e imponente, salió de la gran habitación de su padre dando aviso a sus lacayos quienes estaban a la espera, expectantes, por noticias del Rey.

—"Rémil, inicia protocolo 'anuncio de urgencia' conecta las emisoras en todo el planeta, la hora llegó"- sin tiempo que perder, Jung Jinsoul, princesa heredera al trono y líder de la liga de batalla supradimensional conocida como "Odd Eye Circle" se dirigía al Salón Real donde su destino la esperaba.

—"Enterado, Lideresa Jung"- sus leales soldados sabían que no había necesidad de hacer preguntas; sobretodo cuando su mundo tenía los días contados, aunque continuaba siguiendole los pasos -"Por cierto, la Comandante Kim acaba de llegar"

La heredera se limitó a asentir, con una ligera emoción en sus ojos al escuchar el apellido de su prometida, para acto siguiente, adentrarse al Salón Real siendo escoltada por más soldados, quienes le extendían la puerta como recibimiento hacia el gran balcón donde bocinas gigantes y un proyector interdimensional la esperaban. Viendo llegar inesperadamente a sus dos manos derechas.

Ellas sabían que Jinsoul no necesita consuelos, los odiaba.

Por lo que colocarse cada una a cada lado de la rubia, posicionando una mano en su hombro dando una ligera palmada, era suficiente muestra de apoyo.

Comunicándose con miradas que las hacía entenderse tal y como recordaban desde niñas, sabían lo que pasaría a continuación.

—"Estimados habitantes de Niuvis, lamento no traerles buenas noticias. Hace solo unos minutos, mi padre el Rey Zartra, acaba de fallecer, lo que para los habitantes de la Órbita 3 es una señal de reloj de arena hacia nuestros eltucs, y una advertencia pronta para las Órbitas 1 y 2"

Los eltucs eran los años de vida que posee cada habitante del planeta Niuvis.

Ante solo las primeras oraciones, el planeta completo era una ola de murmullos.

En la Órbita 3, sector Liderado por Jinsoul, se escuchaban mucho más fuertes, acompañados de llanto y gritos desesperados de los ciudadanos, muchos de ellos incluso presenciando todo bajo el balcón del palacio.

—"Tomando el lugar que me corresponde como actual Reina, además de Líder Comandante, mi padre me dejó sus años de investigación para desmantelar la profesía que nos condena a la muerte"- tomando un poco de aire, miró a sus compañeras- "Los dotes que nos fueron dados a las Comandantes, se usarán para salvar a nuestro planeta de la eclosión, y si tenemos que dar nuestra vida para mantener nuestra palabra, y a cada uno de ustedes con vida, así será. Porque es nuestro destino.
¡LARGA  VIDA  A NIUVIS!"

Con esas últimas palabras y un coro de gente repitiendo la frase final con esperanza, se cerraban las puertas del Salón Real, dejando a las tres jóvenes herederas solas dirigiéndose a la Biblioteca del palacio, donde la mayor reveló lo que su padre llamaba "La llave hacia El Libro del Ángel"

—"¿Crees que hay algo nuevo en el libro que no sepamos ya?"- dijo la castaña menor de las tres y Líder de la Órbita 2. Choi Yerim

—"Lo único que sabemos es que nuestros odd eyes son necesarios para terminar con esto. Hemos vivido a base de entrenamientos, ¿Y solo hasta hoy que nuestras lunas se quiebran con el planeta a punto de eclosionar se supone que estámos preparadas? Debe ser un chiste"- habló Kim Jungeun, Líder de la Órbita 1 y su prometida.

Expresaba su frustración. Pues le parecía por lo menos injusto, que a penas les permitan ver el dichoso libro que contenía la respuesta para salvar su planeta cuando este estaba al borde de una explosión, solo porque no estaban "preparadas" según sus padres.

Jinsoul se limitó a tomar su mano y darle una mirada comprensiva, para luego usar la llave en el lugar que indicó su padre, entrando a un pasadizo secreto dentro de los estantes. Las tres estaban sorprendidas de hallar ese lugar, sus manos temblaban ante el espacio gris con poca iluminación hasta llegar a una cápsula donde se encontraba el libro levitando con un aura negra extraña.

Al intentar tocarlo, Jinsoul salió disparada, chocando contra la pared del diminuto espacio. El objeto la había rechazado

—"¡¿Qué demonios?!"- reaccionó preocupada la rubia más pequeña, asistiendo a su prometida, comprobando que no sufriera alguna lesión grave y abrazandola por la cintura haciendo que rodee un brazo por su cuello para sostenerla en pie

—"Chicas... ¿Qué es eso?"– Yerim señaló unas palabras gravadas en el mural que se veían reflejadas a leve contra luz

"El candado de Amenadiel nace aquí esclarecido, teniendo por fe ser liberado, por quienes el poder nato ha unificado"

"Para esto fue nuestro entrenamiento. Padre no nos lo había mostrado porque estaba en nosotras descubrirlo"– Una Jinsoul llena de esperanza se soltó del agarre de su novia para detenerse a ver el resto de las figuras que rodeaban el lugar, dándole pistas de sus poderes en pequeños dibujos tallados –"¿No lo entienden? Nuestros poderes fusionados deben destruir el sello"

—"Cariño, las lunas están a punto de quebrarse, nuestros poderes son inestables ahora ¿Por qué no nos dijeron esto cuando las lunas no se caían pedazo a pedazo?"- dijo Jungeun con profunda desconfianza hacia los padres de cada una

—"Tal vez lo descubramos si logramos romper el sello"- volteó a mirar a sus compañeras con un brillo particular en sus ojos. Fe -"¿Estámos juntas en esto?"

Recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de ambas menores, trasmitieron sus energías al rededor del libro.

Yerim creó un portal cerca a este, por el que dirigió la energía de Jinsoul, con algo de dificultad, ya que solía abrirse y cerrarse en un lapsus incalculable debido a la inestabilidad de sus poderes, mientras Jungeun corría al rededor del libro tan rápido como podía creando un vórtice que mantuviera la energía de su prometida comprimida en el sello, obteniendo que se desprenda una luz brillante y cegadora de aquel objeto flotante, que en cuestión de segundos yacía en la acera.

Agotadas y arrastrándose hacia el, pues sentían que sus energías habían sido absorbidas por el sello, se limitaron a su ya acostumbrado lenguaje de miradas, entre jadeos de cansancio, a penas pudiendo abrir la portada del libro.

Con lo que parecía un gran esfuerzo físico, Jinsoul logró llegar hasta las últimas página.

"Ángel Gris, mientras su negra alma regocije, el universo ha de arder. La elegida al heraldo pecará, desatando su destino condenando a los siervos, tras la puerta del verde y azul, su infierno se pagará, hasta que la última lágrima se revele en una catástrofe nuclear"

—"Yerim. Jungeun. Prepárense, viajamos a la tierra"

the other me; 2jin ☾ [loonaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora